Inmunología parasitaria porcina: tres casos en ganadería extensiva

PRÓLOGO

 

Me embarga una profunda emoción. Nunca olvidaré este deseado momento. Quiero que estas mis primeras palabras sean de agradecimiento a sus Excelencias. Gracias, muchas gracias.

Excmo. Sr. Presidente,

Excmos. Sres. Académicos,

Excmas. e Ilmas. autoridades

Queridos amigos que me acompañáis en este acto,

Querido Padrino y Maestro de parasitólogos Profesor Martínez Fernández,

Querida Concha y queridos hijos Nacho, Amalia y Mercedes que, cumpliendo con vuestro deber, desde vuestros lugares de trabajo, sé que me acompañáis

Puesto que la normativa exige que, para tomar posesión efectiva de una plaza de Académico de Número de esta Real Academia de Ciencias Veterinarias, se ha de pronunciar un discurso con el que, tras la contestación correspondiente, se me brinde la entrada a esta insigne Institución, les puedo asegurar que, en el día de hoy, este recipiendario se encuentra fuertemente embargado por una amalgama de gozo y emoción, condimentadas con una gran dosis de pavor. Es por ello que, desde este momento, he de solicitar, desde vuestra benevolencia, la comprensión hacia mi persona porque estoy seguro, que por mis circunstancias personales y por la profunda emoción que me embaraza, en más de una ocasión mi voz se volverá trémula y apagada. 

Paso a describir mi situación actual. Anteriormente he dicho miedo: 

– miedo, porque debo estar a la altura de quienes tan gentilmente me reciben.

– miedo, porque he tenido unos valedores en mi solicitud de ingreso del más alto nivel intelectual. Gracias dignísimos Profesores Amalio de Juana, Guillermo Suárez y Antonio Martínez. Sois unos grandes Maestros de los que poco se puede añadir.

– miedo porque, estoy convencido de estar aquí, más como consecuencia de la fuerza de sus firmas, que por             la trascendencia de mi currículum. No puedo defraudarlos y además, les agradezco profundamente la confianza depositada.

– Y miedo, porque hoy, he de cumplir con la ardua tarea de relatar un árido tema parasitológico ante un auditorio, por un lado tan selecto mientras por otro tan heterogéneo. Pero además resulta que, al mismo tiempo, este auditorio está compuesto por gente querida a la que debo llegar y convencer con mi palabra. “El don de la palabra es, sin duda, la cualidad más preciada de un docente”.

            También he hecho referencia a emoción: he de decir que estoy pleno de emotividad, porque por fin he conseguido algo anhelado. Me siento tan feliz y es tan mágico el momento que hoy estoy viviendo que, mientras que por un lado prefiero que el tiempo se detenga para saborearlo bien, mi espíritu está tan embriagado que temo finalice este momento, por otro, tengo inquietud por lo que desearía que pasara lo más rápidamente posible. Mañana vendrá la resaca y de nuevo, la dura realidad de lo cotidiano del profesor universitario español que ha de trabajar en una universidad en estado de orfandad y pobre de estímulos institucionales, donde ni el esfuerzo ni los logros docentes e investigadores son reconocidos.

Copiando en parte al gran Antonio Machado, ¡qué mejores palabras se pueden usar que las de tan gran poeta!, diré que:

– mi infancia son recuerdos de un patio de Granada y está marcada en mi cerebro por los profundos engrammas que dejaron estas vivencias,

– mi juventud, está impregnada por el senequismo y bañada por el olor del azahar de Córdoba

– y mi madurez  se ha reforzado con la rigidez del casi-castellano y la austeridad de las piedras de Cáceres.

Y ya que he mencionado al poeta Machado, quiero dejar constancia de que no comparto, sin embargo, sus palabras cuando dice:

Y al cabo  nada os debo,

debedme cuanto he escrito

a mi trabajo acudo;

con mi dinero pago,

el traje que me cubre y la mansión que habito,

el pan que me alimenta y el lecho donde yago.

Bien al contrario, yo sí que debo cuanto soy a un gran número de personas, ya que por mi parte, sólo he puesto un poco de tesón, adicionado de, eso sí,  mucha ilusión y salazonado con algo de querer seguir las metas marcadas y a aquellos a los que me las iban colocando ante mis ojos. Siento la necesidad de gritar que tengo una deuda de gratitud  y por ello mi interés en brindar la magia de este día de hoy, a las siguientes personas:

En primer lugar a mis padres, él, Javier, muy recto, pero bondadoso, con tres virtudes que le guiaron durante toda su vida, la honestidad llevada hasta el límite de sus fuerzas; su inquietud por aprender y conocer cuanta técnica podía serle de utilidad, con un grado de autodidacta, absolutamente impensable para hoy que estamos preparados sólo para la comodidad. Y como tercera virtud y, creemos la más importante para él, su dedicación a los dos grandes valores de su vida: la religión católica, que profesaba con entrega y dinamismo y la familia. Prueba de ello fue el escaso tiempo que consiguió sobrevivir a mi madre, Mercedes. Ella, de figura y organismo frágiles, pero dura, con carácter y entregada plenamente a la labor que se impuso en la vida, la de sacar adelante (aún o sobre todo en tiempos difíciles, que los hubo) una familia compuesta por diez hijos y su matrimonio. A ella le debo muchos recuerdos buenos, unos de jocosidad, broma, alegría y hasta canto, mientras otros, de profundas, serias y duras reflexiones y consejos, que conseguían estremecer mi espíritu y hacían reaccionar mi voluntad. A mis padres, que hace ya largo tiempo que me faltan, quiero pedirles desde aquí y ahora, perdón por todo lo que no hice y debía haber hecho, perdón por lo que hice mal y, desde luego, quiero brindarles especialmente la satisfacción y, ¿porqué no?, la gloria de su hijo en este día.

