07 Mar Historia de la odontología veterinaria
Prof. Dr. Fidel San Román Ascaso
“HISTORIA DE LA ODONTOLOGÍA VETERINARIA”
19 de abril de 2006
Excmo Sr. Presidente,
Excmos Señores Académicos,
Señoras y Señores, compañeros y amigos:
Es un gran honor para mí el haber sido invitado por esta Real Academia para impartir esta conferencia por muchos motivos.
Por un lado es la primera vez que me dirijo a este prestigioso Instituto a pesar de que llevo ya quince años en Madrid, por otro lado y aunque colaborador de la Academia de Ciencias Veterinarias de Cataluña de la que me enorgullezco de ser miembro de número he tenido pocas ocasiones para participar en las diversas Academias Científicas Españolas, y en tercer lugar y gracias a que el Excmo. Sr. Tomás Pérez que invitándome me ha dado la oportunidad de hablar de un tema que me emociona que es “ La Historia de la Odontología Veterinaria “.
De esta manera la Real Academia cumple con su primer fin que reza: “Contribuir al fomento y desarrollo de las Ciencias Veterinarias”.
Hacemos nuestra la frase del celebre veterinario August Polska que decía: “ El que no conoce la Historia de su especialidad es como un extraño en su propia casa “. Queremos aportar nuestro granito de arena al conocimiento de la Historia de la Veterinaria, que por cierto gracias a muchos insignes compañeros nuestros y en nuestro país ha obtenido un desarrollo espectacular.
Como cultivador de la Odontología Veterinaria de manera en principio accidental, porque fue el tema de la Tesis que se me propuso en el Departamento de Cirugía de la Facultad de Veterinaria, en el que trabajaba, por parte de mis directores los profesores doctores D. Eloy Martín y D Jesús Usón Gargallo a los que debo todo mi agradecimiento, y posteriormente con dedicación intensa en los ámbitos docente, investigador y asistencial; me enorgullece y satisface plenamente poder presentar esta ponencia aquí y ahora.
Hasta la mitad del siglo XIX, los procedimientos dentales realizados en la boca y en los dientes de los animales estaban exclusivamente limitados a los caballos, animales muy decisivos, ya que eran de gran ayuda en el transporte, maniobras militares y tareas agrícolas. “Los procedimientos dentales han sido realizados en animales, particularmente en caballos, desde la mas lejana historia. En ausencia de Anestesia y desconociendo la Fisiología y la Patología, los tratamientos fueron a menudo inapropiados, innecesarios y bárbaros”. (J. Vet. Dent. 11(4) 135-139,1994).
A partir del último siglo, las terapias que se han aplicado a nivel odontológico en los pequeños animales de compañía aunque en principio fueron restringidas a limpieza, corrección de anormalidades funcionales sencillas y extracciones, poco a poco se han ido complicando aplicando técnicas, que si bien la mayoría de ellas son importadas de la Odontología Humana, debemos recordar que gran parte de ellas así como los materiales utilizados fueron previamente ensayados en animales de experimentación.
Antes de la invención de la imprenta y hasta que el trabajo veterinario fue objeto de una profesión, los escritos fueron llevados a cabo por escribanos que no tenían experiencia práctica, por lo que muchas veces no reflejaban la experiencia clínica, se arrastran errores y se aproximan al curanderismo y la superstición.
El interés por el “arte dentario” se pone de manifiesto ya en las más antiguas civilizaciones. Disponemos de una incompleta información del mundo antiguo, porque mucho de lo escrito se perdió. La destrucción por el fuego de la más grande biblioteca del mundo, en Alejandría 391 años antes de Cristo, con más de 700.000 volúmenes, supuso una grave pérdida.
En la antigua Babilonia, y en el Código de Hammurabi (2200 antes de Cristo) descubrimos los precios que los veterinarios podían cobrar y entre ellos se encuentra la extracción dentaria.
