07 Mar La información alimentaria y el consumidor.
LAINFORMACION ALIMENTARIA Y EL CONSUMIDOR
Conferenciapronunciada por el Académico de Número
Dr. D.Carlos Barros Santos
13 deAbril de 1994
El consumidor y el usuario son,generalmente, personas o individuos inocentes, crédulos, confiados, ilusos,sorprendibles, poco formados en los temas de consumo, aunque dispongan deformación humanística o técnica específica, fácilmente manipulables en susreceptores de captación de mensajes y, por tanto, en sus propios criterios deelección, adquisición y uso.
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Sus amigos y colaboradores deberían ser, por los principios desolidaridad y confianza social y administrativa, así como por los deresponsabilidad tributaria:
– Las administraciones centrales,autonómicas, locales y comunitaria, proveedoras de bienes y servicios.
– Los empresarios proveedores debienes y servicios.
– Los “avaladores” o”certificadores” espontáneos, consentidos o respaldados oficialmentede la genuinidad, idoneidad, etc.), adecuación a norma o a especificacionescaracterizantes y calidad de los productos, procesos, servicios y medioambiente.
– Los medios de comunicación socialy los responsables de la información veraz (publicidad) y de la formacióncorrecta (educación).
INFORMACION NUTRICIONAL VALORES NUTRICIONALES 100 g Ración 30 g ENERGIA 1593 KJ 478 KJ 375 Kcal 113 Kcal |
PROTEINAS 5,7 g 1,7 g |
H. CARBONO 85,6 g 25,7 g |
GRASAS 1,1 g 0,3 g De las cuales: SATURADAS 0,62 g 0,18 g MONOINSATURADAS 0,39 g 0,12 g POLINSATURADAS 0,10 g 0,03 g COLESTEROL ausencia ausencia |
FIBRA ALIMENTARIA 1 g 0,3 g |
VITAMINAS VITAMINA B1 1,2 mg 25% CDR |
VITAMINA B2 1,4 mg 26% CDR |
VITAMINA B3 16 mg 26% CDR |
VITAMINA B6 1,8 mg 27% CDR |
VITAMINA B9 250 μg 37% CDR |
VITAMINA B12 1 μg 30% CDR |
VITAMINA C 50 mg 25% CDR |
VITAMINA D3 2,7 μg 16% CDR |
MINERALES HIERRO 10 mg 21% CDR |
CDR Representa las cantidades diariasrecomendadas por la C.E.E.
de vitaminas y minerales
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(Cada vez es más frecuente quelos artículos de alimentación lleven, además del etiquetado tradicional,abundante información nutricional sobre el producto)
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Pero ello no es así.
Mevoy a limitar al ámbito restringido de la difusión de la informaciónalimentaria.
)
Cómo está regulada la difusión de lainformación alimentaria?
Seha pretendido regular mediante:
Eletiquetado informativo (obligatorio y/o facultativo).
Eletiquetado específico nutricional (ver II parte).
Eletiquetado de alimentos especiales (dietéticos).
Elcontrol de publicidad engañosa.
Elincremento de cursos de formación a distintos niveles.
Sinembargo, la responsabilidad en estos temas, de los medios de comunicaciónsocial no se ha conseguido clarificar.
Nilos zumos te convierten en gigante, ni los cientos de bollitos especiales y lascremas para untar te desarrollan más que otros alimentos energéticos, ni lasleches, yogures o postres desnatados rejuvenecen, estilizan, producen esbeltez,suavizan la piel, ni los “chicles especiales” adelgazan, ni elmagnetismo de “jarras”, “alcachofas de ducha”, collares,pulseras y plantillas para zapatos, curan ni mejoran nada somático. Todo elloes la manipulación informativa para obtener beneficios mercantiles, al igualque la mayor parte de sistemas rápidos de adelgazamiento, sin base científicabien clarificada.
Siyo fuera un publicitario empeñado en señalar todo lo negativo con que se puedeacompañar cualquiera de las campañas que hoy consideran algunos ejecutivos yempresarios como originales y maravillosas, podría convertirme en uno de ellos,pero de acción nefasta para la esperanza y la ilusión del consumidor.
Yo,como consumidor o usuario quiero tener confianza en “miAdministración”, en “mi Justicia”, en “misempresarios”, para ello tributo y espero de ellos honestidad yresponsabilidad.
Siahora resulta que soy yo (consumidor o usuario) el que se carga derespnsabilidad personal porque:
-No comprendo bien los datos de las etiquetas de los productos alimenticios.
-Tengo que discernir entre publicidad veraz o engañosa.
-Tengo que valorar informaciones metabólicas o nutritivas deducidas de loanterior.
-Debo seleccionar, en contenedores diferentes, los residuos que produzco.
