07 Mar Encefalización y lenguaje
Prof. Dr. Alberto Portera Sánchez
Catedrático Emérito de Neurología. Universidad Complutense
Académico de Número. Real Academia Nacional de Medicina
ENCEFALIZACION Y LENGUAJE
El cerebro humano no ha evolucionado para pensar, amar, odiar, razonar, crear o hablar… piensa, ama, odia, razona, crea o habla porque ha evolucionado.
PROTOLENGUAJES EN ANIMALES
En esta comunicación, el término protolenguaje hace referencia a una capacidad que permite a cualquier tipo de materia individualizada, viva o no viva, transmitir o recibir información específica y necesaria para su existencia y persistencia.
Es muy probable que en animales, incluso en los que precedieron a los mamíferos y posteriormente a los homínidos, los ruidos guturales y los gestos corporales o faciales que obviamente eran muy expresivos, fuesen las primeras manifestaciones de sistemas que servían para comunicar decisiones tomadas, relaciones afectuosas o advertencias de peligros inminentes. Todos estos gestos persistieron a lo largo del desarrollo de diferentes especies, experimentando una mayor y progresiva riqueza como mecanismos de comunicación.
Aunque la música desde, el nivel evolutivo del Homo sapiens, se ha considerado como el lenguaje más rico para provocar emociones satisfactorias en quien lo percibe, en los párrafos siguientes se señalan datos que indican que muchos sonidos orales emitidos por animales contenían elementos muy comparables a los de la música.
La música, entendida como el resultado de patrones de sonidos que varían en tono y tiempo, emitidos como medio de comunicación emocional,cultural, social o cognitiva, suele estar precedida y depender del estado de ánimo de los compositores, sean animales o humanos. Esta definición plantea diversas preguntas:
¿Existen expresiones musicales en otros animales y qué estímulos provocan su emisión?; ¿establece la música un lazo común entre las especies no humanas que la componen y emiten?
Para contestar estas preguntas, en 1.940 se iniciaron grabaciones de sonidos que desde hace miles de años han emitido las ballenas, los elefantes o los pájaros que probablemente, por imitación, fueron también las bases de comunicación entre humanos primitivos.
En estas grabaciones se observó que, sorprendentemente, las canciones de algunas ballenas responden a normas llamativamente similares a las usadas por compositores humanos entre las que destacan:
a) La utilización de ritmos o frases de longitud equivalente que crean temas de varias frases antes de cambiar de tema, percibiéndose la reiteración frecuente.
b) Las ballenas son capaces de cantar en rangos de, al menos, 6 octavas. También usan intervalos musicales entre sus notas semejantes a las escalas de los compositores actuales.
c) Utilizan percusiones con tonos bastante puros y con proporciones comparables a los usados en la música sinfónica.
d) El tono y timbre de muchas notas de las ballenas son semejantes a los sonidos musicales humanos.
e) Sorprendentemente, sus canciones contienen refranes repetidos que forman rimas. Es decir, usan las rimas del mismo modo que los humanos, como un recurso o estrategia útil para recordar composiciones complejas.
Luis BAPTISTA también ha encontrado las siguientes semejanzas entre la música humana y las canciones de ciertos pájaros:
a) Con mucha frecuencia componen canciones usando variaciones rítmicas con tonos relacionados entre sí y permutaciones o combinaciones de notas, semejantes a las de nuestros compositores.
b) También se perciben: intervalos de inversiones; simples relaciones armónicas; retención de la melodía con cambios de tono y, con frecuencia, traslado de los motivos a tonos distintos.
c) Muchos pájaros entonan sus canciones según la misma escala de la música europea por lo que resultan muy atractivas para los humanos. El pajarito de los cañones canta según la escala cromática que divide la octava en 13 semitonos y el pájaro ermitaño canta según la escala pentatónica que consiste en 5 tonos diferentes en la octava.
d) Es conocida la imitación entre sí de ciertos pájaros.
e) Las cacatúas del Norte de Australia usan la percusión con ramas secas utilizadas como un palillo de tambor y con sus patas golpean el tronco del árbol como ritual amoroso.
Estas semejanzas sugieren que la música estaba ya representada biológicamente en diversas especies que habían evolucionado más de 60 millones antes que el Homo sapiens, de lo que se deduce que la utilización y percepción de la música como lenguaje es consecuencia de la activación de mecanismos localizados en el cerebro reptiliano y no en el neocortex.
