Algunos apuntes al entorno de la fundación de la Escuela de Veterinaria de Madrid.


ALGUNOS APUNTES AL ENTORNO DE LA FUNDACIÓN DE LAESCUELA DE VETERINARIA DE MADRID

 

Excmo. Sr. D. Julio Olías Pleite

Académico de Número

4 de Marzo de 1998

 

 

Han pasado los fastos de 1.993, en los que se conmemoró elBicentenario de la creación de lo que fuera el embrión de nuestra Facultad deVeterinaria. nuestra postura personal ante los hechos históricos, nos ha movidoa bucear, en verdad que sin los sofisticados medios actuales, un poquito en elentorno de la Historia, por conocer y trasmitirles a Vds. muy modestamente, quéacontecía en España (con sus influencias externas) en los finales de milsetecientos, cuando nuestra primera Escuela de Veterinaria iniciaba sudeambulación.

 

Nos han contado VV.EE. algunos aquí presentes entre los autores delLIBRO DEL BICENTENARIO de nuestra Facultad, que aquella primera Escuela deVeterinarios, tenía más aire militar que urbano; que los alumnos de la épocavivían, en parte, un internado, con o sin, pero dentro de, una Ordenación, másque Ordenanza, de su estancia en el Centro y que, finalmente, incluso suatuendo era más “paramilitar” que civil.

 

Por todo ello, según sicut cerbus ad fontem, nos hemos ido abeber en fuentes de la HISTORIA SOCIAL DE LAS FUERZAS ARMADAS, para traer aquíuna historiografía de lo que hace más-menos doscientos cuatro años, acontecíaen nuestro entorno Socio-Político.

 

El primer problema que se nos plantea, está ligado a la geometría:¿Sabemos cual era la superficie de nuestras instalaciones?.

 

Porque se da la circunstancia de que España, que durante muchos Siglosha estado ligada al mar, mantenía de alguna manera, sus medidas en tierra,solapadas con la mensuración marítima.

 

En 1.738, surge el primer problema, que se le plantea al Marqués de laEnsenada, en relación con las medidas. Se trata de dirimir en el conflicto delas medidas en la Construcción Naval.



A tal respecto, la chispa desencadenante la lanzan los Canarios, quetenían derecho a mandar a América varios cientos de toneladas de mercancíascada año. A efectos de arqueo de los barcos, la astucia consistía en aumentarhasta en un 25%las cantidades acordadas.

 

El problema estaba en dirimir si se medía con el “CODO DERIVERA” o por el contrario con el “CODO DE BURGOS”.

 

El primero tenía, al parecer, 33 “dedos” de los 48 en que sedividía la “vara castellana” y el segundo, caso del “CODO DEBURGOS”, 32 “dedos” y un treintaidosavo de otro.

 

Llevado al Roman Paladino, los cálculos algo nos aclaran: 57,47cm para el “CODO DE RIVERA” y 55,73 cm para el de “CODO DEBURGOS”. ¿Cómo las midieron?.

 

Aquella discrepancia se dirimió con una Ordenanza del 14 de julio de1.750 en que se estableció el uso general de la “MEDIDA DE BURGOS”,…………Ordenanza que como tantas otras se incumplió sistemáticamente.

 

Quince años después (1.765) un nuevo “apaño”, que no arreglónada, instauró la TOESA, PIE DE REY, PULGADAS y LÍNEAS en todo lo relacionadocon las Matemáticas y para “tallar a las tropas”; la VARA CASTELLANApara los edificios y finalmente el “CODO DE RIVERA” para lasconstrucciones navales.

 

La pregunta sería ¿Cómo se midieron-tallaron nuestros primitivosalumnos militares o para-militares?.- ¿Cómo se midió la superficie de nuestrasinstalaciones?.

 

Otro problema del entorno de nuestra situación fundacional, son lascuitas que acongojan a D. JOSÉ MOÑINO, Conde de Floridablanca. A saber; desde1.793 hasta 1.825, la militarización de la vida española determinó eldesarrollo histórico de nuestra contemporaneidad. Todo era por, para y mediantela carrera y la actividad militar.

 



De las estadísticas de la época, sacamos los siguientes datos:

 

1.793: Generales y Brigadieres.- 435; Jefes y Oficiales.- 5.746;finalmente Tropa.- 125.826, datos éstos cuya suma total es de 132.007 personasen el Ejército, suministrados cuantitativamente por PASCUAL SANJUAN Y VALERO,que no incluyen, como es evidente, el personal ligado a la Marina…….. que”eso era otro cantar”.