-Considero que no funciona bien, o lo hacen anárquicamente, los sistemas decontrol y corrección que existen en el bosque burocrático de la administraciónlocal, autonómica, central y comunitaria, por la descoordinación existente.
Creoque sería prudente empezar a pensar en exigir a nuestros políticos yadministradores, por medio del voto válido y responsable, que se revise laConstitución Española para dilucidar si nuestra estructura político-autonómicaes correcta, económica y, administrativamente hablando, si la tradicionalidadfiscal establecida hasta ahora sigue siendo válida y si los presupuestosgenerales del Estado necesitan una planificación diferente más acorde concriterios actuales del bienestar social.
II – El etiquetado nutricional en los alimentos deconsumo ordinario
UnaDirectiva comunitaria y su transposición, en forma de Real Decreto, a nuestralegislación nacional intenta ordenar los sistemas de trasladar al ciudadano la información nutricional quepretende complementar las exigencias del etiquetado informativo contenido enotras disposiciones más genéricas u horizontales.
Dicen,muchos de los que presumen de saber de estas cosas, que la informaciónnutricional la demanda el consumidor. El conocer el valor energético de lo quecomemos, su composición en proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales yvitaminas e incluso el distinguir entre grasas saturadas, polinsaturadas,colesterol bueno y colesterol malo o lipoproteínas de alta o baja densidad,fibra alimentaria, soluble o insoluble, hidratos de carbono de absorción lenta,edulcorantes intensivos, etc., parece ser la fiebre de moda junto a lasdesignaciones genéricas “natural”, “artificial”,”artesano”, “casero”, “producto de granja”,”fresco”, ligero (light, lite), “biológico”, “ecológico”,”dietético”, “enriquecido”, “ionizado”,”cardiosaludable”, “saludable”, etc., y alegacionesnegativas como “sin aditivos”, “sin colorantes”, sinconservantes”, etc.
Larealidad sin embargo es bien distinta. Los intereses económicos, bien orientadosmercantilmente, provocan, desde el ámbito empresarial, el interés delconsumidor por conceptos y expresiones que, en realidad, científica ysocialmente hablando, no tienen la suficiente solidez para ser claramentecomprendidas y menos interpretadas por el consumidor desde la etiqueta de losdistintos alimentos que integrarán su dieta.
Estáclaro, para los científicos y los nutrólogos, que no existe “alimentomalo”, ni “alimento bueno”. Los alimentos son, de acuerdo conlos principios de su definición,”nutritivos”,”sanos”,”inocuos”, “acordes consu denominación de venta y características en relación con su idoneidad,genuinidad y autenticidad” y “saludables o no para determinadosindividuos o colectivos vulnerables”.
Tambiénestá claro para los que nos dedicamos al estudio de la alimentación y lanutrición que lo que puede ser “bueno” o “malo” es la”dieta”, aplicable en un tiempo determinado de la vida del consumidor(mes, semestre, año; lactante postlactante, niño, adolescente, adulto, mujer,hombre, deportista, embarazada, minero, astronauta, oficinista, ejecutivo,estresado, obeso, anoréxico, bulémico, diabético, celíaco, fenilcetonúrico,etc.).
Todasestas matizaciones hacen que para alguno de nosotros el etiquetado nutricionalsea una decisión no muy acertada desde el punto de vista de la formación delconsumidor.
Losnorteamericanos han sido también pioneros de esta “locurainformativa” que se está generalizando en el mundo desarrollado en el áreadel consumo y a los que debemos la confusión reinante no sólo en España, sinotambién en Europa.
Laopinión que me merece todo lo que se lee en las etiquetas de los alimentos, enlos medios de comunicación, en las interpretaciones que hacen los consumidores,en sus conversaciones, en las preguntas en jornadas técnicas, seminarios ycongresos, podría resumirse en los siguiente puntos:
1.- Lainformación y la formación nutricional son necesarias y convenientes.
2.- Noes precisamente el etiquetado el lugar donde debe establecerse la informaciónnutricional de los alimentos de consumo ordinario; sí lo debe ser, sin embargo,para los destinados a colectivos vulnerables (celíacos, diabéticos,fenilcetonúricos, sensibles a la lactosa, etc.).
3.- Lageneralización del etiquetado nutricional a los alimentos de consumo ordinariopuede poner en manos de irresponsables la posibilidad de interpretaciones queprecisan de información específica.
4.- Eldesconocimiento y la confusión constituyen hoy el denominador común de todo loque se refiere al etiquetado nutricional y a las alegaciones con élrelacionadas.
5.- Eletiquetado nutricional se viene utilizando como un sistema más de venta(marketing), manipulable al antojo del publicitario, complejo y poco prácticopara el consumidor y a veces peligroso, indirectamente para terceros.
6.-Hay que pensar en unas serias y responsables bases de datos de informaciónnutricional difundibles por otros medios.