El bacteriófago Ø29: Historia de un modelo.

El bacteriófago ø29: Historia de un modelo.

Texto del discurso de ingreso como Académica de Honor

de la Real Academia de Ciencias Veterinarias

Margarita Salas

Instituto de Biología Molecular “Eladio Viñuela” (CSIC)

Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (CSIC–UAM)

Universidad Autónoma, Canto Blanco

28049 Madrid

14 de Noviembre de 2007


Excmo. Sr. Presidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias, Excmos. Sras. y Sres. Académicos, Sras, y Sres.

En primer lugar quiero dar las gracias al Presidente, Excmo. Sr. Carlos Luis de Cuenca a todos los miembros de esta Real Academia por la distinción que hoy voy a recibir.

Es para mi un gran honor estar hoy aquí recibiendo este nombramiento de Académica de Honor de la Real Academia de Ciencias Veterinarias.

En mi discurso voy a resumir las vivencias científicas de los más de 45 años de mi vida dedicada a la investigación, de los que cerca de 40 van unidos a Eladio Viñuela, con quien compartí este período importante de nuestras vidas, y que fue Académico Correspondiente de esta Real Academia.

Nuestro encuentro tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid cuando cursábamos el último año de nuestra licenciatura y nos encontrábamos realizando el trabajo de Tesina de Licenciatura para iniciar posteriormente una Tesis Doctoral.

En mi caso, un encuentro con Severo Ochoa cuando terminé el tercer curso de Licenciatura me decidió a continuar una carrera de investigación en Bioquímica. Severo Ochoa me recomendó que realizase la Tesis Doctoral en Madrid, en el laboratorio de un excelente bioquímico, Alberto Sols, que trabajaba en el Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para después realizar una fase postdoctoral con el propio Ochoa en el Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. Tres meses más tarde de mi comienzo con Sols, Eladio se incorporó al mismo laboratorio y allí realizamos ambos nuestra Tesis Doctoral.

Mi trabajo de Tesis consistió en el estudio de la conversión de glucosa –6-fosfato en fructosa-6-fosfato en una reacción catalizada por la glucosafosfato isomerasa, con especial hincapié en una actividad tipo anomerasa del enzima, cuyo producto intermedio es glucosa-6-fosfato acíclico. Con este trabajo vislumbré por primera vez en mi carrera científica lo que Severo Ochoa llamaba la emoción de descubrir. Había descubierto una propiedad de la glucosa-6-fosfato isomerasa inédita hasta la fecha, que era su actividad de anomerización.

Durante mi fase de doctorado colaboré con Eladio en el estudio de la glucoquinasa de hígado, un nuevo enzima que había descubierto Eladio como primer paso en la ruta de la glucosa al glucógeno en hígado, que daba lugar a la formación de glucosa-6-fosfato. Posteriormente, demostramos que la síntesis de la glucoquinasa de hígado de rata es dependiente de insulina. El enzima desaparece en animales diabéticos o en animales a los que se ha sometido a ayuno, y se resintetiza por administración de insulina o por realimentación, respectivamente. Quiero resaltar aquí la generosidad de Eladio quien me hizo participar en un tema de un indudable interés al que él le había dedicado ya mucho tiempo y esfuerzo.

En 1964, una vez finalizada nuestra tesis doctoral, nos marchamos al laboratorio de Severo Ochoa.

En aquel momento, a mediados de 1964, se acababa de terminar la fase febril del desciframiento de la clave genética. Ochoa me dio como de investigación el determinar la dirección de lectura del mensaje genético. Un año más tarde publicábamos el primer trabajo sobre este , strando que el RNA mensajero se lee en la dirección 5’ a 3’. Posteriormente, en 1966, descubrí dos nuevas proteínas en Escherichia coli, que resultaron ser los dos primeros factores de iniciación de la síntesis de proteínas. Aunque mayoritariamente Eladio y yo trabajamos independiennte en esta etapa postdoctoral, también colaboramos en determinar que todas las proteínas sintetizadas en E. coli después de la infección con el fago MS2 comienzan con formil-metionina, utilizando la técnica de electroforesis en geles de poliacrilamida en presencia de dodecil sulfato sódico que había puesto a punto Eladio.