 

No es bueno “nadar entre dos aguas” y está aparentementeclaro que nuestra fundación incluía la admisión obligatoria en Veterinaria, delos militares que lo solicitaran, más los civiles que lo pudieran demandar.

 

Dicen nuestros cronistas, que no se cubrieron, en principio, lasplazas asignadas al alumnado.

 

Por lo de “nadar entre dos aguas”, conviene saber:

 

Que los medios para nuestra dotación “no podían ser losóptimos”, tiene, como de costumbre su explicación. No es otra que lasincuestionables necesidades que la MARINA tenía por los años 1.792-1.795.

 

España ha comenzado en 1.793 su SEGUNDA y auténtica GUERRA DE LOSTREINTA AÑOS. Cuando ésta termine, todo nuestro poder ultramarino estaráreducido a simples cenizas. 

 

Pero entretanto, las necesidades de la MARINA arrasarán el Presupuestode la NACIÓN con las necesidades, por un lado de la construcción de navíos ypor otro, con el intento de modernización de nuestra ARMADA.

 

En 1.791 es tan acuciante el tema, que se dictan Ordenanzas, no sólopara Medicina y el Colegio de Cirugía, sino y además para los “IngenierosNavales” y sus necesidades.

 



Es sabido que las instalaciones industriales de la Armadaconsumían  cantidades ingentes decarbón. El de origen vegetal estaba declinando. Se tendía al mineral, pero elde origen Español era, evidentemente, de peor calidad que el Inglés. Los hornosde reverbero y los de forja necesitaban imperiosamente que continuaran lasimportaciones, porque el carbón asturiano era de mediana calidad.

 

Se llegó a tal situación que un empresario de la cobrería de Algecirasconsiguió que los bergantines que llevaban la sal a Asturias, en vez deretornar de vacío, lo hicieran con cargas de carbón para sus fábricas.

 

Conviene saber que la sal era, por entonces, un monopolio oficial.

 

La Marina, ante el dilema de parar su actividad, o la alternativa degastar un dinero que no tenía en los presupuestos generales, opta por lasegunda vía y en su endeudamiento, arrastra a otras instituciones del Estadoque ven mermadas sus posibilidades.

 

El “efecto de rebote” en unas inversiones en Marina,cuyarentabilidad es dudosa, y que con el paso de muy pocos años se demuestraruinosa, hace que los astilleros Españoles, reduzcan paulatinamente suproducción.

 

Las cortas de madera, se van suspendiendo, porque no hay dinero oporque no es posible conducirla hasta los astilleros.

 

La pérdida, finalmente, de nuestras posesiones ultramarinas, reducenla construcción de navíos, con la consiguiente reducción de gastos económicos;pero el mal ya está hecho y las consecuencias las pagan el resto de lasactividades.

 

Todo ello pone de evidencia el que GODOY es “muy trabajadorincluso muy vivo” pero no tiene, en modo alguno, la talla política deestadistas como PITT, METTERNICH o TALLEYRAND.

 

Y para el resto ¿Qué queda?. Pues como en las malas herencias, pagardeudas……..  y los demás que esperen.

 

Tras esta disgresión aclaratoria, retornamos a “lo nuestro”.

 



¿Qué éramos? ¿Militares, Civiles, Paramilitares?

 

¿Qué éramos Señor?. Porque ni tinto ni blanco ni el clarete actual.

 

La contestación sólo podía darnos complicaciones, cuando no algo peor,INDIFERENCIA, en la generación joven representada en Francia por NAPOLEÓN y enEspaña por GODOY.

 

Ha llegado el momento de los arrivistas, de los trepadores y el”extremeño”, antiguo Guardia de Corps, se rodea de los incensadoresnecesarios que le conduzcan, con el tiempo, hasta ser nominado PRÍNCIPE DE LAPAZ.

 

Y nuestrante pera escuela, ne entre sus ordenadores, másn de la época que lomáos al uso. Somos, lo hemos o desdempre, más trabajadores que políos, más eaces que versadores, másestusos (cada uno en sus capaades) que paseantes en cortes y senos termina, no digo marginando, pero sí ignorando.

