07 Mar Profesión y humanismo. A modo de recopilación.
PROFESIONY HUMANISMO. A MODO DE RECOPILACION
Conferenciapronunciada por el Académico de Número
Excmo.Sr. D. Vicente de la Torre Montes
14 deFebrero de 1996
Decía nuestro más reciente PremioNOBEL de Literatura que “crear, escribir, producir le suponía un granesfuerzo, un gran trabajo”. Expresiones parecidas les hemos leído a otrosilustres creadores como VARGAS LLOSA o BUERO VALLEJO. Si a esto le añadimosque, en cualquier tema parece estar todo dicho, podríamos llegar a la conclusiónde caer en la incuria o de adoptar la holganza. Creo -sin embargo- que siempredeberá haber algo que decir; el problema está en que a los demás interese lo que se dice.
Entonces, acudiendo una vez más a ladisciplina, me he impuesto la tarea de intentar exponer algunos de mispensamientos y vivencias a quienes me los quieran escuchar.
Define la Real Academia de la Lenla palabra profesión como “empleo, facultad u oficio que unapersona tiene y ejerce con derecho a retribución”. Pienso que el hombre, comotal, no puede realizarse, no puede conformarse exclusivamente con la posesiónde unos conocimientos, por muy amplios que estos sean, si no forma parte de untodo educacional, de una enseñanza, de una ilustración lo más completa ycompleja posible. Hablamos principalmente del hombre universitario pero, en suscorrespondientes niveles, esta preocupación debe incumbir y extrapolarse acualquier otra ocupación. Actualmente, en los universitarios incluso, hay undesconocimiento casi total de la cultura filosófica y una asombrosa inculturade los caminos y jalones por los que el pensamiento ha llegado al nivel actualy en qué consiste dicho nivel.
Durante nuestro tiempo deprofesorado – tanto en el campo universitario como en el estamento militar – hepodido comprobar, por citar un ejemplo, como alumnos con un magnífico y hastabrillante expediente académico desconocían un gran número de palabras delléxico español y cometían imperdonables faltas de ortografía y no soloalteraciones importantes en la sintaxis y escaso conocimiento de los signos depuntuación.
Uno de los muchos aforismos con losque sembraba sus brillantes escritos SCHOPENHAUER, aquel gran filósofo alemándel siglo XIX decía que “el médico que solo sabe medicina….ni medicinasabe”. Hoy no son muchos los RAMON Y CAJAL, MARAÑON,LOPEZ IBOR, LAINENTRALGO, ROF CARBALLO o VALLEJO NAJERA – por citar algunos de los últimos años- que se caracterizan por sus conocimientos humanísticos y culturales.
Pero, dejando a lado lo dehiperbólica da tener la citada frase y posible aplicación a lerotra rama del saber, hemos de aceptar – y ahora más ca – dada laconcatenación deas ciencias con otras es necesario tener, al menos,anoción general lo más amplia posible de las flanen a la constiael núcleo principal dea profesión, y lo se considera baño culturalaceptable.
Todos conocemos la tendencia acl- por otro lado necesaria – de la especialización y en alos casos existeninco erespecialidades aún rizan el rizo con la obtención de losmodernos master a conseguir preferentemente en el extranjero.
Pero hemos de considerar laimposibilidad de conocer, en el transso dea vida y en el desarrollo dea actividad, todos y cadao de los trabajos, investigaciones y experiencias ieran interesarnos. Se diceópica y ccamente con los librosdebiera poder venderse el tiempo para leerlos. Pensamos, s, merecería lapenaa eación másiversal, comenzando por bachillerato más polivante,sin esa división tan artificial como apreada entre ciencias y letras,y en el que se han suprimido las materias de latín, griego, historia,literatura y filosofía. Con esta escasez de materia prima se llega a laUniversidad sin conocer las raíces y los fundamentos de nuestro idioma, sinsaber qué le debemos – de bueno o malo – a nuestros antepasados, sin sospecharsiquiera el desarrollo del pensamiento humano o los testimonios de épocaspasadas en la historia y en las obras maestras de la literatura ó sin atisbarlas más elementales escuelas filosóficas; en una palabra, sin el bagaje que másnos diferencia y que nos coloca en la escala zoológica si descartamos lacapacidad de reír, cosa que también hace la hiena, lo cual resta radicalidad ala diferenciación.
Recientes esios estadísticosrevelan el deficiente dominio del español es ca del 70% de los casos defracaso escolar y el esio de las llamadas humanidades esimprescindible para la formación de personas libres y responsables. Pero -paradójicamente – hay muchos interesados en que los hombres olviden sucondición de personas y se dejen manipular, con lo que se logra unadespersonalización que, lamentablemente, es aceptada por una gran mayoría quesabe que mientras menos fundamento tenga una persona tanto más dúctil ymaleable es.
Y es , de otro lado, la entiene la idea de los conocimientos de tipo más técnico son los únicosútiles para dar trabajo y dinero, y no les falta razón. Mas, no tienen ennta hos de los esios de humanidades allanarían a veces lasdificultades de otros estudios de ciencias, como podrían ser el conocimiento dela etimología y las raíces de las palabras, nacidas en abrumadora mayoría dellatín, griego y, en estimable proporción, del árabe.
Otras veces, la posible utilizaciónde reglas mnemotécnicas y de asociación de ideas, simplificaría el esfuerzomemorístico que tan mala fama tiene en nuestros días.
siera, hoy a