07 Mar El reservorio primordial en el ciclo de contagio infeccioso
El reservorio primordial en el ciclo de contagio infeccioso
Guillermo Suárez Fernández
Introducción
La infecciónes un conflicto. Un conflicto que se establece cuando un microbio, devirulencia suficiente, logra sortear las barreras y defensas orgánicas y asípenetra en el organismo produciendo diferentes tipos de alteración.
En torno yrueda, tomando la expresión afortunada del insigne Albéitar La Reina aldescubrir la circulación de la sangre ?en torno y rueda? a la infección yenfermedad infectocontagiosa vamos a caminar en esta actuación anualreglamentaria, ante la Academia Nacional de Ciencias Veterinarias.
La infección,desde un punto de vista conceptual, presenta muy diferentes matices. Vistadesde un ángulo biológico puro y de filosofía científica la infección es unfracaso de la relación microbio / organismo hospedador. Vista la infeccióndesde el conflicto, tantas veces violento, que plantea la interacción agente /hospedador y la posible extensión del contagio, los objetivos de urgencia han deser la prevención, de forma preferente y el tratamiento una vez instaurado elproceso infeccioso, tomando a tiempo las medidas conducentes a evitar sudifusión.
En idea deTeobaldo Smith ?la enfermedad infecciosa es el fenómeno accesorio de unparasitismo en evolución?. En efecto, las reacciones violentas que caracterizana la enfermedad infecciosa, se atenúan terminando por desaparecer, a medida queavanza la interacción y el ajuste parásito / hospedador.
Cuando esaínter adaptación falla, ante la violencia de la agresión y el hospedador muere,el agente infeccioso pierde el suministro de nutrientes y el cómodo cobijo queaquel le facilitaba, lo que nos permite calificar al parasitismo de suicida.
Estainteradaptación, que es claro objetivo de toda colonización o invasiónmicrobiana, a veces es muy lenta y necesita ?eones? de tiempo. El virus de larabia es y ha sido patógeno a lo largo de la historia de la humanidad sinvariación apreciable de su virulencia y lo mismo sucede con otrosmicroorganismos. Sin embargo, hay casos en que la adaptación no es tan lenta yexisten ejemplos muy cercanos a la profesión Veterinaria. A finales de los añoscincuenta del pasado siglo XX se declara en Extremadura y Salamanca,principalmente, la Peste Porcina Africana (PPA) y la mortalidad era del cienpor cien de los cerdos afectados. La epizootia remite tras una prolongada luchay treinta años más tarde es erradicada la enfermedad de la península ibérica,con una mortalidad no superior al cinco por ciento, lo que demuestra unaadaptación del virus. Hay más ejemplos, pero no tan familiares como lo es parael mundo veterinario la inolvidable PPA.
Contagio infeccioso
Pasando alterreno aplicado funcional y práctico, nos encontramos con ese enorme interésque siempre ha prestado el ser humano a la enfermedad infecciosa y, enespecial, al contagio de ésta.
La existenciade graves epidemias humanas a lo largo de la historia tales como la peste, laviruela, la lepra, la sífilis, la difteria, la gripe, el carbunco, la rabia, latuberculosis, la malaria y el cólera, entre otras, muchas de ellas catalogadascomo zoonosis, han despertado en el hombre, junto al temor, un deseo oaspiración insuperable de erradicar las infecciones mediante diferentessistemas de lucha y prevención. Esta idea permanente en el hombre desde la másremota antigüedad se sustantiviza y toma cuerpo a mediados del siglo XIX,cuando Henle, maestro de Koch, elabora la teoría germinal, microbiana oinfecciosa de la enfermedad, teoría que se afianzó con los estudios del propioHenle con hongos dermatofitos productores de las tiñas, de Bassi quien detectaque una enfermedad de los gusanos de seda era producida por un hongo, de Rayery Devaine e independientemente por Pollender, que relatan la observación de estructurasbacilares en la sangre de ovejas infectadas de carbunco, proporcionando laevidencia del origen microbiano de la misma, de Pasteur que descubre que lapebrina del gusano de seda es producida por un protozoo, prueba también lafalsedad de la ?generación espontánea? y tomando el carbunco como enfermedadmodelo, criterio que adopta también Koch y toda una pléyade de investigadores,discípulos de las dos luminarias de la Medicina y Biología Aplicada del sigloXIX, reafirman con contundencia la nueva doctrina atisbada por Henle.
