La demanda social y la profesión veterinaria.


LADEMANDA SOCIAL Y LA PROFESION VETERINARIA

 

Conferenciapronunciada por el Dr. Luis Ruiz Abad

16 deFebrero de 1995


 

 

            Excmo. e Ilmo. Sr. Presidente,Excmos. e Ilmos. Académicos, Profesores, Doctores, Señoras y Señores:

            Es para mí un honor haber sidoinvitado a dirigirles la palabra desde esta tribuna, por múltiples razones queno voy a enumerar, pues me basta con ver que en la sala hay muchos de los quefueron mis Profesores y entre los cuales me van a permitir hacer una especialreferencia a mi maestro el Prof. Dr. D. Antonio Paz Sáez, a quien profeso ungran respeto y cariño. Por supuesto que a todos y cada uno de Vds. lesagradezco su presencia.

            Inicio mi exposición haciendo propioel comienzo del prólogo de la Historia de la Veterinaria del insigne ProfesorSanz Egaña y que literalmente dice: “He llegado a titularme Veterinariosin tener antecedentes familiares en la profesión: no sé de ningún antepasadopróximo que haya sido Veterinario o Albéitar. Cuando revalidé mis estudios nosabía nada del pasado y apenas tenía concepto del porvenir de laVeterinaria”.

            Como pueden Vds. comprender, esosignifica que toda la disertación que voy a realizar es fruto de mi formacióndesde el año 1970 que tomé contacto formalmente con esta profesión (informalmenteen 1964 con un gran profesional y amigo D. Luis Ortín) y de mis inquietudes,por lo tanto no vale eludir responsabilidades en todas las ideas que acontinuación voy a exponer.

            Según expresa la Teoría Económicaclásica, el ser humano tiene una serie de necesidades y demanda bienes yservicios para satisfacerlas. Es evidente que el mensaje es muy esquemático yque el concepto que he expresado me sirve de punto de arranque para decir quela sociedad como conjunto de seres humanos demanda no solamente para satisfacerlas necesidades individuales de sus miembros o demanda agregada, sino quedemanda además bienes y servicios que satisfagan las necesidades que surgen dela propia colectividad.

            La profesión Veterinaria constituyeuno de esos servicios que se demandan, tanto para satisfacer necesidadesindividuales como colectivas.

            Dado que la sociedad es algodinámico y evolutivo, los bienes y servicios demandados han evolucionado yevolucionan permanente y constantemente a lo largo del tiempo, siendo imprescindibleque la profesión veterinaria haya ido evolucionando y adaptándose a esa demandasocial, es más, debe ir previniendo hacia donde evoluciona la sociedad o quetendencias presenta para anticiparse y preparar a sus profesionales a tiempo,pues es claramente manifiesto que todos los desajustes entre demanda y ofertaprovocan un desequilibrio del mercado, y que en este caso concreto repercutecon mucha mayor incidencia en la oferta, puesto que esta es la que debeadaptarse y anticiparse a la demanda, ya que si no ésta se cubrirá siempre porservicios o bienes sustitutivos.

            Existe suficiente bibliografía quedeja patente como en la historia de la humanidad los animales han tenido ytienen un papel primordial, en su doble vertiente, como productores de rentas ycomo actividad lúdica.

            Inicialmente los animales sonconsiderados como máquinas de trjo por un lado y productores de alimentospor otro. Esta importancia social de los animales hace que sea necesarioocuparse de su salud, y es ahí donde comienza la demanda de unos servicios yuna oferta como respuesta, cuya antigüedad se remonta al año 1900 a.J., fechade que data el Papiro de Kahun, que es el primer documento conocido semedicina veterinaria (Rn E Walker, 1974). Se inicia por tanto la actualprofesión veterinaria como un arte en curar animales, y va a ser el cllo elmotor fundamental de esta preocupación social por la salud, como señala SanzEgaña en la a citada: “El caballo ha representado el motor másligero de que disponía el hombre para la montura, para el tiro, tanto en la pazcomo en la guerra; animal de tanta estima, constituye una preocupaciónconservar su salud, curar sus males y arreglar los trastornos mecánicos de tanpreciada máquina”.

            Como podemos ver, la sociedad demandabaarreglar una máquina, y esos son los comienzos de la profesión, y esto, haceque no se pueda ni se deba enjuiciar a la profesión veterinaria como a lamedicina, puesto que hay una supeditación a la economía, y está más próxima auna ingeniería, máxime cuando una parte de la patología está derivando haciauna patología de poblaciones como más adelante veremos.