 

Los ejércitos de la época, dependen, de alguna manera de las plazasmontadas. Las conquistas rápidas las hace la caballería, para que detrás deella, la sufrida infantería española, termine fijando los kilómetros logradossobre el tejido querafiloso de los cascos de nuestros caballos.

 

Y se da la circunstancia de que en los estadillos de ese tiempo, sehabla más de los Regimientos de Asentamiento que de los Escuadrones que lospropiciaron.

 

Nos hemos olvidado en la época, de que siglos antes quien cuidaba dela Caballería Real, llegó a ostentar uno de los títulos nobiliarios másimportantes del Reino: CONDESTABLE DE CASTILLA, apocopada expresión, quenominaba al “Conde de la Establos” de la Caballería Real.

 

Vean si no un simple ejemplo: 1.791, 21 de junio.- Nuevos Regimientoscreados:

 



COMPAÑÍA DE GRANADEROS: 1 Capitán, 1 Teniente y 1 Subteniente, 1Sargento Primero, 1 Segundo, 6 Cabos (3 Primeros y 3 Segundos), 1 Tambor, 54Granaderos, 63 Hombres de Tropa y 3 Oficiales.

 

En la Plana Mayor, junto a: 1 Coronel, figuran 1 Sargento Mayor, 1Ayudante, 1 Capellán, 1 Cirujano y 1 Maestro Armero.

 

Nada, por lo demás, en relación con Escuadrones, caballos y muchomenos con Veterinarios – Albeitares.

 

Pero tres años después, 1.796, D. Pedro Pablo Abarca de la Bolea, a lasazón Conde de Aranda, le hace ver a Godoy la necesidad de incrementar losEscuadrones.

 

El futuro Príncipe de la Paz, “acusa recibo del mensaje”,aunque sea subliminal y ….. “manos a la obra”, para conseguir que”su ejército resulte más caro que el de Floridablanca, simple y llanamenteporque un escuadrón de 150 jinetes; un batallón de 800 infantes y una bateríade 8 piezas de 6 libras, cuestan lo mismo, tanto en su formación como en susostenimiento.

 

Y es Godoy el que incrementa (¿Pensaba ya en los futuros Veterinariosque habrían de cuidar esos caballos?) la proporción de la caballería dentro delEjército, encareciendo las inversiones y como consecuencia los gastos, como yahemos visto.

 

No obstante, en los estadillos, las plantillas y los presupuestos,……… de Veterinarios: NADA DE NADA.

 

Los problemas por la “dejación” de las Plazas de Soberaníaen el Norte de Africa, unidos a la declaración de guerra por los franceses alRey Carlos IV, hacen que el país (España) incremente sus activos guerreros y apartir del 7 de marzo de 1.793, siendo Godoy jefe supremo de una nación en guerra, se formen nuevos cuerpos de ejército,fundamentados en los miles de españoles que hacen ofrecimiento de sus personaso de su dinero.

 



Entre esos nuevos cuerpos creados podemos relacionar: ElPrimero y Segundo batallones de Voluntarios de Barcelona (marzo de 1.793)batallón de Voluntarios de Barbastro (abril de 1.793) o el Regimiento deGranaderos Voluntarios, de julio del mismo año.

 

En junio de 1.793, por una Orden del día 28, se incrementan losRegimientos de Caballería muy notablemente, de tal forma que, si en el mes demarzo el número de plazas montadas, era de 60, por la Orden mencionada, lacifra llegaba a 65. !Gran incremento, sí señor!.

 

La globalización final fue el pasar de 360 hombres por Regimiento deCaballería, hasta un total de 585, lo que en líneas generales supone unincremento de casi el 60 %, sin que por la mente del Legislador, pase la ideade que el incremento de équidos en general para los ejércitos (caballos ymulos) debería llevar de igual modo, el incremento de los Profesionales(Albeitares-Veterinarios) que se cuidarán de su salud o su enfermedad.

 

Bien es cierto, que en esas fechas iniciaba su andadura la incipienteEscuela de Veterinaria, que ni cubrió por demanda, la totalidad de las plazasofertadas, ni con el condicionante del poco nivel requerido, para el ingreso.