De la estancia en el laboratorio de Severo Ochoa guardo un recuerdo imborrable. Severo Ochoa nos enseñó, no solamente la Biología Molecular que después pudimos desarrollar y enseñar a nuestra vuelta a España, sino también su rigor experimental, su dedicación y su entusiasmo por la investigación. El seguía día a día el trabajo que se hacía en el laboratorio, y a diario discutíamos con él los experimentos que se habían hecho, y planeábamos los que había que realizar. Tengo un recuerdo especialmente agradable de los almuerzos en los que, además de largas discusiones sobre ciencia, también se hablaba de música, de arte, de literatura, de viajes. Era un rito el paso de Severo Ochoa a las 12 en punto por nuestros laboratorios para recogernos de camino al comedor de la Facultad.

También tengo un excelente recuerdo de las clases que se impartían a los estudiantes de Medicina por los profesores del Departamento, y a las que asistíamos todos los miembros del mismo. Ello nos dio ocasión de aprender la Biología Molecular desde el punto de vista teórico de la mano de Severo Ochoa y de otros grandes profesores del Departamento.

Después de tres años de estancia en el laboratorio de Ochoa, Eladio y yo tomamos la decisión de volver a España. Pensamos que no deberíamos seguir trabajando en nuestros s de trabajo respectivos, muy competitivos en aquella época, ya que éramos conscientes de que teníamos que organizar un laboratorio e iniciar un nuevo grupo de investigación. Habíamos asistido el verano anterior a un curso sobre virus bacterianos, también llamados bacteriófagos o fagos, en los laboratorios de Cold Spring Harbor. Precisamente el estudio de los virus bacterianos había dado lugar al nacimiento de la Genética Molecular en los años 50 mediante el trabajo del llamado grupo de los fagos dirigido por Max Delbrück. Así pues, elegimos como sis de trabajo un bacteriófago, no muy estudiado por entonces, de tamaño relativamente pequeño para poder estudiarlo en profundidad a nivel molecular, pero a la vez morfológicamente complejo. El sis modelo de elección fue el bacteriófago ø29 que infecta a la bacteria Bacillus subtilis cuyo DNA lineal de doble cadena tiene un tamaño de unos 19000 pares de bases, es decir, es unas 10 veces más pequeño que el mejor conocido fago T4 de E. coli, con cuyo estudio se habían realizado grandes avances en Genética Molecular a partir de los años 50.

En aquella época, a mediados de 1967, no existía ningún tipo de ayuda estatal para realizar investigación en España, por lo que hicimos nuestra primera petición de una ayuda americana, a la Jane Coffin Childs Memorial Fund for Medical Research y, con el apoyo de Severo Ochoa, conseguimos la financiación, algo que fue esencial para nuestros comienzos. En el Centro de Investigaciones Biológicas de Madrid recibimos también el apoyo de José Luis Rodríguez Candela, Director del Instituto Gregorio Marañón del CSIC, quien generosamente nos cedió un laboratorio donde comenzamos nuestra andadura científica en España. Afortunadamente, a finales de 1967 se convocaron las primeras becas del Plan de Formación de Personal Investigador promovidas por el entonces Ministro de Educación y Ciencia D. Manuel Lora Tamayo con lo que pudimos tener nuestros primeros becarios predoctorales.

Con nuestro primer doctorando estudiamos la estructura de la partícula viral y la caracterización de las diferentes proteínas que forman las distintas estructuras del fago, lo que dio lugar al primer trabajo del nuevo grupo, en la revista Virology.

En paralelo iniciamos el estudio de la genética del fago con el aislamiento de mutantes letales condicionales (sensibles a temperatura y sensibles a supresor). Ello llevó al estudio de la morfogénesis de la partícula viral . Lo más relevante fue el descubrimiento de la existencia de proteínas morfogenéticas, que forman parte transitoriamente de la partícula viral, pero no están presentes en el fago maduro.

Por otra parte, iniciamos el estudio de la transcripción del DNA del fago mediante la purificación y caracterización de la RNA polimerasa de la bacteria huésped de ø29, B. subtilis. Posteriormente, demostramos la existencia de un control temporal en la transcripción del DNA del virus; los llamados genes tempranos que se expresan al comienzo de la infección y los genes tardíos que se transcriben posteriormente, y para cuya expresión se requiere un gen temprano, el gen 4.