En segundo lugar, quiero agradecer a mi familia, Concha, Ignacio, Amalia y Mercedes, que me hayan soportado, que hayan sufrido con resignación mis ausencias, que me hayan comprendido y que me hayan, no sólo apoyado, sino que a veces, hasta empujado para darme fuerza suficiente hasta alcanzar los objetivos propuestos, que, por cierto, ¿cuándo se acabarán?. Sabéis que pienso que sois los mejores, aunque os diga que lo habéis aprendido de mí. Gracias. Os quiero. Desde que se formó esta familia, hace ya más de veinticinco años, han sido mi objetivo, son los que me han llevado a conseguir metas y, estoy seguro que con el sólo deseo de poder ofrecérselas. Cierto es que no he sabido en todo momento estar a la altura de las circunstancias, pero bien es verdad que siempre lo intenté. Gracias por vuestra respuesta en los momentos complicados. Gracias Concha por cuanto me has dado, sin ti, no sería el de ahora, contigo he sido y sigo siendo feliz y juntos los dos, somos casi invencibles. ¿Qué tal si te ofrendo cuatro versos del poeta uruguayo Mario Benedetti?. Mira lo que te digo, Concha:

         Si te quiero es porque “sos”,

         mi amor, mi cómplice y todo

         y en la calle codo a codo,

         somos mucho más que dos.

Adelante, que venceremos. De hecho, ya hemos obtenido el premio gordo muchas veces y, esta vez, seguro también. Te lo manifiesto públicamente, no te voy a engañar, he adquirido todas las papeletas, así es que, con esta poquita trampa y las ganas que le ponemos a todo, podemos decir que, otra cosa superada.

Sin duda y con gran emoción, recuerdo a mis hermanos, todos ellos, los nueve, han sido ejemplo y, desde luego son, parte de mí y sé que yo lo soy de ellos. Gracias y, por favor, pedidme perdón los mayores por todo lo que me hicisteis sufrir de niño, no dejándome compartir algunos momentos con vosotros y vuestras amistades.

Este es el lugar de mis Maestros, los que habiendo nacido antes, sólo un poco antes que yo, me han ido enseñando cuanto sé, siendo mi mérito, si lo hay, sólo ir memorizando lo que me decían y, en todo caso, luego intentar ponerlo en práctica. Tengo obligación y me honro en citar primero de todos al Prof. Dr. Francisco de Paula Martínez Gómez, fallecido a temprana edad, pero que tuvo tiempo de dejar en mí, como en tantos otros, las semillas de la universidad, la veterinaria, la parasitología, pero sobre todo, la semilla del comportamiento honesto, de trabajo, de entrega, de lealtad; puedo decir sin temor a equivocarme que completó la labor de mis padres, enseñándome a ser un hombre, en la más clásica de las acepciones de este término. Querido Paco, somos grandes amigos y por eso sólo tengo que sonreírte y decirte gracias.

Mi otro Maestro, el Prof. Dr. Santiago Hernández Rodríguez, al que debo mi enfoque dentro de la Parasitología y mi aprendizaje y a quien debo tantos esfuerzos, el compartir tantos buenos y malos ratos, a quien debo más de treinta maravillosos años de amistad. Es tanto lo recibido que me resulta en este momento imposible saber demostrarlo, saber expresarlo, pero, al fin y al cabo, sé que no es necesario. Espero no defraudarte esta vez tampoco. Tenemos otra cosa más para recordar.

Mi agradecimiento a una persona que nunca me acepta que es mi Maestro, pero del que he aprendido tantas cosas y desde hace tanto tiempo, el Prof. Dr. Luís Navarrete López-Cózar, en muchas ocasiones mi guía, mi paño de lágrimas, mi conseguidor y siempre, mi confidente y amigo.

Al Prof. Dr. Antonio Ramón Martínez Fernández, mi mentor en ésta, que hace ya muchos años (1979), me mostró el camino del ser en Parasitología, de lo que es un líder y de cómo se accede al liderazgo sólo con tesón, esfuerzo y trabajo diarios; el que nunca se rinde ni se rendirá. Gracias.

Siento necesidad de tener en este momento un recuerdo para mis compañeros de la Academia de Ciencias Veterinarias de Extremadura, especialmente a los otros seis miembros promotores-fundadores; a todos ellos destaco en la figura de mi querido compañero y siempre gran amigo su Vice-Presidente, el Dr. Rafael Calero Carretero, auténtica luz, fuente e inspiración de este embrión de Academia. Les agradezco su ayuda y cooperación en este tiempo y les ruego que no desfallezcan que, en absoluto hemos finalizado nuestra labor.

No puedo ni quiero olvidar a mis compañeros del grupo de trabajo de parasitología del porcino ibérico, el GIPPI, el Prof. Dr. David Reina, la Dra. Eva Frontera, la ya pronto doble doctora Dª María Alcaide, las doctorandas Dª Isabel Saenz y Dª Mª Jesús Rodríguez, a mi amigo de lejos, el Prof. Dr. José Luís Domínguez Alpizar, de la otra Mérida de Yucatán (México) y a D. Manuel G. Blázquez. El trabajo que presento es una recopilación de mucho de lo que hemos realizado estos últimos años. ¿Qué sería de mí sin ellos, sin su ayuda, sin sus órdenes (al fin y al cabo están en mayoría las mujeres y nos dominan por capacidad, por valía, no por porcentaje ni cuota y, mandan,… y cómo mandan); sin su cariño, qué sería de mí…?. Y ya que estamos en el entorno del gineceo, en concepto del eminente ginecólogo alemán Schröder, el ovario tiene dos funciones: vegetativa y generativa. Puesto que al 50% somos hijos del ovario de nuestra madre, deseo, queridos compañeros del grupo de trabajo, que no olvidéis que si bien es necesario vegetar, como investigadores tenéis la recia obligación de generar hipótesis y conclusiones, generar docencia y en suma, generar vuestros propios discípulos que os respeten y que, con el transcurso del tiempo, podáis ver  con alegría cómo incluso son capaces de superaros. Su éxito será vuestro éxito.

Tal y como manifesté por escrito, mi agradecimiento a cuantos votaron mi candidatura, pero que todos los compañeros sepan que, a partir de este momento, me considero integrado totalmente y que os agradezco la magnífica recepción de la que estoy siendo objeto. Gracias.