PROTOLENGUAJES EN PRE-HUMANOS
Probablemente, los homínidos también utilizaban gestos o sonidos imitando a los animales, pero incorporando un mayor contenido simbólico en los gestos corporales o faciales para expresar instintos y emociones (miedo, disponibilidad sexual, etc.) o comportamientos rituales colectivos tipo danzas o luchas. Es también posible que los sonidos orales (guturales, nasales, linguales o labiales) fuesen onomatopéyicos imitando los ruidos ambientales o las percusiones rítmicas de los tambores primitivos. En ciertos habitats se han encontrado adornos personales o diseños grabados en piedras utilizados como un lenguaje gráfico muy primitivo para llamar la atención. También pudieron usarse las señales de humo con la idea de enviar mensajes o advertencias a grupos humanos alejados. Más tarde, el lenguaje incluido en las expresiones artísticas, en las obras de arte del Paleolítico (dibujos, pinturas en los muros de las cuevas o esculturas) enriqueció de modo espectacular el desarrollo cultural.
A medida que la evolución de la encefalización alcanzaba la capacidad de realizar actividades complejas, (Tabla I) mediante el lenguaje los antropoides fueron capaces de desarrollar funciones tan importantes como la posibilidad de representar mentalmente los ambientes externo e intrapersonal y la capacidad de transmitir sus experiencias y pensamientos al resto del grupo.
TABLA I
1.
Fabricación de herramientas o instrumentos (flechas, lanzas) con diversos materiales como el marfil o huesos que requieren una conceptualización y planificación para enseñar estrategias especificas como la caza, basada en el conocimiento del comportamiento de animales.
2.
Creación de hábitats con la consiguiente convivencia armónica en la tribu que indicaba la existencia de apoyos interpersonales que han contribuido al incremento cultural y posteriormente transmitido en los últimos 100.000 años.
3.
Anticipación del futuro inmediato mediante vigilancias o comportamientos de miembros del grupo para protegerse de los depredadores, catástrofes naturales, accidentes, etc.
4.
Descubrimiento y utilización del fuego.
5.
Realización de viajes de largas distancias con intercambios comerciales entre tribus.
6.
Elaborados rituales en los entierros incluyendo objetos artísticos con significado como piedras talladas o con grabados simbólicos.
7.
Finalmente, la aparición del lenguaje escrito hace 6.000 años con alfabetos, sintaxis y semántica.
La aparición del Homo erectus fue el paso evolutivo más espectacular de los homínidos. Estos cercanos predecesores nuestros tenían, ya, un aspecto corporal, tamaño cerebral y estatura parecidos al del humano actual. Apareció hace, aproximadamente, 1,5 millones de años y sobrevivió hasta hace unos 400.000 años. Su cerebro había experimentado un importante crecimiento alcanzando los 900 cc y, más tarde, los 1.100 cc que equivalen al 80% del volumen cerebral de los humanos actuales.
Los hallazgos de construcciones en forma de hábitat de hace más de un millón de años, sugieren que el erectus mantenía una estructura social estable y que estos “hogares” le permitían almacenar la caza de animales de gran tamaño. Los erectus más recientes sabían cómo manipular y mantener el fuego continuo, como lo demuestran los restos de las cuevas de Choukotien en China.
Otra de las características diferenciales del erectus fue su capacidad de emigrar desde África a Europa y Asia, lo que demuestra la enorme eficacia de sus recursos cognitivos que le permitieron adaptarse a diversos ambientes, incluyendo las glaciaciones y transmitir estas habilidades a generaciones sucesivas con la consiguiente aceleración de su cultura. Según estos datos, es fácil deducir que ya en él se había desarrollado al menos un pre-lenguaje.