En 1972, utilizamos por primera vez una nucleasa de restricción en España, la EcoRI, haciendo el primer mapa en el que se hacía la correlación del mapa físico y genético de ø29.

En 1970 Eladio se aventuró en un nuevo tema de trabajo: el estudio del virus de la Peste Porcina Africana. Esto tenía para él un doble aliciente: por una parte, iniciaba un tema muy interesante tanto desde el punto de vista básico como de sus aplicaciones en la resolución de un problema que afectaba gravemente a la cabaña porcina española, en particular en sus tierras extremeñas; por otra parte, me dejaba a mi el camino independiente en el estudio del bacteriófago ø29. De nuevo la generosidad de Eladio hizo que sacrificase un tema que ya estaba dando interesantes resultados, el estudio del fago ø29, para que yo pudiese desarrollarlo de un modo independiente.

La llegada de la nueva tecnología de la Ingeniería Genética nos abrió nuevos caminos en el estudio del fago ø29: el clonaje de genes para la sobreproducción de las proteínas correspondientes así como la mutagenesis dirigida para realizar estudios de correlación de estructura y función. Así, clonamos el gen 4 y la proteína producida en cantidades altas se purificó y se desarrolló un sis de transcripción in vitro en el cual la proteína p4 se requería para la transcripción del promotor tardío en presencia de la RNA polimerasa de B. subtilis.

Posteriormente, demostramos que la misma proteína p4 que activa la transcripción tardía es un represor de dos promotores tempranos, A2b y A2c. Por otra parte, la proteína viral temprana producto del gen 6, que se requiere para la iniciación de la replicación del DNA viral, también coopera con la proteína reguladora p4 en la activación del promotor tardío y en la represión de los promotores tempranos A2b y A2c. Así pues, el sistema de regulación de la expresión del DNA de ø29 es un sistema complejo que puede servir como modelo de mecanismo de control de la expresión genética.

El estudio de la replicación del DNA de ø29 surgió como consecuencia del descubrimiento de una proteína unida covalentemente a los extremos 5′ del DNA. Por microscopía electrónica, se pudo visualizar dicha proteína, en los dos extremos del DNA de ø29. Dicha proteína, producto del gen 3 viral, se denominó proteína terminal.

También por microscopía electrónica caracterizamos los intermedios replicativos en bacterias infectadas por ø29 llegando a la conclusión de que la replicación se inicia en los exts del DNA por un mecanismo de desplazamiento de cadena. Posteriormente, en 1982 stramos que la iniciación de la replicación del DNA de ø29 tiene lugar utilizando la proteína terminal como “primer”. Esto ha supuesto el descubrimiento de un nuevo mecanismo para la iniciación de la replicación de genomas lineales. Las dos proteínas esenciales para la iniciación de la replicación del DNA de ø29 son la proteína terminal y la DNA polimerasa viral que forman inicialmente un heterodímero. Estas dos proteínas, una vez iniciada la replicación se disocian, quedándose la proteína terminal unida covalennte al DNA, y la DNA polimerasa prosigue la replicación dando lugar in vitro a DNA de ø29 de longitud unidad de un modo muy procesivo. Esto quiere decir que la DNA polimerasa, una vez que inicia la replicación de una cadena de DNA, continúa hasta el final, sin pararse ni disociarse. Además, la DNA polimerasa tiene una actividad intrínsica de desplazamiento de cadena.

En 1982 realizamos los primeros trabajos de mutagénesis dirigida en la proteína terminal de ø29 y posteriormente en la DNA polimerasa en un estudio de correlación de estructura y función.

Muy recientemente, en colaboración con la Universidad de Yale se ha determinado la estructura tridimensional de la DNA polimerasa de ø29, siendo la primera vez que se determina la estructura de una polimerasa que utiliza una proteína terminal como iniciadora. Esto nos ha permitido profundizar en el estudio de la correlación de estructura y función, y determinar la estructura responsable de las propiedades de procesividad y desplazamiento de banda de la DNA polimerasa de ø29, que son únicas para esta polimerasa.

Por otra parte se caracterizó la p5 como una proteína de unión a DNA de cadena simple. Por microscopía electrónica se demostró su unión a la cadena simple desplazada en los intermedios replicativos del DNA de ø29.