En el Antiguo Egipto observamos pinturas y grabados en relación al examen dental o inspección, como el grabado del templo de Beni-Hassan (2000 años antes de Cristo);también en Egipto se descubrió el documento más antiguo sobre este tema que se remonta al año 1550 antes de Cristo. Se trata del papiro de Ebers que se conserva en la biblioteca de la Universidad de Leipzig, en el que se describen numerosos remedios para los abcesos bucales y gingivitis a base de comino y miel. Además se conocían ya las prótesis dentales de las que se han encontrado algunas piezas y piezas perforadas con implantes de piedras preciosas.
Otros expertos en prótesis dentales fueron los fenicios. En 1841, el Dr. Gallardot descubre en la necrópolis de Asida un fragmento de maxilar con cuatro incisivos y dos caninos sujetos por hilos de oro y alguno de ellos tenía oro incrustado en su área oclusal, no se sabe si con objeto de obturación por caries u ornamento.
Unas de las primeras referencias escritas sobre odontología en animales se remontan al período Antiguo Chino. En la Antigua China, 600 años antes de Cristo, se conocía la edad de los caballos mediante el estudio de la corona de sus dientes incisivos. Esto aparece escrito en diferentes manuscritos, libros didácticos y de historia. La importancia que tenía el estudio de la dentadura del caballo durante aquella época, queda claramente demostrada en uno de los más antiguos libros chinos que se conservan el Zuo Zhuan o “Libro de los animales “. En este se explica como cada caballo es el que es y no otro, por su dentadura, recalcando la importancia de la misma para identificación y determinación de la edad.
En la medicina veterinaria china se daba gran importancia a la boca y los dientes como indicadores de enfermedades de órganos internos. Así en su cultura ya que los dientes estaban clavados en los huesos estos se relacionaban con los riñones y con los órganos reproductores.
La acupuntura y la medicina herbaria eran el tratamiento de elección. La primera evidencia demostrable sobre la utilización de acupuntura para el tratamiento de animales se debe al general Bo Le, año 659 antes de Cristo, buen conocedor de las enfermedades y su terapia en los caballos.
En la antigua Grecia e Imperio Romano, la figura Hipócrates resalta como un gran médico que domina el arte dentario, describe el método de avulsión de dientes dolorosos y móviles con la ayuda de pinzas especiales y cauterización posterior. En “ Indicus” explica la extracción de los dientes caninos y la amputación parcial de la lengua para mejor adaptación del bocado en los équidos. En contraste, Pelagonius, 350 años antes de Cristo, compiló un catálogo de sus notas y cartas sobre el tratamiento médico en caballos y dedicó el capítulo 18, titulado “De dentibus”, a las enfermedades dentales. Aristóteles ( 384-322 antes de Cristo), en “Animaliu”, describió ya la enfermedad periodontal del caballo, señalando que si la condición no desaparece espontáneamente, es incurable.
En el Imperio Romano fueron expertos en la descripción anatómica y morfológica de los incisivos de los equidos. Se cree que se daba tanta importancia a ello porque existían gran número de falsificadores que tenían como finalidad engañar en la edad de los animales. En el siglo I aparecen referencias a la cirugía oral en el perro. El romano Gaius Secundus, en su “Historia Naturalis” habla sobre el tratamiento preventivo de la rabia del perro. Este autor perpetuó la creencia popular de la Antigua China sobre la “lyssa”(formación fibrosa alargada de la base de la lengua ) como responsable de la rabia, recomendando su extirpación en los cachorros para prevenir la enfermedad. Esta práctica continuo hasta finales del siglo XIX y aún en nuestros días se puede seguir practicando en ambientes de incultura.
Paralelamente en Odontología Humana, los instrumentos quirúrgicos toman tal importancia que son expuestos en el templo de Apolo en Delphos. Entre ellos la “odontagra” que era la pinza dental que es utilizaba para las extracciones dentarias.