En los homínidos precursores del Homo sapiens habían surgido sucesivas mutaciones fortuitas que condicionaron cambios estructurales del cráneo y del tamaño cerebral y, como consecuencia, de la génesis de nuevos sistemas neuronales, principalmente en los lóbulos frontales, capaces de realizar complejas funciones, como tomar decisiones o estructurar el pensamiento y el lenguaje. En los homínidos de hace 1.000.000 de años se iba produciendo un desplazamiento anterior del agujero occipital que condujo a una verticalización de la columna cervical y, como consecuencia, a un incremento importante de todas las cavidades de fonación (fosas nasales, faringe y laringe): (Figura 1)
FIGURA 1:
Liberman (1984) ha estudiado los cambios de angulación de la base del cráneo que se asociaron a modificaciones importantes del aparato de fonación y de los músculos que intervienen en la emisión del lenguaje. Los más llamativos fueron el descenso de la laringe y un incremento de la cavidad suprafaríngea así como de la longitud del paladar blando, dimensiones características de los humanos contemporáneos. La bipedestación produjo un desplazamiento hacia atrás de la cavidad oral y una verticalización del cráneo por “traslado” hacia delante del agujero occipital. Así se consiguió un incremento importante de la cavidad supralaríngea que proporcionó un enriquecimiento de la calidad de los sonidos emitidos.
Simultáneamente, en el Australopitecus se iniciaba un lento crecimiento progresivo del tamaño cerebral hace 2.000.000 de años alcanzando los 1.100 cc en el Homo erectus hace 500.000 años.
Todos estos cambios evolutivos explican la “explosión” del comportamiento de los pre-humanos que tuvo lugar en África: capacidad de generalizar, y de disponer de una inteligencia fluida o de analizar fenómenos análogos que les permitía anticipar acontecimientos inmediatos. Todo lo percibido e imaginado por un individuo se transmitía a otros, mejorando la calidad de la convivencia del grupo. En la tribu, como consecuencia de los intercambios sociales, se inició el lenguaje sonoro activándose no sólo los sistemas de la corteza cerebral encargados de desarrollar las funciones cognitivas, sino también los circuitos que activan el funcionamiento de los músculos encargados de la articulación de las palabras y, como consecuencia, el incremento progresivo de las sinapsis y de los neurotransmisores correspondientes. La evolución biológica (mutaciones casuales) y la post-biológica o epi-genética (desarrollo cultural) han sido las causas de que la especie humana haya sido la única en la que se ha desarrollado un lenguaje creativo y complejo causante, a su vez, de una cultura dinámica y constantemente enriquecida.
LENGUAJE HUMANO
¿Qué es?
Todo tipo de construcción mental cargada de conceptos con significado que activa los apropiados instrumentos de transmisión y de percepción, funciones en las que intervienen, entre otros, los siguientes sistemas sensoriales:
Visuales: palabra escrita, grafismos, símbolos, gestos; auditivos: palabra hablada, sonidos primitivos, imitación de ruidos naturales o animales, sonidos musicales; táctiles: gestos afectuosos, agresivos, de rechazo o de atracción; olfatorios: atracción social o erótica utilizando perfumes facilitadores de la comunicación, del rechazo o del desprecio social según los oloresnados en diversos individuos; gustativos: sabores agradables que estimulan contactos y ceremonias sociales.
Por estas puertas de entrada penetran estímulos del mundo exterior cargados de significado, interpretado por quien los percibe. Desde los sistemas receptores (ojo, oído, etc.) se trasladan a zonas específicas de la corteza cerebral donde se someten a un análisis de las cualidades de los estímulos (intensidad, duración, localización espacial, origen…). Desde estas plataformas iniciales se dispersan a otras áreas corticales más especializadas de mayor complejidad e interconectadas entre sí, en las que intervienen otros sistemas por evocación (memoria, emoción, análisis cognitivo…) que enriquecen la categorización y los contenidos de los estímulos iniciales.
Este complejo y, a veces, instantáneo proceso cargado de significado, completa la finalidad fundamental: la comunicación entre la emisora mente inicial y la que percibe, comunicación que plantea las siguientes preguntas:
¿Por qué?: Porque es evidente que la evolución ha proporcionado la capacidad cognitiva incrementada con experiencias y seguida de una necesidad de transmisión.
¿Cómo?: Por intervención de mecanismos moleculares pre-existentes (latentes) que, al percibir estímulos sensoriales, sociales, culturales o puramente mentales, se activan y coordinan síncronamente diversos y específicos sistemas neuronales.
¿Para qué?: Para lograr una reafirmación del Yo (lenguaje íntimo) y una necesaria comunicación con la que se consigue la evolución cultural inter-ndividual, intra-grupo o inter-grupos según sus estilos de vida.