También me quiero referir de nuevo a la proteína p6, que se une a los orígenes de replicación del DNA de ø29 formando un complejo nucleoprotéico que estimula la iniciación de la replicación, favoreciendo la apertura de los exts del DNA. De acuerdo con esta idea, se ha obtenido replicación in vitro de DNA de cadena simple, lo que nos ha llevado a demostrar que la replicación se inicia en la timina que ocupa la segunda posición desde el extremo 3′ y no en la timina que ocupa la primera posición. Esto, junto con el requerimiento de una reiteración terminal de al menos dos nucleótidos, nos ha llevado a postular un nuevo mecanismo que hemos llamado de deslizamiento hacia atrás o “sliding back”. Este modelo tiene implicaciones importantes para mantener intactos los extremos del DNA de ø29. Este modelo es extrapolable a otros DNAs que utilizan proteína terminal pues en todos estos casos existe reiteración en los extremos del DNA.

Otra proteína viral la p17, se requiere al comienzo de la infección para facilitar la unión de la proteína p6 a los extremos del DNA para la iniciación de la replicación. Finalmente, otras dos proteínas virales que se requieren en la replicación del DNA de ø29, la p1 y la p16.7, son proteínas de membrana que intervienen en la localización del DNA viral y de los intermedios replicativos en la membrana bacteriana.

Finalmente, quisiera acabar con un aspecto práctico del sis de replicación in vitro del DNA de ø29, que da lugar a amplificación del DNA. En presencia de las cuatro proteínas de replicación esenciales, la proteína terminal, la DNA polimerasa, la p5 y la p6, cantidades pequeñas de DNA de ø29 se amplifican unas 1000 veces dando lugar a la síntesis in vitro de DNA de unidad de longitud. El DNA amplificado in vitro es tan infectivo como el DNA aislado de partículas virales cuando se transfectan células competentes de B. subtilis. Esto podría ser la base para un sis de amplificación in vitro usando los orígenes de replicación y las proteínas de replicación de ø29. Por otra parte, la actividad de apertura de doble hélice de la DNA polimerasa de ø29, unido a su procesividad y a su capacidad de corrección de errores de replicación han dado lugar ya a una aplicación biotecnológica de la DNA polimerasa de ø29 con unos excelentes resultados en la amplificación de DNA circular con iniciadores múltiples mediante el mecanismo llamado de la rueda giratoria. Más recientemente, se ha extendido la aplicación biotecnológica a la amplificación de DNA genómico lineal.

Quiero resaltar el hecho de que de un trabajo fundamentalmente básico pueden derivarse aplicaciones, como la DNA polimerasa de ø29, cuyas propiedades de procesividad y desplazamiento de cadena son muy apropiadas para su aplicación en biotecnología, concretamente para la amplificación de DNA. También quiero resaltar que nuestros estudios de replicación con el DNA de ø29 son un modelo extrapolable a otros virus de interés sanitario y económico, como el adenovirus humano, que produce transformación oncogénica, el virus de la poliomelitis, el de la encefalomiocarditis, los virus de la hepatitis B y C, el virus de la fiebre aftosa, y una variedad de virus de plantas.

Como decía Severo Ochoa, hay que hacer investigación básica de calidad y hay que dejar libertad al investigador. De este trabajo libre surgen los grandes descubrimientos que redundan en beneficio de la humanidad. Aplicaciones prácticas que ha dado la Biología, como por ejemplo el desarrollo de los anticuerpos monoclonales o la tecnología del DNA recombinante han surgido como resultado de proyectos de investigación básica. Como es bien sabido de todos y como también decía Severo Ochoa, un país sin investigación es un país sin desarrollo. Es necesario que potenciemos nuestra investigación básica de calidad pues ella será la base para el desarrollo de nuestro país.

Hemos recorrido un largo camino desde que Eladio y yo iniciamos nuestro trabajo en Biología Molecular a nuestra vuelta a España en 1967. La investigación en Biología Molecular se ha potenciado de un modo importante. Existen grupos de indudable calidad en España, y así lo ha valorado la revista Nature quien ha dedicado no hace mucho un número completo sobre la investigación en España. Un comentario en la primera página de dicho número se titula “Spain breeds good science in lean times” (España produce buena ciencia en tiempos difíciles). Pero todavía es necesario potenciar la cantidad, en particular la recuperación de jóvenes investigadores excelentemente preparados.