Por último, quiero agradecer al Excmo. Sr. Presidente, en representación de toda la Junta Directiva de esta insigne Academia, los ánimos y el apoyo incondicional que han dado a mi candidatura y la bienvenida que se han adelantado a propiciarme. Quiero expresarles desde este momento mi disponibilidad para cuanto quieran encargarme y como idea que consideramos primordial, mi apoyo y esfuerzo para que las distintas Academias locales o regionales distribuidas por  España, se aglutinen junto a ésta, dándole definitivamente un carácter nacional que a todos beneficiaría.

Pero, la mejor forma de expresar mi agradecimiento es reproducir las palabras de aquel mi querido colega y Maestro que, con gran magisterio decía, quiero expresar mi gratitud:

         a quién me enseñó

         a quien, sin ellos saberlo, me enseñaron

         a los que con sus críticas e incluso, con su actitud hostil, seguro que sin percibirlo, contribuyeron a hacerme mejor y me enseñaron. Y, finalmente,

         a aquellos que me permitieron, no sólo enseñarles, sino, quererlos en mi Magisterio, ya que, propiciaron la realización personal en lo que siempre ha sido la razón de mi vida: la universidad y la veterinaria, es decir, enseñar, reflexionar, investigar y amar, con igual peso todas, o quizás, con mayor peso la última, pues no entiendo la vida sin amor.

Y tras estas palabras damos paso al tema a exponer y como es de base clínica, seguiremos las indicaciones de Rudyard Kipling que en sus seis primeros versos dicen:

         Conservo seis honestos servidores,

         que a pesar de servirme

         me enseñan todo lo que sé;

         sus nombres son:

         qué, porqué, cuándo,

         cómo, dónde y quién.


 

 

INMUNOLOGÍA PARASITARIA PORCINA: ESTUDIO DE TRES RESPUESTAS EN PRODUCCIÓN EXTENSIVA

 

 

1. INTRODUCCIÓN.

 

La parasitología es una ciencia que se viene desarrollando desde hace escaso tiempo. De hecho, en los comienzos del anterior siglo, sólo estaba considerada como una zoología aplicada y aplicativa.

No es sino desde hace unas pocas décadas cuando la inmunología ha entrado de lleno en la parasitología. Las razones, especialmente la de la complejidad antigénica de los parásitos, mucho más enrevesada que la de bacterias y virus y también la adaptación que han sufrido a lo largo de los tiempos los parásitos a su hábitat, el hospedador. La capacidad adaptativa de los animales que consiguieron llegar a establecerse como parásitos les llevó a instaurar en ellos un régimen de conducta a través del cual eran capaces, sin despertar una reacción desmesurada del hospedador, de tomar contacto y de permanecer en él y de nutrirse a sus expensas. Con este sistema de adaptación al nuevo hábitat, dispusieron comportamientos a través de los cuales relajaban al hospedador en su reacción frente a una sustancia o cuerpo extraño, o conseguían evasión de la respuesta inmune de él.

Cada vez se conoce más sobre el comportamiento de los parásitos en su hospedador y sobre la respuesta de éste, especialmente de su sistema inmunitario, tras el estudio específico de cada uno de ellos en la especie que parasitan. Tiene una gran importancia este conocimiento, pues, sabiendo las reacciones y respuestas se puede llegar a comprender mejor el proceso en su conjunto y cuanto se deriva de él, aplicándolo luego, tanto al diagnóstico, como a la lucha contra esta sustancia extraña y la patología por ella producida.

Respecto al sujeto vertebrado de estudio, el porcino criado en extensivo, es decir, el de raza ibérica, creemos que está justificado cualquier estudio que se realice sobre él, dado que se trata de un producto ganadero de alta cualificación, cuyas características tanto higiénico-sanitarias, como gastronómicas, le han dado un valor añadido, que consigue hacer rentable cualquier estudio para obtener avances y conseguir individuos sanos, de mayor productividad y que sean capaces de ofrecernos una carne más sana, con magnífico sabor y de la que se consigan productos curados con el flavor característico tan deseado por el buen gourmet.

Su forma de manejo y explotación, así como la idiosincrasia de su raza, le convierten en un organismo al que, ni llegan a tomar contacto los mismos parásitos, ni se desarrollan fácilmente parasitaciones masivas, ni la respuesta que ofrece es la misma que daría un animal sometido a un proceso rápido de cría, en estabulación permanente.

El porcino ibérico extensivo puede estar sometido a este procedimiento desde muy temprana edad, a partir de la fase de post-destete, es decir, a partir de los tres o cuatro meses de edad, en la que el animal sale al campo, se alimenta de lo que consigue buscar en él, especialmente hierbas y raíces, suplementado de un alimento a base de cereales y leguminosas. Así deberá permanecer hasta, como mínimo, los diez meses de edad, siendo frecuente que esta situación se prolongue hasta los doce a quince meses de vida. A partir de esto, el animal pasará a matadero, comercializándose, o al menos debiendo hacerlo, como cerdo ibérico de campo, o pasará, en esa u otra dehesa, a completar su peso consumiendo exclusivamente bellota, además de los productos vegetales que encuentre, pero sin suplemento alimenticio aportado por el ser humano.

Como consecuencia de la producción en nuestra zona de trabajo, hace ya largo tiempo decidimos abrir una línea de investigación para investigar las parasitosis del cerdo ibérico y sus implicaciones en la sanidad animal y salud humana. No debemos olvidar que el 70 % de las reproductoras ibéricas se encuentran en Extremadura y es allí donde se obtienen la mayoría de los animales que luego se destinarán al consumo, tanto como carne fresca de calidad, como productos curados muy estimados por el consumidor o productos cocidos. Estamos en la zona donde se cría la mayor parte del porcino ibérico y donde, como seres vivos en su hábitat, se producen las infecciones parasitarias.