Para los romanos, los dientes eran una gran preocupación, como lo demuestra el derecho romano, que en el año 450 antes de Cristo, prohibía enterrar a los muertos con sus joyas, a excepción de los hilos de oro que sujetaban sus dientes, por lo que se considera que este tratamiento era habitual durante esta época.
En el reinado de Trajano (100 años antes de Cristo),Archigene utilizaba un trépano para perforar los dientes. Trepanaba por la cara lingual de la corona dentaria y penetraba en la cámara pulpar. En esta época, la obturación la realizaban con una cera a base de polvo de excremento de rata e hígado de lagarto.
Celso, 30 años antes de Cristo, dedica capítulos enteros de la enciclopedia “ Re Medica” a la terapéutica dentaria, explicando, entre otros tratamientos la obturación temporal con pizarra machacada y plomo. Pero no habla de prótesis dentales.
Columella ( 55 años después de Cristo ) describe la determinación de la edad del caballo, pero incorrectamente ( Husbandry ). 400 años después de Cristo. Quirón escribió un largo manuscrito que consistía de diversos libros. En el libro IV incluyó temas como los tumores mandibulares y las enfermedades de los dientes de los caballos.
Vegetius, en el libro titulado “Mulo medicina Chironis”,preconizaba la realización de la sutura de la lengua y los tejidos posiblemente lesionados por el bocado y la colocación de emplastos para el tratamientos de los abcesos extraorales. Este mismo autor en “ El arte veterinario”, 450-500 años después de Cristo, incluye manejo de fracturas mandibulares, determinación de la edad en el caballo,.. Este manuscrito fue traducido e impreso como libro en 1528 y fue uno de los primeros libros impresos de Veterinaria .
Con la degeneración de las civilizaciones Griega y Romana, comenzó la época oscura en Europa. En el imperio Bizantino el foco de la cultura eran las recopilaciones de la librería de Constantinopla. El año 950 después de Cristo, se escribió “la Hipiátrica” por orden del emperador Constantino VII. Este libro fue la recopilación de todos los libros griegos y romanos de Constantinopla. ( sobre todo de Apsyrtus e Hierocles ). Este libro incluye una sección de “ Dentición “. Fue traducida de Ruellius del griego al latin y se imprimió en 1530.
Dentro de la civilización árabe destacan dos figuras Avicena y Abulcasis. Este último preconizó un tratamiento para las fístulas dentarias que ha sido utilizado hasta períodos bastante recientes. Se interesaron por la cauterización de dientes y encías reblandecidas. Aconsejaron la limpieza de los dientes con pequeños bastoncillos y utilizaron diferentes procedimientos de extracción. En el año 1100 después de Cristo Ibn-al-Awan, publicó un libro en Sevilla en el que incluía una parte sobre la dentición. 1200 años después de Cristo, en Egipto, Abou Bekr produjo “ The Nacery “ y en su libro 11 incluye una sección de odontología y operaciones dentales.
En Europa tras el hundimiento del Imperio Romano, el tratamiento de los animales enfermos estuvo basado en las creencias religiosas, supersticiones y folklore. En la Edad Media, los progresos logrados a lo largo de los imperios romano y árabe fueron olvidados y el tratamiento de las enfermedades orales de los animales entró en un período muy negro.
A mediados del siglo XIII comienza en Europa Central, con la publicación del libro”Medicina Equiorum” de Jordanus Ruffus y la “ Hipiátrica “ de Laurence Rusius ( 1320 ) un período muy importante en el tratamiento de las enfermedades equinas, pero estéril científicamente. En este período llamado de los maestrables o maestros de los caballos, solamente estas personas podían hacer diagnósticos e intervenciones, en ocasiones con la colaboración de los herradores. La falta de base científica y las técnicas bárbaras utilizadas dieron como resultado una crueldad extrema en algunos tratamientos.