Conocida ybien asimilada la causa microbiana de la infección, la aspiración humana deeliminar las infecciones se intensifica gradualmente en la segunda mitad delsiglo XIX y principios del XX, pero tenemos que confesar que ha sido ineficazen sus resultados. Hemos erradicado la viruela ya en los años 80 del pasadosiglo, si bien el proceso no se ha culminado por falta de acuerdo para destruirlas estirpes del virus variólico que permanecen en laboratorios de JUL y deRusia y no parece fácil que vayan a destruirse las cepas variólicas por eltemor que nace de la posibilidad de que, alguna de ellas, haya llegado a manosde un grupo terrorista, lo que no sería difícil ante el descontrol de armamentoal constituirse nuevas repúblicas del Este desaparecer la Unión Soviética comonación única. Están también en vía de ser erradicadas la difteria y lapoliomielitis. Pero son estas enfermedades cuyo único hospedador y reservorio ala vez es el ser humano y en todo caso, en segundo plano, alguna de lasespecies de simios antropoides fácilmente controlables.
Erradicación
Nunca se podráerradicar la rabia, la malaria, la leishmaniosis, las encefalitis por virus,las diarreas hemorrágicas víricas transmisibles por artrópodos entre las que figurala temible enfermedad de Ébola, sin alterar los ecosistemas de forma grave eirreversible y posiblemente ni aún así. Más cerca de lo real, de lo que sepuede hacer está la contención y control de los procesos infectocontagiososmediante el mejor conocimiento de los ciclos de infección, y de contagio, enlos que hay que contar con el papel del protagonista desempeñado por elreservorio y ?en torno y rueda? a este término va a girar, en adelante, nuestraintervención, en cuyo título figura ?reservorio? en un primer plano.
El reservorio
A nuestrojuicio, la función del reservorio en la aparición de brotes epidémicos tienemás importancia desde el punto de vista epidemiológico que el tipo de agentepatógeno causal, sea virus, bacteria, hongo microscópico, o protozoo. Dichoesto, haremos algunas consideraciones previas.
No deja de sercuso que la palabra reservo no ure en el na (Vocabulantío y Téco) de la Real Acade de ns Exactas, Fías yNaturales. La palabra reservo prone del vocablo francés reservoiry la Real Academia Española la reconoce dos acepciones, pero ninguna de ellashace referencia a ?reservorio de agentes infecciosos?, cosa que si se hace enlos libros de zoonosis auspiciados por la Organización Mundial de la Salud(OMS).
En la obraclásica titulada ?Zoonosis transmisibles comunes al hombre y los animales? deAcha y Szyfres, patrocinado por la OMS y por la Organización Panamericana de laSalud (OPS) se define el término reservorio como ?cualquier ser humano, animal,artrópodo, planta, suelo, materia, o una combinación de ellos, dondenormalmente vive y se multiplica un agente infeccioso y del cual depende parasu supervivencia y donde se reproduce de manera que puede ser transmitido a unhuésped susceptible?.
El conceptoanterior de reservorio es, a nuestro juicio, demasiado amplio y no permite unadiferenciación entre términos como vector, portador inaparente, subclínico ocrónico de reservorio propiamente dicho, que suele pertenecer a uno de estosgrupos: vertebrados silvestres (roedores, carnívoros, aves acuáticasmigratorias) e invertebrados artrópodos (insectos y garrapatas,principalmente). El reservorio de agentes infecciosos propiamente dicho deberácaracterizarse por una vehiculación biológicamente activa, con multiplicación ycrecimiento microbiano, con o sin la aparición de mutaciones, forma másfrecuente en las infecciones víricas, por no padecer la enfermedad o padecerlade forma inaparente o subclínica.
Losreservorios por su predominante naturaleza silvestre escapan con frecuencia alcontrol humano que cuenta además, con la limitación de respetar el equilibrioecológico, tan dependiente de la fauna salvaje.
A este tipo dereservorio biológicamente activo con un destacado papel tanto en la difusión deenfermedades como en la aparición de nuevos brotes infecciosos, se le da elnombre de ?reservorio primordial? a fin de diferenciarlo claramente decualquier otro tipo de vector o portador de virus.
Algunosejemplos de actualidad nos ayudarán a dar la exacta dimensión del problemaepidemiológico que representa la aparición de un brote infeccioso y su difusióny contagio.
Influenza aviar
Lafluenzaar A, ge o peste ar es una enfermedad de moda produa por un Ortomyxoviruso A, próa al de lafluenza o ge humana, pora y eqa. Los Ortomixovirusponen de una doble vía de va