Los animales que viven en siss de explotación extensivos están sujetos a infecciones por una amplia gama de parásitos. Cierto que, a cambio de eso, las parasitosis, como presentación de síntomas, suelen ser menos frecuentes, o al menos, el grado de parasitación es menor. Se mantiene bien el equilibrio natural buscado por el parásito en su adaptación al nicho ecológico que ocupa, el animal. El cerdo ibérico es un elo perfecto de este sis de vida en las dehesas del oeste, sur y centro de España, alimentado, al menos en parte, con bellotas y pasto. Sinargo, este manejo extensivo favorece la infección por distintos parásitos como Metastrongylus al tener fácil acceso a su hospedador intermediario, la lombriz de tierra. Por otro lado, la prevalencia del parásito intestinal Ascaris suum en el cerdo ibérico es muy elevada, encontrándose hasta del 37 % en la región extremeña.

Respecto a la presentación de parásitos en esta raza, García-Vallejo, en 1999 encontró que de 675 cerdos Ibéricos analizados, el 17’7 % presentaba infección de un solo género, mientras que el 32’7 % se encontraban infectados por dos géneros distintos y más del 40 % por tres o más géneros de parásitos, lo que indica la importancia de los estudios que se realicen sobre sinergia o antagonismo por parasitaciones mixtas en una especie animal.

Vamos, pues, a abordar el estudio de la respuesta inmunológica en infecciones experimentales por Ascaris suum y Metastrongylus apri, como dos representantes genuinos de las parasitosis que afectan con mayor frecuencia e importancia a los porcinos ibéricos y a un estudio realizado mediante infecciones experimentales de parasitaciones mixtas, en concreto por Ascaris suum, más Metastrongylus apri y Trichinella spiralis.

 

 


2. INMUNOLOGÍA. INMUNOLOGÍA PARASITARIA.

 

Como nos recuerdan Abbas, Lichtman y Pober (1995), en su Inmunología celular y molecular, el término inmunidad deriva de la palabra latina inmunitas, que se refería a la exención que de diferentes deberes cívicos y procesos legales, se les ofrecía a los senadores romanos mientras permanecían en el cargo. Como puede verse, el concepto es perfectamente aplicable a un organismo superior en lo referente a su protección frente a agentes infecto-contagiosos, o incluso, a sustancias extrañas a él.

Modernamente se puede definir la inmunidad como la reacción de un organismo frente a sustancias extrañas, ya sean microorganismos (bacterias, virus, protozoos, etc.), helmintos, artrópodos, proteínas, polisacáridos o parte de ellos. Es decir la reacción específica o inespecífica del organismo frente a una sustancia que le es ajena y que estimula alguna de sus reacciones defensivas.

Con frecuencia, se atribuye a Tucidides de Atenas, en el siglo V a. de C., la paternidad del concepto y aplicación inmunológica en una llamada “peste” definida por él; sin embargo, su aplicación es anterior, ya que, mucho tiempo antes, los chinos hacían inhalar polvo procedente de las costras de las erosiones cutáneas de los pacientes que curaban de un proceso variólico, con lo que se producía un fenómeno de inmunidad.

Sin embargo los conceptos inmunología, inmunidad, sistema inmunitario, etc., no se deben ajustar a tan sólo los objetivos finales de diagnóstico y protección, aunque ésa sea su finalidad, sino que, bien al contrario, se hace necesaria la separación de los conceptos y su aplicabilidad, ya que, sin entender los primeros, sus funciones, las reacciones orgánicas, las respuestas, en suma, del paciente, nunca se hubiera podido, ni se podría llegar a obtener resultados fiables y repetitivos como exige cualquier proceso científico. Por ello, consideramos tanto o más importantes las aportaciones acerca de resultados de obtención de métodos diagnósticos o de protección, como las que se realizan básicamente para ofrecer una explicación al camino que desarrolla el proceso inmunitario en el organismo.

 

En el sistema inmunitario existen unos requerimientos básicos, en los que se sustenta su actuación y que suponen la existencia de:

 

·        Métodos para atrapar, procesar y reconocer el antígeno ( con macrófagos, células dendríticas, células B).

·        Mecanismos para reaccionar específicamente frente al antígeno, es decir, la existencia de células sensibles al mismo.

·        Presencia de células capaces de producir anticuerpos, participando en la respuesta inmunitaria mediada por células.

·        Capacidad y especialización de algunas células para conservar memoria de lo acontecido, siendo capaces de recordar el proceso luego de nuevos  enfrentamientos con el agente patógeno.

 

Un organismo debe reconocer a sus propias células como autóctonas. Son antígenos para otras especies, pero son reconocidas para él. A este fenómeno se le llama tolerancia y, cuando dicha tolerancia se pierde, se desencadena la enfermedad autoinmune, por la que el organismo no reconoce a sus estructuras que pueden actuar como propios antígenos.

 

Existentes los requerimientos básicos y desarrollados los mecanismos, métodos y habilidades, la inmunidad se presenta de diferentes formas, tales como, natural y adquirida; o activa y pasiva; o humoral y celular, según sea propia per se del organismo, o conseguida a través de su sistema inmunitario, o bien sea aportada desde el exterior como respuesta presente ya en otro organismo similar, o se deba a la actuación de los anticuerpos (elaborados o inoculados), o a la acción de las células inmunitarias, los linfocitos T y todos sus predecesores y actuantes poco específicos.

 

En la inmunidad natural, intervienen como principales mediadores las células fagocíticas, las células de citotoxicidad natural (Natural Killer) y el interferón γ. Posteriormente, si la inmunidad natural inespecífica no es eficaz, se desarrolla la inmunidad adquirida, que es el resultado de la respuesta orgánica inmunológica desarrollada frente a un agente extraño al animal, el antígeno, los cuales son captados y reconocidos y, a partir de ahí, se ponen en marcha los mecanismos de activación de los linfocitos para la producción, a partir de ahí, de anticuerpos y linfoquinas. (Tabla 1)

 

Tabla 1. COMPONENTES DE LOS DISTINTOS TIPOS DE INMUNIDAD

MECANISMO INMUNITARIO

FACTOR

DE ACTUACIÓN

OBSERVACIONES

Barreras fisicoquímicas

Piel, mucosas, cilios, secreciones,…

Barreras mecánicas, acidosis, alcalosis,…

 Moléculas circulantes

Complemento, anticuerpos

Linfocitos B

Celular

Fagocitos (macrófagos, neutrófilos), Linfocitos

Linfocitos T

Mediadores activos

Citoquinas de macrófagos o linfocitos (Interferón α, β, γ)