Finalmente, quiero resaltar que el trabajo que acabo de resumir es el resultado de la dedicación de muchas personas que han trabajado en el grupo de ø29 a lo largo de 40 años, muchas de las cuales tienen sus propios grupos de investigación y están realizando un trabajo excelente. Mi más profundo agradecimiento a todas ellas, y en particular a las personas que están actualmente en el grupo y a las que en los últimos años me han ayudado en la dirección y buena marcha del mismo, Alicia Bravo, Ana Camacho, José Miguel Hermoso, José Mª Lázaro, Wilfried Meijer y Miguel de Vega, así como a Laurentino Villar, quien nos ayuda a todos. Quiero mencionar también de un modo especial a Mª Ángeles M. Villarraso quien, desde hace 11 años me ayuda y me protege como un verdadero ángel de la guarda. Mi agradecimiento a mis dos maestros de las fases predoctoral y postdoctoral, Alberto Sols y Severo Ochoa, respectivamente, quienes me enseñaron, no solo la Bioquímica y la Biología Molecular, sino también su rigor experimental, su dedicación y su entusiasmo por la investigación. A mis padres, quienes siempre me facilitaron el desarrollar mi carrera profesional. Quiero decir que mi madre continúa siendo un gran apoyo en mi vida. A mis hermanos y amigos, por su apoyo y amistad. A nuestra hija Lucía pues siempre me ha apoyado en mi dedicación a la investigación. Y muy especialmente a Eladio, con quien compartí los momentos difíciles de iniciar la investigación en España sobre el bacteriófago ø29. Tener a Eladio siempre a mi lado ha sido para mi un estímulo constante. Su consejo siempre acertado ha estado apoyándome continuamente. Eladio ha sido para mi, no solo un marido, sino también un amigo y un maestro. De hecho, el mejor de mis maestros. Ciertamente sin su ayuda, apoyo y estímulo constantes no estaría yo aquí recibiendo este nombramiento de Académica de Honor de la Real Academia de Ciencias Veterinarias.

Muchas gracias.

Presentación de la

Excma. Sra. Dª Margarita Salas Felgueres

Como

Académica de Honor

a cargo del

Excmo. Sr. D. Carlos Luis de Cuenca y Esteban

Presidente y

Académico de Número

14 de noviembre de 2007

Excma. Sra. Presidenta de la Real Academia Nacional de Farmacia

Excmos. Sras. y Sres. Académicos

Sras. y Sres.

Pocas ocasiones pueden presentarse a lo largo de la vida como la actual, para recibir a una personalidad tan extraordinaria en el seno de una Academia. Y menos aún para este Presidente que tiene el alto honor de tomar la palabra esta tarde para tratar de esbozar los muchos méritos de la Excelentísima Señora Doña Margarita Salas Felgueres.

Pero no me resisto a seguir la pauta para este tipo de actos, es decir, situarla en su tiempo y hablar después de su trabajo y de los reconocimientos que ha recibido, gracias a su espíritu de sacrificio y al tesón demostrado en pos de la ciencia.

Natural de Canero, en la bella y verde Asturias, aunque no lejano al intenso y bravo azul del Cantábrico, aprendió de su padre, médico, la curiosidad por la biología y de su madre, maestra, la vocación por el esfuerzo continuado, que habitualmente tienen los maestros.

Cursó la carrera de Química en la Universidad Complutense de Madrid, destacando en la licenciatura con la calificación de sobresaliente, en dónde se introdujo, de la mano del Profesor Martín Municio, en las bases de la bioquímica. Hizo el doctorado, cum laude, realizado bajo la dirección del Profesor Doctor Alberto Sols, en el Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en 1963, en un época en que el tema de la investigación era ciertamente difícil, por la escasez de medios y en donde la condición de mujer en los laboratorios era una especie rara avis.

Una vez terminada la tesis, se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó en el laboratorio del Profesor Severo Ochoa, en la Universidad de Nueva York, iniciándose y destacando en los estudios de biología molecular., volviendo a España en 1967 para seguir trabajando en el mismo centro del que salió, pero ya para desarrollar lo aprendido al lado de su maestro. Gracias a las becas de formación de personal investigador que instituyó el Profesor Lora Tamayo, a la sazón Ministro de Educación, en aquellos años convulsos de la Universidad española (y europea), pudo ir formando un equipo al que se fueron incorporando gente muy valiosa y accediendo mujeres en cada vez mayor proporción.