En este período existía un vacío en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades del sistema digestivo y como la boca era un lugar accesible, la atención se centraba en esa zona. Se describieron las lampas, que es un abultamiento del epitelio palatino resultante del desarrollo de la erupción de los dientes permanentes en potros jóvenes. La doma de los caballos era un procedimiento brutal, con gran énfasis en el uso del bocado y las riendas, se describieron más de 450 tipos de bocado que producían cortes muy violentos. Se extirpaban los caninos y el primer premolar, diente de lobo, para tener más sitio para el bocado. Otra costumbre era colocar vidrios rotos en la boca para aumentar el dolor y de esta manera controlar más al caballo. La superstición jugaba un papel importante sobre todo a nivel de herradores que estaban cautivados por las creencias de la magia negra. La clase culta y los libros sobre el manejo de los caballos lo estaban mucho menos y eran influenciados por Ruffus, defensor de la teoría humoral. Por otro lado Lenardo de Vinci y Ruini colaboraron en el conocimiento de la anatomía equina aunque hubo pocas novedades en el conocimiento veterinario.
A principios del siglo XVII se produce un auge de las Universidades en España y comenzaron a proliferar las publicaciones. En 1602 Justo Sánchez Crespo en su libro de albeitería, dedica dos capítulos de gran extensión al estudio de las enfermedades de la boca y los dientes, al igual que Redondo en sus Obras de Albeitería que publicó en 1677, y en el titulado Arte de Albeitería o Conde en 1707 en “De Albeiteria”. En nuestro país se comienzan a publicar libros de cirugía y en todos aparece como un apartado de gran relevancia dedicado al estudio de las enfermedades de la boca y dientes.
Un posible factor que ayudó a dar importancia a esta región anatómica quizás fuera la frecuencia de procedimientos fraudulentos. Los caballos tenían gran valor, pero los animales jóvenes no se valoraban apenas, debido a su escasa capacidad de trabajo, por lo que la falsificación más típica consistía en extraer tempranamente los dientes temporales, para estimular la erupción de los dientes permanentes.
Más tarde, cuando la demanda de animales jóvenes creció, se diseñaron técnicas de rejuvenecimiento, como la de crear cavidades similares a los infundíbulos de los incisivos en la superficie oclusal con un hierro al rojo.
Una evolución parecida sufrió la Odontología Humana. Durante los siglos XIII y XIV los monjes comenzaron a practicar cirugía y las enfermedades de la boca quedaron para los arrancadores de muelas o charlatanes. Durante este período sólo destaca la figura de Guy de Charliac (Siglo XIV), fue el primero en utilizar anestésicos en prácticas odontológicas. Otro ilustre cirujano fue Ambrosio Paré, quien recomendó la obturación de las perforaciones palatinas con placas de oro y plata, mantenidas en la parte superior por una esponja que una vez humedecida aumentaba el volumen y se adhería al paladar.
En España se da a principios del siglo XVI, la disposicion del Protobarberato , promulgada por los Reyes Católicos en Segovia el 9 de Abril del año 1500, la cual delimita quién podrá ocuparse de las enfermedades de los dientes, aquellos que fueran examinados por los barberos mayores. Esto confirma que a excepción de Francisco Martinez la atención odontológica quedó en manos poco cualificadas. En el mejor de los casos, en portadores de algún conocimiento de cirugía, considerándose estos menesteres indignos de los médicos y cirujanos. Estos salidos de las aulas universitarias, que se limitaban, como máximo, a tratar de pasada los padecimientos del territorio bucal, mientras que las lesiones menores serán objeto de los barberos. Lopez de León, en su obra comenta: “A los barberos toca el saber limpiar la dentadura con instrumentos acomodados”. Y Sorapan Rieros, hablando del tratamiento de las caries, advierte: “ Extirpar al momento lo que estuviese manchado con un hierrezuelo que para ello tienen los barberos”. Coexistió con el Protoalbeiterato que regulaba los títulos y formación de los albéitares o veterinarios de la época.