 

No todo, como bien se sabe, fue culpa de los desvelos de losprofesionales de la época. Sólo el interés personal del Mariscal de lasCaballerizas Reales, D. Bernardo Rodríguez, chocó con las intrigas palaciegasde la Corte del Rey, batalla que perdió contra las intrigas de MALATS y ESTÉVEZ,que con la sola mira de mantener sus intereses económicos en el Tribunal delProptoalbeiterato, demostraron su “pobreza de espíritu” y su”tontuna esférica” (en palabras del Dr. Pérez García, D. Tomás) nollegando a mayores desaguisados, simple y llanamente  porque a su mediocridad y pobreza de espíritu, no les habíanañadido el suficiente “entrenamiento”.

 

Convendría conocer a efectos de valorar su “capacidad deintriga”, que los mencionados Estévez y Malats, pertenecía a uno de los 8Regimientos de Dragones (Rey.- Reina.-Villaviciosa.- Sagunto.- Almansa.-Numancia.- Pavía y Lusitania), minoritarios ante los 12 de Caballería reseñadosen 1.788 (Rey.- Borbón.- Algarbe.- Reina.- Farnesio.- Calatrava.- Príncipe.-Alcántara.- Santiago.- Infante.- España y Montesa).

 



Aún así, por su proximidad a la persona del Rey Carlos, tuvieroncapacidad de intriga suficiente, como para que se les encomendara laorganización de la Escuela de Veterinaria de Madrid, con una Beca, concedida alefecto, a fin de permanecer en ALFORT, tiempo suficiente para que sus obsoletasmentes, cumplieran con función de “papel secante” y se trajeran aEspaña las pocas cosas que vieron………… !al revés!.

 

De los intereses económicos de Malats y Cía., permítannos unassucintas líneas: De la biografía escrita para el Libro del Bicentenario, sobreNicolás Casas de Mendoza, por D. Luis Bascuñán Herrera, se deduce que: Malats,cobraba por actividad en el Tribunal del Protoalbeiterato, la nada despreciablecantidad de 100.000 reales al año, cuando el sueldo de un Coronel de la PlanaMayor del Ejército, en las mismas fechas, tenía un sueldo de 2.000, o unCapitán de una Compañía de Fusileros de Campaña cobraba 700, igual que los desu misma categoría de las Compañías de Depósito. Mejor parados salían losGranaderos, cuyo sueldo era de 800 reales.

 

Aquí se explica todo, no como en “caballería que se explicapoco”.

 

Otra licencia que pedimos de nuestro paciente auditorio. Retomamosnuestras primeras palabras de esta charla. Decíamos allí, que nuestra primitivaEscuela, tenía más un aire “para-militar” que “urbano” yéste es el momento de explicar lo del “aire”.

 

Nuestro “aquellos Alumnos”, provenían como sabemos del mediourbano y de la institución militar. Al parecer no se cubrían la totalidad delas plazas y se nos habla asimismo de la “uniformidad de color obscuro conribetes y botones rojos, con la inscripción VETERINARIA”, bajo el controlde un Teniente Coronel, que les pasaba revista mensual de vestimenta.

 

PRIMERA OBJECIÓN HISTORIOGRAFÍA: Tengo a la vista, en el momento deredactar estas líneas, el Plan de Nuevos Regimientos Creados, por el Reglamentode 21 de junio de 1.792, cuya pervivencia duró 13 años.

 



Enella figuran, con su paga correspondiente, los siguientes puestos paraInfantería de Línea: 1 Capitán.- 1 Primer Teniente Graduado de Capitán.- 1Segundo Teniente.- 1 Subteniente.- 1 Sargento Primero.- 2 Sargentos Segundos.-2 Tambores.- 5 Cabos Primeros y 5 Cabos Segundos. Estas cifras se modificabanen las Compañías de Fusileros, añadiendo un segundo Subteniente. No parecerazonable que para tropa tan reducida, se designara el cuarto lugar en elEscalafón Militar de la época, que se consolidaba así: Brigadieres, Coroneles,Sargentos Mayores, Tenientes Coroneles, Capitanes, Tenientes, Ayudantes,Subtenientes, Cadetes y Sargentos.

 

Sea como fuere, si para regentar la Escuela, se nos asignó un TenienteCoronel, hízosenos un consolidado honor, porque el Grado lo ostentaban,mayoritariamente: Nobles (78%) Hijos de Militares (8%) Calidad Social Conocida(16%) y Humildes (0%).