Linfocitos B y T, Activación de macrófagos, Células agresoras naturales (NK), lisis de células diana,…

 

En el caso de las parasitosis, el éxito de un parásito se mide por la capacidad de adaptación que ha tenido con su hospedador, de tal manera, que la inmunidad parasitaria, no es sino un fallo de adaptación parasitaria. En efecto, el éxito de un parásito es la supervivencia, si es posible, de él y si no, al menos de su especie y como tal, su adaptación al hábitat es fundamental. No se mide su éxito o fracaso por la capacidad de acción patógena que posea, sino por su subsistencia, sin causar daño, o haciéndolo en el mínimo grado posible. Se han pasado largo tiempo desarrollando mecanismos de adaptación, es decir, de evasión de la respuesta inmunitaria del hospedador, por consiguiente el grado de acomodación a su ecosistema vivo, es el que determina lo exitoso de su actividad. Debe, pues, aproximarse de tal manera disfrazado,  que el organismo hospedador lo considere sustancia propia y deje, como consecuencia de ello, de ser blanco de sus ataques-defensa.

 

La inmunidad contra helmintos podemos considerar que, hasta cierto punto, ha fracasado, al menos parcialmente. Parte de este fracaso se debe a la complejidad antigénica de estos parásitos, adicionada de los mecanismos de evasión parasitaria de los que se ha rodeado. De hecho, la adaptación parasitaria no es algo producido al azar, sino que es el resultado de la aplicación de ciertos potenciales poseídos por los parásitos, durante largos periodos de tiempo. Así, una infección parasitaria no debería producir enfermedad, o hacerlo muy levemente  y, realmente, sólo se produce esta circunstancia en organismos debilitados, o en procesos infectivos masivos en los que la dosis de parásitos supera la capacidad adaptativa del hospedador a recibirlos.

 

Además, en aquellos países con sanidad y economía saneadas, se ha conseguido combatir los helmintos con medidas higiénico-sanitarias, incluyendo la quimioterapia, lo que, de nuevo ha impedido, o al menos ha entorpecido el establecimiento de respuesta inmunitaria del sistema orgánico del hospedador, favoreciendo, en cambio la presentación de alergias que se vislumbran como uno de los problemas sanitarios graves para este siglo XXI. De hecho, nuevas terapias anti-alérgicas se basan en infecciones controladas de helmintos parásitos, que consiguen que el sistema inmunitario del hospedador mantenga una actividad y olvide sustancias que, en absoluto son patógenas para ese organismo.

 

En el organismo hospedador se producen distintas reacciones frente a los parásitos, unas específicas y otras no específicas, pero también, se producen otras barreras o inconvenientes para la implantación o para la dosis eficaz de implantación de un helminto en un organismo hospedador y entre ellas, las más importantes son las competencias intraespecíficas o interespecíficas que se pueden producir, es decir, traduciéndolo a nivel de sujeto paciente, las facilidades o dificultades para instalarse en el hospedador y producir su reacción (patología) en competencia con otros parásitos, de su misma o diferente especie. De esta situación se desprenden las reacciones cruzadas que puedan subvenir y que pueden ser demostrables mediante métodos inmunológicos de diagnóstico o registrando con sus medidas, las alteraciones de parámetros orgánicos, que son los índices que nos demuestran fehacientemente el estado de salud o enfermedad de dicho hospedador.

 

La inmunidad humoral frente a helmintos viene marcada por la preponderancia de la IgE, correspondiéndose con signos característicos de hipersensibilidad de tipo 1, destacando valores de eosinofilia, edema, asma, urticarias y otros procesos revulsivos de la piel, etc. En este sentido, es frecuente la hipersensibilidad adquirida por investigadores que trabajan con este tipo de parásitos, produciéndole procesos asmáticos y cutáneos. De ambos casos, incluso de una infección hasta adulto, hemos tenido con personas que trabajaban en este equipo de investigación de parasitosis del porcino ibérico que tanto me honro en dirigir.

 

Pero lo que en principio puede parecer una molestia para el hospedador habitual y, desde luego para el hospedador no habitual (el investigador), realmente es una defensa eficaz contra el establecimiento de poblaciones parásitas en un hospedador, controlando eficazmente el tamaño de la misma, o llegando a presentar fenómenos de autocuración en el mismo.

 

La inmunidad celular hace que, puedan ser considerados como tejidos de trasplante funcional heteroespecíficos los helmintos que migran por los órganos y sistemas del hospedador, sin embargo, el rechazo no es inmediato, sino que, gracias a la adaptación de los parásitos, consiguen retrasar, o anular este proceso. Sin embargo, los linfocitos T sensibilizados, pueden actuar con cierto éxito contra los helmintos, primero con una respuesta inflamatoria de tipo de hipersensibilidad retardada, que dificulta el crecimiento y la migración de larvas y luego, mediante los linfocitos citotóxicos que pretenden la destrucción de las mismas.


3. INMUNIDAD FRENTE A Ascaris suum.

 

Los estudios desarrollados sobre este parásito se han obtenido tras realizar infecciones experimentales en porcinos ibéricos y agruparlos en diferentes lotes, en primer lugar, según edad, realizando un estudio doble, sobre animales jóvenes, de dos o tres meses de edad y sobre animales adultos, de ocho meses de edad. Por otro lado, se agruparon también según dosis infectantes, según inmunización con diferentes proteínas y según el protocolo de infección-tratamiento-reto de infección, comprobando siempre la implicación de cada protocolo, en los índices productivos de los porcinos ibéricos y siempre, comparados con un lote control, mantenido, como todos los demás, aislado del resto de animales. Se han realizado igualmente estudios en población libre, de diagnóstico epidemiológico de ascariosis por el método inmuno-enzimático ELISA.