Desde de la antigüedad hasta 1900 los textos de herradores contenían el tratamiento de las lampas mediante la cauterización con un hierro al rojo. En 1664 Jacques de Sollysel autor de “ La Parfait Marechal “ describe que el lampas es un proceso autolimitante que no requiere tratamiento.
Hasta el siglo XVIII sólo destacan los protobarberos al servicio de las casas reales. Es la época de los barberos y charlatanes, únicamente combatidos por Pierre Fouchard (1690-1761), el dentista más célebre de su época con su obra “El cirujano dentista y su tratado de dientes”, editada en tres ocasiones. Fue un gran profesional que se especializó en campos muy determinados como la endodoncia. Profundizaba en la caries entrando en cámara pulpar através de agujas y luego introducía algodones impregnados en aceite de clavo con acción antiséptica.
El comienzo de la Ilustración trae consigo la fundación de la primera Facultad de Veterinaria de Lyon (Francia), en el año 1762, gracias a su promotor Claude de Bourgelat (1712-1779). Comienza una Veterinaria de base científica para el conocimiento racional de las enfermedades. Edward Mayhew publica en 1862 “El Ilustrado Doctor de Caballos “, en el que describe, ya de una manera más profunda y razonada el interés y la necesidad del tratamiento de las enfermedades orales en el caballo y cómo estas influyen en su salud.
M Lafose en 1749 describió por primera vez la trepanación de los senos frontal y maxilar para el tratamiento de las complicaciones de enfermedades dentales. En esta época Markham describe el tratamiento mediante limado y corte de las puntas y picos (remolones) de las dentaduras afiladas que lesionan carrillos y lengua y el uso de vinagre y sal para el enjuague final.
A principios del siglo XIX se producen, además algunos hechos notorios que contribuyen a dar relevancia a las enfermedades dentales. Uno de ellos está en relación con el auge de los zoológicos que se produce en esta época y el interés que produce todo lo relacionado con ellos. Uno de los casos más ampliamente publicados por la prensa de la época fue el del Elefante llamado Chunie, del Change Strand, Londres, que fue sarificado en 1826 por su agresividad, y todo era debido a un colmillo fracturado e infectado.
Por otro lado la anestesia fue esencial en el desarrollo de los procedimientos dentales.. Se usó opio por primera vez en en perros en 1665, óxido nitroso en gatos en 1779, éter en animales en 1847, barbitúricos en 1902, tubo endotraqueal en 1914 y pentobarbital y pentotal en 1934.
A principios del siglo XX aparecen veterinarios que se dedican solamente a la odontología, pero para ello deben desplazarse de una ciudad a otra. Uno de los veterinarios ambulantes más conocidos fue el escocés Freddie Milne (1867-1942), que procedía de una familia de jinetes y comenzó ganándose la vida como entrenador de caballos entre Hungría y Alemania. En 1924 se retiró de este trabajo, dedicándose a la odontología equina en todos los hipódromos de Europa.
Con la llegada de este siglo se realizan una serie de investigaciones cada vez más metódicas y exhaustivas. Se investigan nuevas técnicas, materiales y modelos experimentales en animales, lográndose así un mejor conocimiento de la etiología, fisiopatología, patología y tratamiento. De todo ello se va beneficiar y va a progresar la Odontología Humana. Todas estás técnicas, antes de su aplicación, han de sufrir fases experimentales, siendo el animal de experimentación de gran importancia en este período ( ratas, ratón, hamster dorado, ratas albinas…)
En pequeños animales se realizan numerosos estudios sobre Odontología. En 1914, Luis Merillat, vicepresidente de la Asociación Veterinaria Americana escribió que la obturación y el sellado de las cavidades careadas de los dientes de los animales podía ser motivo de estudio en el currículo de los estudios veterinarios.
En 1930 muchas publicaciones reflejan ya el interés por los cuidados orales preventivos en pequeños animales. El primer dentífrico formulado para perros se realizó en 1975 en Estados Unidos de América. A partir de 1939 la literatura veterinaria recoge regularmente artículos acerca del tratamiento de las enfermedades dentales de los animales de compañía.