 

Finalmente, en 1.806, la Real Escuela de Veterinaria contaba con unaCompañía compuesta por un Comandante, 2 subalternos, 3 sargentos y 3 cabos, más60 alumnos.

 

En relación con la “uniformidad”, permítannos una nuevadisquisición,  más como filial afectodel que les habla, que como hecho trascendente de la época.

 

Se nos habla de la uniformidad y la historia nos aclara poco de si loera para la totalidad del alumnado o solamente para los procedentes de uno delos dos estamentos. ¿Sería para el Civil?.

 

Se dá la circunstancia, de que en lo referido al estamento militar, eltema es de lo más complicado.

 


en nuestros todores que “Los alumnos procedentes delCuerpo de Dragones, entrarían en la Escuela a las cinco de la mañana y los deCaballería y los Paisanos, a las nueve. Los Dragones a peinarse, almorzar y oírMisa, desde las 7,30. Final de la jornada, para todos: nueve de la noche.”

 



Y ahora, permítanme una opinión, en relación con vestimenta y aseopersonal del personal militar, cumplimentando las Ordenanzas de S.M., para el”Régimen, disciplina, subordinación y servicio de sus ejércitos”,impresas en 1.768 y vigentes en el momento de la creación de nuestra Escuela deVeterinaria.

 

Moó S.M. el Rey el vestua, establendo como as losgalones, para los alumnos y los oles. Sepone el uorme blanco, quehabíaso Fedeo de Pru, porque el uso de la pólvora, no dejaba verlos uormes obscuros en “casus belli”.

 

Lo curioso es que años después (1.801), Napoleón suprime el blanco,por lo impresionante que resultaba la sangre, sobre el fondo albo de losuniformes.

 

Carlos III suprime “por engorrosas” las solapas de lascasacas y el ESPONTÓN (pica con moharra acorazada) en las armas de los Oficiales,armando a los jefes con espada y a los Oficiales con fusil y bayoneta (que yausaban los granaderos).

 

El 28 de diciembre, se publica una Real Orden, en que manda que sedote a la Infantería de un nuevo correaje de ante, cruzado sobre el pecho (parasustentar cartuchera y bayoneta); y a los Oficiales el uniforme de suRegimiento, galoneado de oro y plata. Lo que no sufrió variación fue elpeinado, que seguía siendo empolvado y con coleta, ¡eso sí! reducido sólo a dosbucles, muy de agradecer por cierto, dado que en 1.733 el pelo se rizaba en¡ocho bucles! y metidos todos en una redecilla, que fue sustituida por elsombrero de tres puntas y finalmente por la “gorra de sombrero”, quesuponemos querría significar que fuera de fieltro.

 

No obstante todo lo anterior, en 1.781, reapareció el tricornio y en1.791, se volvió a las solapas, esta vez curvas en lugar de rectas.

 

En 1.793, como prenda de abrigo (que no figura en nuestrahistoriografía) un poncho de paño, con cuello pardo, que para los Granaderos, erade piel de oso. ¿Pero había tantos osos, Señor?.

 



Después de todas éstas andanzas, precisamente el 1.793, se dio alsoldado (al igual que a los alumnos de Veterinaria) un poncho de paño, concuello pardo, como prenda de abrigo.

 

La duración del vestuario, estaba prevista para un uso de dos años,sin perjuicio de que los escritores de la época, “entraran a saco”,ridiculizando la preocupación de los militares por el vestuario, entre cuyaschanzas, se hacían notar las discusiones muy acaloradas, entre los Oficiales,sobre si las mangas de los uniformes de sus respectivos Regimientos, deberíanser blancas, verdes o coloradas y fundamentalmente del incordio y la fatiga quesentía la tropa para rizarse el pelo y blanquear con harina el uniforme.

 

Dentro de la mordacidad, se ponía especial énfasis en cosas tales comoel orden de actuación higiénica.

 

Se decía, por ejemplo, en el Artículo 8º: “Cada cabo, zelará queal levantarse los soldados de su Escuadra, se vistan con honestidad ……… yque los que hubieran de salir del cuartel, no lo hagan sin antes habersevestido, peinado y lavado ……….”.

 

Si eran tan escrupulosos en el orden, no podemos entender, que loprimero sea vestirse, después peinarse (rulos incluidos) y finalmente lavarse.En los albores de nuestro futuro Siglo XXI, ese, precisamente ese, no parece elorden lógico.