            Son por tanto los conocimientos dehipología e hipiátrica los primeros andares de la profesión, y se nos empieza adenominar “mariscal” en Aragón (término que deriva del germánico) y”ferrador” o “maestro de herrador” en Castilla, achacandoSanz Egaña a Alfonso X el hecho de  quese generalizara en Castilla la voz “albeitería”, por haber incluidoeste vocablo en el texto de las Partidas.

            Asimismo, según la cita realizada, “losalbéitares de las caballerizas de los Reyes Católicos son los primerosexaminadores que se conocen; son el origen cierto del Real Tribunal delProtoalbeiterato, institución única en el mundo y que tanta influencia mostrópara sostener el prestigio profesional de la albeitería española. Sin embargo,al crearse las Universidades, la albeitería, dominada por el herraje, no pudoconstituirse  en enseñanza académica, nisiquiera a título de escuela, como la medicina, la farmacia, etc.; laalbeitería quedó al mismo nivel de las diferentes artes y oficios, cuyaenseñanza se reserva al cuidado de los gremios respectivos”, es algoque tenemos que agradecer a los Reyes Católicos.

            Como todos ustedes conocen, lafacultad de Veterinaria de Madrid se funda en 1792, por encargo de Godoy, y seimparten dos títulos, el de albéitar y el de veterinario, hasta 1850 en queprevalece este último.

            En su a “La inspecciónveterinaria en los mataderos, mercados y vaquerías”, dice Sanz Egaña: “hastabien entrado el siglo XIX no aparece a cargo del veterinario la inspección decarnes y otros alimentos de origen animal…” y continúa más adelante:“dada la gran importancia que ha adquirido modernamente la inspecciónbromatológica, creemos preferible y más de acuerdo con el plan de esta obra,cambiar la denominación de inspección de carnes por el título inspecciónveterinaria de los alimentos”.

            Con el Decreto del año 1847 seimplanta el estudio de Zootecnia en la carrera de Veterinaria, como enseñanza teórico-prácticay dice Sanz Egaña literalmente en otro capítulo: “desde este momento,oficialmente la veterinaria como profesión, discurre por nuevas directrices,siguiendo una finalidad económica: atender a la producción y crianza del ganadosin abandonar la clásica actividad médica ante el animal enfermo”.

            Asimismo, por Decreto de 15 de juniodel año 1845 se dispone la formación del Cuerpo de Veterinaria Militar, contodos los mariscales del ejército y remontas.

            Posteriormente, en 1866, se planteapúblicamente, y el terreno legal, la intervención del veterinario en lasfiestas taurinas.

            Vemos como la profesión veterinariava abarcando cada vez más campos y cubriendo mayor número de serviciosdemandados por la sociedad, y que de una forma esquemática voy a resumir encuatro los servicios fundamentales que se cubren hasta el comienzo de lasegunda mitad del presente siglo y que son:

            a) El cuidado o salud de losanimales que se denomina medicina veterinaria, dirigido fundamentalmente a loséquidos, que constituyen la fuerza de trabajo fundamental en la sociedad, sinolvidarse de las especies de producción y de los cánidos, aunque estos últimosde forma incipiente, puesto que no van a constituir un mercado importante detrabajo para la profesión hasta los años 1960, al tener una estrechacorrelación con el nivel de renta per capita de la población.

            b) La producción animal como fuentede abastecimiento de alimentos a la población, aunque tampoco adquiere granrelevancia hasta las décadas de 1950-60.

            c) La inspección de alimentos ogarantía de salubridad de los mismos.

            d) Y por último, la prevencióncontra las epizootias, ya que la organización sanitaria se inicia con eldecreto de 17 de marzo de 1847, adquiriendo una gran importancia lossubdelegados veterinarios.

            Hacia finales de los años cincuentay comienzo de los sesenta se inicia en España el desarrollo económico, queviene dado por un incremento continuado y sostenido de la renta, lo quedetermina en principio un cambio en los hábitos alimentarios de la población.Este hecho implica una dinámica socio-económica nueva, de tal manera que laspreferencias del consumo se dirigen hacia productos de origen animal endetrimento del consumo de productos de origen vegetal, y por supuesto estosupone un tremendo reto para la profesión veterinaria, ya que el sectorproductor no está preparado para abastecer la demanda existente, y por elcontrario el sector agrario sigue produciendo lo que no se demanda, algo que eslógico porque la inercia y los cambios de este sector no pueden inicialmenteadaptarse con la misma rapidez que se va produciendo el cambio socio-económicoen España. Sobre esto existe mucha bibliografía y diversos autores que hantratado ampliamente el tema y de los que entresacamos a los Dres. Sobrino, PazSáez, Hernández Crespo, Ruiz Abad, etc….