 

Realizamos un estudio en animales de 14 explotaciones de porcino ibérico con objeto de poder conocer la relación densidad óptica, presencia de huevos de ascarídidos en heces y búsqueda a nivel intestinal de adultos, prueba que se realizó en matadero. Por las razones aludidas y el extraño comportamiento (Fig. 1) de este parásito en su hospedador porcino (presencia de adultos y resultados inmuno-serológicos negativos, o presencia de huevos sin adultos en intestino, etc.), entendimos que en esas mismas fechas se nos invitara a una reunión en el Center of Experimental Parasitology de Copenhague cuyo era: “¡Ascaris, ese gran misterio!”.

 

Fig. 1. DIFERENCIA DE RESULTADOS DE D.O./HUEVOS por g HECES/ADULTOS

 

 

Como ya hemos indicado, se evaluó el interés de aplicación de la técnica inmuno-enzimática ELISA con fines diagnósticos en la ascariosis porcina de animales de raza ibérica en extensivo, utilizando para ello seis antígenos diferentes extraídos de parásitos adultos, en concreto de su ovario, útero, cutícula, esófago, fluido pseudocelómico y antígeno excretor-secretor y una de larvas, antígeno excretor-secretor larvario. Los resultados obtenidos con cada uno, se evaluaron y sobre todo, se compararon entre sí, comprobando la especificidad y sensibilidad de cada uno de ellos.

 

Tras el estudio de los resultados, se concluyó que los antígenos que mejor respuesta nos presentaron fueron el uterino, el ovárico y el excretor-secretor larvario, mientras el que se presentó como menos sensible, fue el esofágico. Con los de mayor sensibilidad se stró que, se podían establecer sin lugar a dudas, las explotaciones libres de Ascaris suum, es decir, aquellas cuyos animales nunca habían tenido contacto con este parásito. Sin embargo, como antígenos de diagnóstico individual, no dieron buen resultado, consecuencia de la adaptación tan importante que el parásito había conseguido a su nicho, el hospedador y a la facilidad que tiene para conseguir la evasión a la respuesta inmunitaria del hospedador.

 

Se estudiaron también las fracciones proteicas con poder inmunógeno (Tabla 2), con objeto de ver cuáles podían ser de mayor utilidad en el serodiagnóstico y comprobando aquellas que se presentaban en mayor número de antígenos de entre los estudiados y encontramos que la comprendida entre 36 y 47 KDa, estaba presente en todos los antígenos, seguida de las de 64 y 190 KDa. Sin embargo, las fracciones menores a 20 KDa, no indujeron una producción de IgG detectable en animales hiperinmunizados con los antígenos señalados.

 

 

Tabla 2. ANTÍGENOS DE Ascaris suum Y FRACCIONES PROTEICAS QUE COMPARTEN

 

Ags ↓     F.P→

 

190 kDa

 

64 kDa

 

54 kDa

 

36-47 kDa

 

17 kDa

 

Cuticular

 

+

 

+

 

 

 

+

 

 

 

Esofágico

 

 

 

+

 

+

 

+

 

 

 

Uterino

 

+

 

+

 

+

 

+

 

+

 

Ovárico

 

+

 

+

 

+

 

+

 

+

 

Pseudocelómico

 

+

 

 

 

 

 

+

 

 

 

En los estudios anatomopatológicos de nuestra experiencia nos encontramos como dato más significativo, la presencia de los típicos focos fibrosos (Fig. 2) conocidos vulgarmente como “manchas de leche”, comprobando la existencia de cuatro tipos de ellas, las reticulares, las grandes manchas, las difusas y las linfonodulares.

 

Fig. 2. TÍPICA FIBROSIS FOCAL (MANCHAS DE LECHE

RETICULARES) EN INFECCIONES POR Ascaris suum

 

 

Aparecen un tipo u otro, tal y como preconizan algunos autores, según el tiempo transcurrido desde el paso de las larvas por hígado, pero también nosotros hemos demostrado, tras los correspondientes estudios inmunohistoquímicos, un componente inmunomediado (Fig. 3) que hace que se presenten cada una de las formas mencionadas. Incluso, aparecieron en animales tratados con bajas dosis de antihelmíntico de las usadas con fines preventivos y luego retados mediante infección con una determinada dosis de ascarídidos, lo que significó que había existido cierto grado de migración larvaria por el parénquima hepático, con el consiguiente daño tisular y económico, lo que obliga a cuestionar los tratamientos continuados en pienso y pronunciarnos a favor de los tratamientos estratégicos en el momento necesario, más eficaces, menos contaminantes e incluso, más baratos.

 

 

Fig. 3. DEPÓSITOS DE INMUNOCOMPLEJOS DETECTADOS POR INMUNOHISTOQUÍMICA

 

 

Los abundantes depósitos de todos los antígenos usados, especialmente del antígeno larvario excretor-secretor, el pseudocelómico y las proteínas purificadas, en todos los tejidos investigados, especialmente en los órganos diana, pulmón, hígado e intestino, y su probabilidad de diseminación, así como su alto poder inmunógeno, nos hace pensar en la posibilidad de desarrollo de alergias humanas por consumo de esta carne contaminada con los antígenos parasitarios, tema que consideramos de interés y que se presta a planteamientos de futuras investigaciones.

 

El abundante infiltrado (Fig. 3) registrado en el estudio histopatológico de los animales de algunos lotes, aquellos que fueron sometidos a inmunización con ciertas proteínas del parásito, nos induce a pensar que, en estos porcinos, se produce una estimulación antigénica en los órganos del sistema inmunitario, que una vez que entran en contacto con las larvas, da lugar a la activación de linfocitos T y B, de manera que se produce una invasión masiva de este tipo de células en aquellos órganos donde se produce la migración, es decir, en hígado, pulmón e intestino.

 

La edad de los animales que componían los distintos lotes, también tuvo una importancia grande para determinar el tipo de respuesta del sis inmunitario de ellos, encontrando, por lo general, cómo los animales adultos tenían un mayor grado de resistencia a las parasitaciones por Ascaris suum, detectable por diversos métodos, tanto patológicos, como biopatológicos, o parasitológicos.