 

Es verdad que en el Artículo 6º, se ordenaba que cada Compañía,debería proveer la existencia, eso sí ¡en singular! de toalla, cepillo y vasijaen la que laven los soldados “……. ¡Muy higiénico por cierto!.

 

En lo relativo a rulos (que eran de madera), para la formación de losbucles, no se incluía el peine, por lo que se debe imaginar, que cada soldadotendría el suyo.

 

Finalmente, la redecilla, se usaba para recoger el pelo, cuando estabadespeinado, lo cual evidentemente, era un signo de abandono, suciedad ydescuido, con lo cual se terminó prohibiendo.

 



No así la capa, que fuera motivo del famoso MOTÍN DE ESQUILACHE, apesar de la preocupación que le diera el de Aranjuez al Rey, que intentó susupresión a partir de 1.766, sin conseguirlo plenamente.

 

En cuanto al draconiano horario de nuestros estudiantes (recuerden quepara los procedentes del Cuerpo de Dragones, se iniciaba a las cinco de lamañana) conviene saber que uno de los horarios más penosos lo era el delColegio de Artillería de Segovia, que se iniciaba en los meses de verano, conla diana a las 5 de la mañana y el resto del año a las 5,30, pese al duro climadel invierno segoviano.

 

No se menciona la hora de retreta y su silencio, pero parece creerseque lo fuera a las 10 de la noche porque se dice que “a esa hora setermina la cena y el recreo”.

 

En el resto del Ejército, precisamente en el año de nuestra fundación,1.793, se promulgan las Ordenanzas de la Marina, donde se especifican, quizápor las especiales características de ese ejército, las previsiones que sedeben de tomar, en relación con los “malos alimentos”,, especificandolas características que deben reunir y los cuidados que han de tomarse,referidos a la calidad de los alimentos que deben embarcarse.

 

Estas obligaciones se le encomiendan al comandante del bajel, quien asus muchas obligaciones, añade a partir del referido 1.793, las labores de”Inspector de Alimentos, Controlador y Bromatólogo ……” ¡Casi nada…….. !.

 

No es de extrañar, por lo visto, que durante muchas, muchas décadas,no figuraran entre los candidatos a ingresar en la Escuela de Veterinaria, porel estamento militar, ningún marino. Sus obligaciones”bromatológicas” se circunscribían simplemente al aspecto más o menossaludable de los alimentos.

 



Se olvidaba, sin embargo que las actividades en las Provincias deUltramar, desde el punto de vista bélico, aparte el aparejo y artillado de losnavíos, había un capítulo importante en el transporte de semovientes, quedebían de hacer una travesía cifrada en meses y que la inmovilidad en estacióncasi permanente, desencadenaría una serie de “patologías” querepercutirían muy desfavorablemente, en el desarrollo de las batallas entierra.

 

Posiblemente esa circunstancia conllevaría, muchos años más tarde, elque un número muy significativo de Veterinarios, actuaran en las campañas deultramar, entregando incluso su vida en loor de la Patria.

 

Recordemos todos, a este respecto, una no muy lejana Conferencia denuestro Académico Pérez García (D. José Manuel), en relación con el tema.

 

Sea como fuere, en los años de nuestra charla, gran parte de laactividad científica, o de la Moral y aún de la Religión, estuvieranmediatizadas, quizá mejor, influenciadas, por la buena formación y el talantepersonal, de muy preclaros militares.

 

Recordemos a éste respecto, algunos datos relacionados con dos RealesAcademias, que podrían corroborar nuestro aserto.

 

Entre 1.793 y 1.796, se publica un libro que bajo el ambicioso títulode: “EL HONOR MILITAR, CAUSAS DE SU ORIGEN, PROGRESO Y DECADENCIA…”supone la primera piedra del edificio que se levantaría como historia depredecesores y futuros militares, que por influyentes en la vida Nacional, fueronpartícipes del funcionamiento de dos Reales Academias, simiente y raíz de lasque vinieron a continuación.

 

A tales efectos, ¿Nos permiten unas “pinceladas” en laHistoria de Académicos Militares?.