            Este reto que supone para laprofesión veterinaria la nueva demanda social de mayor cantidad de productos deorigen animal y con una mayor cualificación se lleva a cabo eficazmente con laimplantación de la producción intensiva, lo que supone una buena adaptación dela profesión al nuevo orden económico, y no como se interpreta normalmente quesupone un error histórico y es decir que la profesión encuentra otras salidaspor el desarrollo de la producción intensiva. A partir de ese momento es cuandode verdad adquiere todo el sentido de que estamos inmersos en una profesióncuya función es económica esencialmente.

            La producción animal tiene desdeentonces una estructura dual, por un lado una producción extensiva, ligada almedio, dependiente totalmente de la base territorial y cada vez más implicadaen el mercado, tanto por el abastecimiento de inputs, como por lacomercialización de sus productos. Por otro lado tenemos una ganaderíaintensiva, totalmente ligada al mercado, y que se rige por parámetrosempresariales, por lo que se ha ido ubicando en torno a los grandes núcleos deconsumo, lo que ha hecho cambiar el mapa ganadero español, y con una claratendencia a la concentración y al incremento de las dimensiones empresariales.

            La profesión veterinaria, como hemoscitado anteriormente, supo adaptarse a la nueva demanda social y rápidamentehubo un buen plantel de especialistas en genética, manejo, reproducción yalimentación, aunque si es digno de señalar como en la alimentación se fijócomo objetivo lograr unos buenos índices de conversión, olvidándose en granmedida de los costes de producción, lo que supone un handicap en la obtenciónde una producción competitiva para el mercado.

            Por otro lado hay que señalar doshechos fundamentales; en primer lugar la falta de una política profesional y asu vez la carencia de profesionales políticos hace que no se puedan realizar nifirmar proyectos de explotaciones, y en segundo lugar la profesión se olvida dela gestión empresarial, lo que supone que la actuación del profesionalveterinario constituya un factor de producción más en el coste empresarial, yes evidente que un factor no puede costar nunca más que el producto final,hecho que nos hace perder en este aspecto relevancia social y que la demanda secubra como dijimos al principio de nuestra disertación por otros profesionales,fundamentalmente ingenieros agrónomos e ingenieros técnicos agrícolas.

            El nuevo orden económico que se vaestableciendo paulatinamente en la sociedad española y que supone, como hemoscitado, una mayor demanda de productos cualificados hace que se desarrollerápidamente todo el proceso de industrialización y comercialización de laproducción animal, hecho que supone a su vez un gran reto profesional y quehizo que se alcanzaran unas elevadas cotas de prestigio científico y social porparte de los especialistas en Bromatología. Sin embargo, también nos olvidamosde la comercialización, y el mercado se va cubriendo con otros profesionales afines.Ítem más, recientemente se crea la nueva Licenciatura en Ciencia y Tecnologíade los Alimentos, lo que supone que las altas cotas científicas alcanzadas porlos profesionales veterinarios se viertan en la formación de otrosprofesionales.

            Para que esta disertación cumpla suobjetivo, es preciso analizar de una forma global y a la vez lo máspormenorizada posible, los principales indicadores económicos que nos expresenque tendencias presenta la demanda social en la actualidad, y hacia donde sedirige esta sociedad de finales del siglo XX y comienzos del XXI.

            Es evidente que hasta ahora haquedado claro como la profesión veterinaria ha ido prestando sus serviciosoriginariamente en el sector primario y posteriormente se introduce en elsecundario, tanto en las industrias suministradoras de inputs a la producciónanimal (fábricas de pienso y correctores y laboratorios farmacológicosfundamentalmente) denominadas en la terminología actual Industrias D’Amont, asícomo en las Industrias de Transformación o Industrias D’Aval, ocupando unpuesto relevante pero no todo lo que a mi parecer debería ser.

            Louis Malassis describe un modeloteórico de desarrollo en el cual el factor común es el declive relativo delsector agrario en el conjunto de la economía global de un país, y señala comodicho declive es el fenómeno más conocido dentro del proceso histórico deldesarrollo. Sin embargo, un aspecto de este declive relativo del sector agrarioque parece haber suscitado menos la atención, a pesar de su gran importancia,es el propio declive del sector agrario en el seno mismo de la economía agrariay alimentaria.

            Vamos a ver como esta evolucióndescrita por Malassis y que tiene una tremenda importancia en el devenir de lademanda social de profesionales, se va realizando en nuestro país.