 

La inmunidad humoral detectada en suero sanguíneo mediante la técnica ELISA y medida en densidad óptica (D.O.), fue uno de los primeros parámetros que estudiamos (Fig. 4), comprobando cómo los sueros de animales conceptuados como viejos (mejor sería llamarlos solamente adultos), iniciaban su medida de D.O. muy alta (a la mitad del máximo que llegan a alcanzar en el periodo de estudio), como consecuencia de que ya habían estado en contacto con el parásito en otras ocasiones debido a su edad. El paso de días post-infección, le lleva a subir hasta un límite bajo con relación al desarrollo del ciclo endógeno del parásito.

 

En los animales denominados como jóvenes (de unos tres meses de edad), el comportamiento de respuesta humoral fue más drástico, iniciándose el día de la administración del inóculo en lo que podíamos considerar un valor cero, para ascender de manera brusca y superar al final de esta experiencia los valores que presentaban los animales de mayor edad, observándose una tendencia a distanciarse más de ellos.

 

 

Fig. 4.  RESPUESTA HUMORAL DE DIFERENTES EDADES

EN INFECCIÓN POR Ascaris suum

 

 

Estos resultados nos hacen asegurar que este parásito deja una memoria antigénica en los hospedadores que parasita, por ello, en los animales de mayor edad, la respuesta es más temprana, menor y más mantenida, mientras que en los más jóvenes, el inicio de la respuesta fue posterior, con subida brusca y continuada en esa tendencia ascendente durante toda la experiencia.

 

Otra muestra de la diferencia de respuesta orgánica frente a la infección por Ascaris suum, según la edad de los hospedadores es la presencia de manchas de leche en hígado. La presencia de éstas depende de muchos factores, pero desde luego, una de las más importantes es la de haber mantenido contactos anteriores con el parásito, lo cual, lógicamente viene determinado en la mayoría de los casos por la edad de los animales a investigar, ya que cuanta mayor sea ésta, más posibilidades han tenido de que se produzca la unión parásito-hospedador.

 

En nuestro caso concreto (Fig.5), la presencia de manchas de leche en todos los lotes problema, fue francamente superior en los hígados de animales jóvenes que en los de adultos (viejos), superando en dos o tres veces la media de las unidades registradas de esta lesión. Esta agresión hepática, a parte de la pérdida económica que representa, supone una lesión que, aunque reversible, es indicativa de la primoinfección o de las re-infecciones, de la dosis infectante, de los tratamientos a los que se haya sometido, o del estado inmunitario que presente el animal en el momento de la investigación, siendo menor en número, cuanto más eficaz sea éste.

 

Fig. 5. PRESENCIA DE MANCHAS DE LECHE EN ANIMALES

DE DISTINTA EDAD INFECTADOS POR Ascaris suum

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por último, respecto a la respuesta de los hospedadores a la infección por este ascaris, en nuestra experiencia se observó también una ganancia de peso estadísticamente significativa en aquellos lotes en los que los animales fueron sometidos a una inmunización con diferentes fracciones proteicas aisladas y purificadas de los antígenos del parásito (Tabla 3).

 

Tabla 3. PARÁMETROS PRODUCTIVOS (MEDIA + DESVIACIÓN ESTANDAR)

LOTES

PESO INICIAL (Kg)

PESO FINAL

(Kg)

GANANCIA

TOTAL

GANANCIA MEDIA DIARIA

1

20.46±10.15

28.93±8.89

7.52±3.08

0.1534

2

23.36±10.30

31.50±7.69

7.93±3.53

0.1618

3

18.06±8.14

26.03±7.15

8.30±2.03

0.1693

4

19.80±7.13

27.56±3.80

8.61±2.06

0.1757

5

17.60±6.66

26.43±4.65

9.97±3.12

0.2167

6

18.06±6.63

27.46±5.50

9.10±2.35

0.1857

7

27.56±14.40

33.36±8.24

6.10±5.47

0.1244

 

Es decir, se conseguía un mayor rendimiento cuando el animal alcanzaba un estado inmune, adquirido naturalmente (contactos sucesivos con el parásito), o artificialmente, mediante inoculaciones de sustancias inmunógenas específicas (lotes 5 y 6), o al menos, mediante tratamientos que consigan mantener y limitar el grado de parasitación del hospedador (lote 4).


4. INMUNIDAD FRENTE A Metastrongylus apri.

 

Un buen número de especies de nematodos se han adaptado al hábitat pulmonar como lugar de desarrollo y supervivencia. Muchos de ellos causan importantes alteraciones en este nivel y, sobre todo, adquieren su mayor importancia por las grandes pérdidas económicas que producen en los hospedadores a los que parasitan.

 

Entre estos parásitos pulmonares, Metastrongylus apri merece especial interés por constituirse como uno de los parásitos más importantes del cerdo debido a su alta incidencia, así como a la patología que puede llegar a producir. Estudios epidemiológicos previos han demostrado prevalencias del 17,5% en Corea, del 15,1 % en Filipinas, del 7 % en EEUU, etc.

 

En nuestra región, se cita el hallazgo de este parásito en la provincia de Cáceres debido al diagnóstico realizado por nosotros en las comarcas de Trujillo y Navalmoral de la Mata y en todo el sur y sur-oeste de la de Badajoz. En el sur de Extdura, en 1990 denunciamos unos porcentajes de parasitación por Metastrongylus spp. más que notables (21,5 – 45,7%) entre los porcinos ibéricos investigados durante tres años consecutivos (1987-89). Resalta el altísimo porcentaje evidenciado el último año de estudio, con un 45,7 % de animales positivos a vermes pulmonares entre un total de 140 cerdos analizados (es decir, en 64 encontramos parásitos o sus elementos de diseminación), lo que aboga por el gran problema que los parásitos pulmonares suponen en las explotaciones extensivas de porcino ibérico que ven favorecido su ciclo evolutivo en este tipo de explotación, al necesitar lombrices de tierra como hospedadores intermediarios.