Sólo los humanos pueden unir series complejas de sonidos para formar su lenguaje. Esta habilidad depende de un nuevo gen (FOX P2) que se identificó mutado, en una familia inglesa en la que sus miembros padecían un trastorno severo del lenguaje y eran incapaces de aprender la gramática, pronunciar u ordenar adecuadamente las secuencias de las palabras y las frases, y articular los movimientos de labios y lengua”.
La riqueza fonética humana es impresionante. Analizando las lenguas actualmente en uso se han identificado 558 consonantes, 260 vocales y 51 diptongos. Los niños son capaces de distinguir 869 fonemas a los 6-8 meses. Desde esa edad los cerebros agrupan los sonidos en categorías fonéticas más reducidas dependiendo de su idioma nativo. El inglés americano utiliza sólo 52 y el idioma del desierto de Kalahari dispone de 141.
LENGUAJE Y CEREBRO
El lenguaje es una función emanada de zonas cerebrales y sistemas necesarios para la percepción y transmisión de comportamientos, ideas o sentimientos, mediante códigos o símbolos (ruidos, voz, gestos) de complejidad y versatilidad creciente según las capacidades cognitivas y el nivel cultural de quien los emite.
En humanos, dichas redes complejas se enriquecen post-genéticamente durante el aprendizaje en individuos diestros. El lenguaje receptivo se procesa en área corticales perisilvianas y el expresivo se emite desde la circunvolución frontal ascendente, ambas en el hemisferio izquierdo. Secuencialmente también se activan otros sistemas corticales visuales, auditivos, táctiles y otros más complejos multilocalizados en regiones prefrontales como la memoria y otros procesos cognitivos. Para un procesamiento más completo del lenguaje, especialmente la expresión del contenido emocional, también intervienen los ganglios basales, el tálamo, la ínsula y áreas motoras suplementarias del hemisferio izquierdo, según ha mostrado la Resonancia Magnética funcional. Los contenidos éticos o creativos se añaden en zonas basales de ambos lóbulos temporales. Desde el punto de vista estructural no queda duda: la máxima ventaja evolutiva de los seres vivos la proporcionó la corteza cerebral humana donde se aloja la inteligencia.
Esta complejidad anatómica del cerebro le permite alcanzar un nivel funcional incalculable y, aún más fascinante, inacabable. Nuevas funciones son siempre posibles para el cerebro humano. Los siguientes datos ilustran o anticipan sólo una mínima parte de las capacidades funcionales:
– Sin incluir las células gliales, se han contado alrededor de diez mil millones de neuronas en la corteza cerebral.
– Se han identificado mil billones (1015) de conexiones interneuronales en toda la corteza cerebral. Si se contase una sinapsis por segundo, el recuento total dudaría 32 millones de años.
– Si se consideran, no sólo el número de conexiones, sino la cantidad de intercomunicaciones que pueden convertirse en operativas, el resultado sería hiperastronómico: 10 seguido de un millón de ceros, cantidad enormemente más elevada que el número de partículas con carga positiva que existen en todo el universo conocido (1080).
– Aún así, lo más sorprendente de la corteza cerebral humana es el extraordinario grado de organización que existe entre las neuronas y la gigantesca diversidad de reacciones electroquímicas que tienen lugar en cada instante, causantes de las sutiles funciones que el cerebro humano es capaz de realizar: analizar y entender el mundo que le rodea, analizarse y entenderse a sí mismo y, lo más espectacular, crear nuevas organizaciones de sonidos o bellas asociaciones de colores y formas.
Observando la facilidad que los niños tienen para aprender a hablar con enorme rapidez, se deduce que el cerebro humano debe poseer facultades congénitas especiales para la adquisición y desarrollo posterior del lenguaje. Esta deducción también se basa en la normal capacidad intelectual que los sordomudos han logrado a lo largo de sus vidas, sin haber oído ni disponer de un lenguaje sonoro pero habiendo desarrollado un excelente lenguaje visual, labial y gestual. Estas observaciones significan que las estructuras o sistemas cerebrales que procesan la memoria, el pensamiento y la inteligencia, evolutivamente preceden a las encargadas de la formación del lenguaje y de la necesidad de comunicación y que en los humanos se había desarrollado una capacidad cognitiva prelingüística que los distanció claramente de sus predecesores al disponer de sistemas superiores con especial dotación para el desarrollo del lenguaje.