            En la primera tabla que presentopueden Vds. apreciar como la población activa agraria que representaba enEspaña en el año 1960 el 41,7% de la población activa total, ha pasado asuponer en 1993 el 9,21%, hecho que nos indica ya inicialmente como el sectorprimario va perdiendo importancia a medida que el país se desarrolla, así comoes indicativo de una mayor capitalización del sector, una tendencia a laconcentración y un mayor rendimiento en las producciones, (consecuencia de laimplantación de las nuevas tecnologías), puesto que las producciones de losdistintos subsectores presentan una tendencia creciente en conjunto. A esto hayque añadir los recortes que supone la reforma de la Política AgrariaComunitaria (PAC), que nos va forzando el ritmo de aproximación a la media dela población activa agraria en la U.E. que se cifra en torno al 3-4%.

            En la segunda tabla he recogido laparticipación del sector agrario en la economía nacional, donde pueden ver Vds.como la Agricultura y la Pesca (donde entra el subsector ganadero), han pasadode representar el 24,9% del Producto Interior Bruto (P.I.B.) en el año 1960, asuponer el 4,51% en el año 1993, por lo que no hace falta hacer más hincapié enel declive del sector agrario en el conjunto de la economía global.

            Así mismo y en la citada tabla, herecogido los datos de la participación del subsector ganadero en el conjuntodel sector agrario, y se puede apreciar como presenta dos tramos netamentediferenciados, el primero con una tendencia creciente, ya que pasa derepresentar el 29,82% del total del sector en 1960, al 55,43% en el año 1980,para tomar a partir del citado año un trend descendente y suponer solamente el39,74% en el año 1993. Aquí hay que destacar dos hechos fundamentales, elprimero queda patente al ver como el subsector ganadero va teniendo cada vezmenor relevancia en el conjunto del sector agrario, algo que ya de por sí esverdaderamente indicativo, y el segundo es que como se puede apreciar solamenteel año 1980 el subsector ganadero predomina sobre el subsector agrícola alalcanzar un 55%, siendo el resto de la serie, y sobre todo a partir de dichoaño, inferior al 50%, es más, se sitúa por debajo del 40% del total del sectoragrario.

            No parece que haga falta ser másexplícito para demostrar la tendencia que presenta el sector primario, y másconcretamente el subsector ganadero, para ver como la demanda social deprofesionales presenta una tendencia regresiva, ítem más, cuando yaanteriormente hemos señalado la dinámica del subsector tendente a una mayorconcentración empresarial.

            Siguiendo el modelo de desarrollodescrito por Malassis, he recogido en la tabla 3 la aportación de la IndustriaAgroalimentaria al conjunto de la economía nacional y del subsector ganadero, ypueden Vds. ver como este modelo teórico se cumple a medida que el país se vadesarrollando.

            En la citada tabla pueden observarcomo mientras la tendencia de la Industria Agroalimentaria es creciente y pasade representar el 13,1% del P.I.B. en 1984 al 16,3% en el año 1993, latendencia que manifiesta el subsector ganadero es claramente regresiva al pasarde representar el 4,1% del P.I.B. en 1984, al 2,3% en el año 1993.

            Esto en principio es bastantesignificativo, pero no lo suficiente porque en la industria agroalimentaria nosolamente se transforman productos de origen animal, sino como su propio nombreindica productos de todo el sector agrario.

            Para clarificar más el panorama, heelaborado dos gráficos que son realmente indicativos de la participación de losproductos de origen animal en la industria agroalimentaria por un lado y porotro en la famosa cesta de la compra.

            En el gráfico 1 pueden apreciar comoentre las industrias cárnicas y las lácteas para el año 1991 (últimodisponible), representan el 20,7% del total de la industria agroalimentaria, loque manifiesta claramente la importancia de los productos de origen animal enel conjunto del sector, a lo que hay que añadir una clara tendencia crecientedel consumo como señalan Hernández Crespo y Paz Sáez (1991).

            Así mismo y en esta misma gráficaqueremos resaltar la participación de la alimentación animal en el 4,8%, y lasconservas de pescado que suponen el 3%, y es evidente que en este últimosubsector, la profesión veterinaria no ocupa el puesto que debía (bien por nohaber sabido o no haber podido responder a esa demanda social), tanto en laproducción de la materia prima, léase Oceanografía y Acuicultura, como en lapropia industria de transformación.

            En el gráfico 2, pueden Vds.apreciar como en la denominada cesta de la compra para el año 1993, losproductos cárnicos suponen el 24,3% del total, los productos lácteos el 10,3% ylos pescados y conservas el 11,9%, lo que significa que el 46;5% de losproductos que consumimos son productos de origen animal.