 

 

Fig. 6. PULMÓN DE INFECCIÓN CON Metastrongylus apri

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En unos estudios más recientes realizados por nuestro equipo en la región extremeña, hemos encontrado, de nuevo tasas de prevalencia del 24% en cerdos sacrificados en matadero. Así pues, porque existen datos de la presencia del parásito en los cerdos ibéricos de nuestra región, creímos necesario un estudio en profundidad para conocer acerca de su patología, pero sobre todo de su patogenia y respuesta del hospedador y su sistema inmunitario, frente a él.

 

Por otro lado, no solamente este parásito es importante por su elevada presencia en nuestra región sino porque puede ser el causante de una acción estresante, que favorezca la presentación de patógenos, tales como los virus de la Peste Porcina Africana y Clásica, virus de la Influenza y sobre todo y muy especialmente, favorecen la aparición de otros patógenos pulmonares muy habituales e importantes para el porcino, como son bacterias del género Pasteurella y, hoy en día, la frecuente presencia de Micoplasmas; todos ellos pueden ser activados por la presencia de Metastrongylus spp., es decir, éste, actúa como agente potenciador. Este hecho conlleva que los animales parasitados, aún a pesar de presentar escasa o nula sintomatología, puedan ser un importante foco epidemiológico en la presentación de patologías concomitantes y, por ende, puedan eliminar y transmitir estas patologías.

 

Se han realizado trabajos de los aspectos inmunológicos por todos pulmonares, aunque se han centrado sobre todo en parasitosis pulmonares de rumiantes y ratones por Dictyocaulus sp., Muellerius sp., Protostrongylus sp. y Nippostrongylus sp. A pesar de todos los posibles trastornos patológicos, económicos y epiológicos que puedan presentar los animales afectados por Metastrongylus spp. son prácticamente nulos los estudios realizados hasta la fecha, encaminados al conocimiento de la patogenia de la enfermedad y, sobre todo, de los mecanismos inmunológicos que se desencadenan en el hospedador natural en respuesta a la invasión de estos vermes en su organismo.

 

En general, la infección por vermes pulmonares desencadena diversas manifestaciones de inmunidad. Se ha constatado la presencia de anticuerpos mediante las técnicas de fijación del compnto, precipitación, glutinación, inmunofluorescencia, etc. Nosotros, los s investigado siguiendo la técnica inmunoenzimática ELISA. En nuestras infecciones experimentales por Metastrongylus apri, s observado la eliminación de estos vermes, por reacción del hospedador, durante las primeras nas tras infecciones simples, aunque de una manera menos eficaz que ocurre con Dictyocaulus en rumiantes.

 

Estudios en cerdos infectados con 500 huevos en una única dosis no han strado el desarrollo de protección frente a la infección, aunque una sola dosis con 2500 huevos causó retardo en el desarrollo de los parásitos evitando nuevas re-infecciones. Igualmente, la infección múltiple de 540 huevos dividida en 7 dosis y administrada durante 40 días (a janza del patrón de infección natural) redujo el número de helmintos que se desarrollaron tras el reto de nueva infección con este parásito. Otros experimentos han mostrado que la resistencia se manifiesta por la expulsión de vermes adultos desde el pulmón, más que por la inhibición del desarrollo de las larvas a adultos. Esta contradicción puede ser debida a la diferente eficacia de los distintos mecanismos inmunes desarrollados por los cerdos al usar diversa metodología experimental, distintas dosis infectantes, distinta pauta de infección, desigual respuesta inmunitaria específica de cada hospedador, o, diferente especie de Metastrongylus.

 

El planteamiento de nuestra experiencia, aún sin concluir en todos los parámetros y valores que nos hemos propuesto investigar, se realizó pensando en los objetivos marcados, entre los que destacamos el estudio de patogenia y los estudios de inmunidad celular y humoral que nos pueden llegar a desvelar los secretos de su actuación en el hospedador definitivo, el porcino ibérico.

 

Se encuadraron los animales en 5 lotes, cada uno de ellos con 12 y con diferente cantidad de inóculo, quedando un lote reservado a animales inmunizados y posteriormente retados y más el correspondiente lote control (Tabla 4).

 

 

Tabla 4. DISEÑO EXPERIMENTAL DE METASTRONGILOSIS

LOTE

Nº DE ANIMALES

INÓCULO

SACRIFICIO (D.P.I.)

1

12

2000 L3

0, 14, 35, 84

2

12

500 L3

0, 14, 35, 84

3

12

200 + 400 + 800 L3

0, 14, 35, 84

4

12

3 inmunizaciones y reto

0, 14, 35, 84

5

12

control

0, 14, 35, 84

 

 

La razón de los sacrificios programados a los 0, 14, 35 y 84 d.p.i. no es otra que la de conocer en su totalidad la respuesta del hospedador atendiendo a la cronología del ciclo evolutivo del parásito.

 

Los primeros síntomas de infección fueron detectados los días 15, 17, 20 y 33 p.i.,  en los lotes 1, 2, 4 y 3, respectivamente, observándose cómo en aquél lote que  había recibido dosis repetidas del parásito, tal y como es normal que ocurra en la naturaleza, la presentación de síntomas fue posterior y además, menos intensos durante toda la experiencia. Estos síntomas consistieron en disnea, tos, hipersecreción nasal y respiración abdominal, síntomas típicos de un proceso pulmonar.

 

Al contrario de lo que ocurre en Ascaris, existió una adecuada correlación entre la dosis infectante y la presencia de adultos y larvas en pulmón, así como de la presencia de elementos de diseminación en heces. Este hecho fue constatado en todas y cada una de las necropsias de los animales pertenecientes a los lotes 1 y 2.

 

El lote 3, infectado reiteradamente durante tres semanas, tuvo una mayor resistencia a las re-infecciones, pues desarrolló una inmunidad de tipo no estéril que le protegió ante sucesivos contactos con el parásito. Esto nos indica, que en la naturaleza y debido a esa inmunidad presente mientras existe algún parásito en el organismo hospedador, existe una cierta resistencia según avanza la edad del porcino, siempre que tenga contactos sucesivos, pero no intensos, con este parásito, disminuyendo o incluso, impidiendo su implantaci&oacu