Al propio tiempo que fue profesora de Genética molecular en la Facultad de Química de la Complutense, hasta 1992, obtuvo la plaza de Profesora de Investigación del CSIC, en 1974 y donde continúa, en el Instituto de Biología Molecular “Eladio Viñuela” del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”, siendo Jefe de la línea de “Replicación y transcripción del DNA del bacteriófago ø29” estudios por los que es mundialmente conocida trabajando sobre los mecanismos de duplicación y a lo que ha dedicado gran parte de su vida, de lo que tendremos esta tarde cumplida cuenta de sus investigaciones y descubrimientos.

Las trascendencias de estas investigaciones y descubrimientos efectuadas sobre este fago, no quedan ahí. Hay que resaltar que la investigación básica, tiene muy a menudo aplicaciones prácticas ampliamente utilizables, en biotecnología por ejemplo, en la ampliación de DNA para la secuenciación posterior. También podemos recordar que estos trabajos son extrapolables a otros virus de interés sanitario, como la poliomelitis, la fiebre aftosa o las hepatitis B y C.

Pero desde nuestro punto de vista, quiero recordar que el B. subtilis sobre el que ha trabajado también es utilizado, junto al B. licheniformis, como aditivo en alimentación animal, para mejorar la digestibilidad de los cereales.

Es Doctora Honoris causa por las Universidades de Oviedo, Politécnica de Madrid, Extremadura, Murcia y Cádiz. Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Medalla de Honor de la Universidad Complutense de Madrid, Miembro de la Junta Consultiva de la Universidad de Oviedo.

Ha recibido numerosos premios de la más alta categoría, como Premio Nacional de Investigación Santiago Ramón y Cajal, Premio Severo Ochoa de Investigación de la Fundación Ferrer, Premio Rey Jaime I de Investigación, Premio Internacional de Investigación de la Fundación Cristóbal Gabarrón. Medalla G.J. Mendel de la Academia de Ciencias de Checoslovaquia (1988), Medalla Carlos J. Finlay de UNESCO, Premio a los Valores Humanos del Grupo Correo, Premio México de Ciencia y Tecnología, Premio Helena Rubinstein-UNESCO “Women in Science”, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo concedida por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Medalla del Principado de Asturias, Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid, Medalla de Honor de la Universidad Complutense de Madrid, Medalla de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular, Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio.

Su vida dentro del mundo de las Reales Academias, donde fue Presidenta del Instituto de España entre 1995 y 2003, se centra en la pertenencia a la de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, donde ingresó en 1988, ocupando la medalla número 40, con un discurso sobre “Un nuevo mecanismo de iniciación de la replicación del DNA mediante proteína Terminal”. Igualmente, ocupa el sillón “i” en la Real Academia Española, donde ingresó en 2003. Entre los numerosísimos elogios y síntesis de su personalidad recibidos, y ganados a pulso, podríamos citar el que escuchó de labios del filólogo Gregorio Salvador en su contestación a su discurso de ingreso, el cual dijo que poseía “una mente aguda y exacta”. El discurso de ingreso se tituló “Genética y lenguaje” y, desde luego, hay que recomendar encarecidamente su lectura, no solo por su carácter científico, sino también por la facilidad de expresión y exposición de un texto técnico en el templo de la lengua. Ella misma dijo que unía el sillón que la correspondió a la i de investigación que había llenado su vida. Pero su labor había comenzado antes, al pertenecer como vocal a una comisión de vocabulario donde se discuten y definen los términos científicos, labor ardua y difícil como todos sabemos.

Durante su etapa como Presidenta, ésta Real Academia de Ciencias Veterinarias presentó una modificación de su Estatuto, en 1997, en donde se establecía su ámbito nacional y que mereció el informe favorable del Instituto. Posteriormente, y para mejorar algunos aspectos, en 2001, se modificó el Estatuto de 1997, donde se insistía en el ámbito nacional de la Academia, también con el informe favorable del Instituto bajo su Presidencia, destacando el hecho de ser la única Real Academia a él asociada, que tiene ese ámbito.