            Con los datos que he presentado, hepretendido dejar patente la tendencia que presenta la demanda social, no solo acorto sino a largo plazo.

            Es evidente que para estudiar unmercado, a la curva de demanda hay que enfrentar la curva de oferta, y en estecaso esta viene dada por la profesión veterinaria.

            Sin pretender extenderme, laformación de profesionales que se está realizando en la actualidad incide en lacurva de demanda a un nivel bastante bajo, pero si nos atenemos a la configuracióndel nuevo plan de estudios que está en ciernes, casi me atrevería a decir queva a cortar a la curva de demanda en su parte más baja, y el motivo es obvio,nos empeñamos cada vez más en formar médicos-veterinarios, cuando la demanda eneste sentido solo tiene dos caminos, la patología de poblaciones que se derivade la creciente concentración empresarial, forzada cada vez más por la PAC ensu última reforma, y donde el individuo va a pasar a ser marginal en lasexplotaciones, y la patología de animales de actividad lúdica, es decir,équidos, animales de compañía y exóticos, que constituyen un mercado bastanterestringido dentro del conjunto global, con tendencia creciente pero moderadapuesto que el relevo generacional se plantea a largo plazo dado que la edadmedia de los profesionales que copan este mercado se debe cifrar en torno a los40 años. Si bien es cierto que la demanda va exigiendo cada vez más unoselevados niveles científicos y profesionales y que indiscutiblemente estaprofesión está respondiendo con un elevado prestigio social y profesional.

            Por el contrario, nos olvidamos dela otra parte de la curva de la demanda, y seguiremos siendo por tanto unfactor más de la producción, tanto en el sector primario como en la industriaagroalimentaria, y acabamos de ver como va predominando lo que se denomina enterminología actual las industrias D’Aval que engloban a las industriasagroalimentarias y al sector de la distribución, donde es fundamental tener unabuena preparación en gestión y comercialización, amén de una preparación másespecífica.

            Parece claro, que con la formaciónque damos a nuestros profesionales y “repito una vez más”, con elnuevo plan de estudios que se pretende que entre próximamente en vigor, laprofesión veterinaria se aleja de la realidad social y no quiere o no sabeadaptarse a la nueva dinámica socio-económica, lo que equivale no solo a noampliar el número y calidad de servicios prestados, sino a restringirlos,máxime cuando la curva de oferta se viene incrementando o desplazando a laderecha desde hace unos cuantos años, a un ritmo verdaderamente alarmante.

            Ya dije al principio, que cuando hayun desajuste entre oferta y demanda, se produce un desequilibrio en el mercado,y en este caso concreto es la oferta la que lleva siempre la peor parte, puestoque la demanda sigue su curso inexorablemente.

            Es evidente que nuestra curva deoferta presenta una clara tendencia a alejarse en el futuro cada vez más de lacurva de la demanda, lo que desde luego no me parece halagüeño y si bastantedoloroso para los que queremos a nuestra profesión.

            Quisiera concluir citándome a mimismo, cuando en un foro internacional intervine en una mesa redonda a la quefui invitado y dije: “Mientras los planes de estudio de nuestrasFacultades se sigan elaborando en las mismas, no dejara de ser un reparto depoder,” y eso provoca que cualquier concordancia con la realidad viene aser como se suele decir en el cine y exagerando un poco mera coincidencia.

            Vuelvo a reiterarles miagradecimiento por su presencia y la paciencia que han tenido conmigo. Muchasgracias.



 

 



BIBLIOGRAFIA


 


B.B.V.

Informe Económico. Varios años.


HERNÁNDEZCRESPO, J.L. y PAZ SÁEZ, A.

Industrias Cárnicas y Productos Elaborados.Edit. Ediciones Ayala. S.L. Madrid. 1991.


JUAN I FENOLLAR,R.

La Formación de la Agroindustria en España. Edit. Servicio dePublicaciones Agrarias. M.A.P.A. Madrid. 1978.


MALASSIS,L.

Economie Agro-alimentaire. Editions Cujas. París. 1979.


M.A.P.A.

Anuario de EstadísticaAgraria. Varios Años.


M.A.P.A.

La Alimentación enEspaña. 1992.


ROBIN E., W.

Ars Veterinaria. Edit.Laboratorio Essex. Madrid. 1974.


RODRÍGUEZZÚÑIGA, M.

El Sistema Agroalimentario ante el Mercado UnicoEuropeo. Edit. Nerea, S.A. M.A.P.A. Madrid. 1992.


SANZEGAÑA, C.

Historia de la Veterinaria. Edit. Espasa-Calpe. Madrid. 1941.