 




REALACADEMIA ESPAÑOLA

.- Primera AcademiaEspañola, fundada por D. Juan Manuel Pacheco y Zúñiga, marqués de Villena,conde de San Esteban de Gormaz y duque de Escalona. El embrión de la DoctaCasa, se colocó para posterior gestación, en las reuniones que celebraba en labiblioteca de su palacio de la Plaza de las Descalzas Reales (Madrid) a partirde 1.713. Allí se establecieron unas tertulias para defender las LetrasEspañolas y aún la Lengua, del predominio de las francesas. Como los ochoreunidos, consideráronse pocos para esa importante, pero ardua tarea, convocaronalgunos más y en la reunión de 8 de agosto, constituyeron la Academia cuya Actade constitución figura en el primero de sus libros. Su primer proyecto y suprimera realidad palpable fue el inicio de un diccionario de la LenguaCastellana, cuya labor se prolonga hasta nuestros días.

 

El 3 de octubre de 1.714, es la fecha de su fundación legal.

 

Además del Marqués de Villena, entre sus primeros Directores,figuraron a lo largo de los años, otros militares. Sirvan de pequeño ejemplolos siguientes:

 

D. Mercurio Antonio López Pacheco, segundo Marqués de Villena(1.725).- Capitán General del Reino de Aragón.

 

D. Andrés Fernández Pacheco, tercer Marqués de Villena (1.738).

 

D. Juan López Pacheco, cuarto Marqués de Villena (1.746), a la sazónTeniente General de los Reales Ejércitos.

 

D. Fernando de Silva y Alvarez de Toledo (1.754), Duque de Alba yTeniente General de los Reales Ejércitos.

 

Entre los militares que fueron Académicos de Número, citemos a modo desimple ejemplo los siguientes:

 

D. Pedro Manuel Acebedo (1.730), Sargento de Caballería.

 

D. Manuel Pellicer de Velasco (1.730) de la Infantería y CaballeríaEspañolas.

 

D. Vicente de los Ríos, Marqués de las Escalonías, Teniente Coroneldel cuerpo de Artillería y Caballero de Santiago.

 




ACADEMIAESPAÑOLA DE LA HISTORIA

.- Según parece, lasegunda en orden fundacional, después de la Real Academia Española. Suconstitución oficial fue el 18 de abril de 1.738. Su fundación se debe, como enel caso anterior, a las tertulias organizadas por D. Julián de Hermosilla(Abogado de los Reales Consejos) de donde salió el primer Presidente, que lofue el Brigadier D. Francisco de Zabila (Capitán de las Reales Guardias).

 

Algunos de los Académicos, con rango militar, fueron:

 

D. Vicente María de Vera y Ladrón de Guevara (Marqués de la Roca) quefue Capitán General (1.764).

 

D. José de Vargas y Ponce, Capitán de Fragata (1.791).

 

D. Pedro Sánchez Varela y Ulloa (Caballero de la Orden de Carlos III.que era Teniente de Navío.

 

D. José Cornide de Folgueira y Saavedra (Señor de Madiz, Amoreiro yCebreiro) Capitán de las Milicias Urbanas de La Coruña.

 

Entre tanto, en Europa, en los tiempos de nuestra FUNDACIÓN, eraguillotinado en París, concretamente el 21 de Enero de 1.793, el Rey Luis XVI.Francia que ya estaba en guerra con media Europa, nos declara la guerra, enMarzo del mismo año.

 

Como la guerra, la verdad es que “no iba bien en el frenteterrestre”, Godoy firmó la paz con Francia en Basilea, lo cual le valió,como sabemos, el título de Príncipe de la Paz.

 


      
  EPÍLOGO 

 

Me acojo en este momento al conocido aforismo de ………. “Sibreve dos veces bueno” y termino con unas sucintas reflexiones de títulopersonal.

 

Algunas de VV.II., saben que desde nuestro ingreso en esta RealAcademia, hace 19 años, (13-XII-l.979) nos adscribimos a la sección 2ª(Medicina Veterinaria). Nos restaba una segunda posibilidad de adscripción, queen aquel momento no ejercimos.

 



Pienso yo, pasado el tiempo, si no supondría una premonición de lo queademás y de verdad, nos gusta. Nuestra apetencia por la Historia. Sucedióentonces y perdura ahora, la “prevención” que nos supone intentarigualarnos en categoría (descartados los conocimientos) con Académicos de latalla de los Drs. Serrano Tomé, de Juana Sardón, Saiz Moreno, de la TorreMontes o Pérez García (J.M.) por citar los más cercanos.

 

Por ello, es éste tercertento de aproa