Igualmente pertenece a otras Academias extranjeras de prestigio como la Academia Europeae, la Academia Scientiarum et Artium Europaea, la American Academy of Microbiology, la American Academy of Arts and Sciences y la National Academy of Sciences USA. Es Miembro de la European Molecular Biology Organization (EMBO).

También fue Miembro del Comité Científico Asesor del Max-Planck Institute für Molekulare Genetik, Berlín (1989-1996) y lo es del Instituto Pasteur (2001).

Fue Directora del Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa” (1992-1993) así como de la Fundación para la Investigación Biomédica del Hospital Gregorio Marañón (2001–2004) y es Presidenta actualmente de la Fundación Severo Ochoa desde1997. La prestigiosa Fundación Independiente, la nombró Española Universal, por su figura científica no solo española sino universal.

Miembro del Consejo Editorial de 12 revistas Internacionales. Tiene 340 publicaciones en Revistas o libros Internacionales: Ha presentado 336 comunicaciones a Congresos. Ha pronunciado 329 alocuciones en conferencias o en seminarios. Tiene 4 patentes y ha dirigido 29 Tesis Doctorales. Todo ello sea dicho con reserva, ya que con toda seguridad habrá añadido algo desde el momento en que estas líneas se escribieron.

Su maestro Ochoa la inculcó su idea sobre la necesidad de efectuar investigación básica, y hacer que las líneas de trabajo sean propuestas con libertad por el investigador, ya que, decía, es la mejor forma de lograr descubrimientos que reporten beneficios a la sociedad. La Dra. Salas siguió bien la lección y ha sido, y es, un claro ejemplo de ello. También nos recuerda sentir, como Ochoa, la emoción de descubrir. A estos efectos, rinde tributo al que fue su maestro, haciendo honor a aquella frase que llevaba impreso el libro que se entregaba a los doctorandos de la Complutense, en el acto de la imposición del birrete, en la que recordaba la admiración que deben profesar los discípulos, por grande que su ingenio fuere, a sus maestros.

Pero, debemos referirnos a que un currículo como el de la Dra. Salas, no puede deberse más que a unir a su gran capacidad intelectual una enorme capacidad de trabajo, así como de excelencia en el mismo, con austeridad, coherencia y disciplina; por otro lado la sencillez en las relaciones hace más grata la conversación con ella. Permitidme una pequeña referencia: A este respecto, declaró en una entrevista que le “chifla bailar, pero no moderno, agarrado”, sano ejercicio. Supongo que igual que une la i de su sillón a i de investigación, unirá el vals a las hélices del ADN, ya que la “salsa”, la encuentra en el laboratorio entre matraces y centrifugadoras.

También reclama la presencia de la mujer en el laboratorio y en general en el mundo del trabajo, firme convencida de que su presencia lo enriquece.

Tal vez hayan echado en falta una referencia a su marido, el Dr. Eladio Viñuela Díaz, con el que inició, allá en la Facultad de Ciencias, una doble aventura: la del matrimonio y la de la ciencia. Aquella, feliz aunque rota hoy por su fallecimiento, y ésta de éxito con el que compartió ilusiones y dificultades, o incluso separaciones en su trabajo en el laboratorio del Profesor Ochoa que se lo impuso para que “al menos aprendieran inglés” aunque después salieran alumnos aventajadísimos, como hemos visto. Pero sería difícil entender la personalidad de la Dra. Salas, sin la referencia a su marido, eminente científico y en el que siempre encontró apoyo y estímulo y a la inversa. Para nosotros, en esta Real Academia de Ciencias Veterinarias, el nombre de Eladio Viñuela siempre estará vivo, como Académico que fue, por su contribución al estudio de la peste porcina africana y por haber sido el recipiendario del primer premio que se otorgó en ella, en el curso 1988-1989, denominado Premio de Investigación de Microbiología e Inmunología “Santos Ovejero”.

Querida Doctora Margarita Salas, esta Real Academia se siente muy honrada con su presencia entre nosotros y su pertenencia a ella al aceptar ser Académica de Honor, que nos prestigia. Pero por nuestra parte no es sino un reconocimiento a sus muchos valores y a los avances que sus estudios han logrado y de los que todos nos beneficiamos.

Sed bienvenida.