En Europa, la Odontología Veterinaria adquiere carácter científico a partir de 1945, con la creación del primer Instituto Dental Veterinario en Viena, dirigido por el profesor Bodingbahuer y posteriormente desarrollado por el profesor Karl Zetner, en seno del cual se han formado gran parte de los especialistas europeos.
Pero gran parte del desarrollo de la Odontología Veterinaria moderna se ha llevado a cabo en EEUU, donde hace ya más de 30 años (1976) un grupo de veterinarios y odontólogos decidieron crear la Sociedad Americana Odontología Veterinaria. En 1987 se creó la Academia de Odontología Veterinaria, y un año más tarde el Colegio Americano de Odontólogos Veterinarios. En la década de los ochenta esta especialidad sufrió un gran impulso por la celebración de congresos, seminarios y cursos prácticos. En 1989 en el seno del American Veterinary dental Forum ( reunión anual de la Sociedad, la Academia y el Colegio de odontólogos veterinarios ) se discutió la posibilidad de crear un sello de calidad de los protocolos y productos dentales para veterinaria. El 27 de Abril de 1997 se crea el VHCO ( Veterinary Oral Health Council )como una organización del American Veterinary Dental College dirigido por el prestigioso pionero de la Odontología Veterinaria Prof.Dr. Colin Harvey de la Universidad de Pensylvania.
La Odontología de pequeños animales se ha desarrollado en el siglo XX gracias a la labor de los veterinarios y ha sido practicada únicamente por estos profesionales. En cambio la odontología equina ha sido practicada durante centurias por herradores y desde muchos años por dentistas de caballos sobre todo en aquellos países que la Odontología y sus profesionales los dentistas se desgajaron tempranamente de los médicos (USA, UK.,..). En estos países han surgido asociaciones incluso de ámbito mundial de dentistas prácticos que agrupan tanto a dentistas (sin formación académica reglada) y veterinarios que luchan por el desarrollo de la Odontología Equina. Estas asociaciones examinan y dan acreditaciones a sus miembros.
En Roma, en el año 1992, en el Congreso Mundial de Especialistas de Pequeños Animales, se constituyó la Sociedad Europea de Odontología Veterinaria ( EVDS )., que celebra un Congreso Anual y en la actualidad cuenta con… socios. El auge de esta especialidad quedó demostrado en el VII Congreso organizado por esta Sociedad, celebrado en Ljubljana en 1998, en el que se constituyó el European Veterinaria Dental College del que somos miembro fundador.
En los últimos años se ha pasado, especialmente en pequeños animales, de la simple extracción a la práctica de casi todos los procedimientos dentales, existiendo varias líneas de interés, como son las reconstrucciones, con o sin tratamiento endodóncico, correcciones de desviaciones (ortodoncias) y el estudio de los implantes que han dejado de ser especialidades sólo humanas como queda reflejado en publicaciones internacionales de prestigio como el Journal of Veterinary Dentistry.
En España comenzamos en Madrid 1990, creando un grupo de personas interesadas por la odontología veterinaria, que participó con grupo de especialidad de Avepa (Asociación de Veterinarios especialistas de Pequeños Animales) y que se ocupó de redactar y publicar el primer libro de odontología veterinaria en castellano :
“Odontología en Pequeños Animales”. Posteriormente organizamos como reunión precongreso del mundial de Granada el congreso de la EVDS en el seno del cual se constituyó y se aprobó la creación de la SEOVE, que tiene como objetivo la difusión, investigación y el desarrollo de la odontología veterinaria en nuestro país, tanto en pequeños animales como en éxoticos o caballos. Actualmente impartimos el único título propio universitario europeo de Odontología Veterinaria en la Facultad de Veterinaria de la UCM, que tiene la duración de un curso académico, es para 12 veterinarios clínicos de pequeños o équidos y tiene una extensión de 300 horas teórico-prácticas
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