Control de las enfermedades parasitarias. Profilaxis por vacunación

CONTROL DE LAS ENFERMEDADES PARASITARIAS

PROFILAXIS POR VACUNACIÓN

 

Dr. D. Ignacio Navarrete

Académico Correspondiente

 

 

1.- Introducción

 

El control de los parásitos y, por ende, de lasenfermedades parasitarias, debe dirigirse a la prevención de presencia deéstas, al tratamiento y recuperación de los enfermos y a evitar la difusión delos parásitos, impidiendo el contagio entre los hospedadores, incluido, en sucaso, el hombre. Con estas medidas, se puede llegar a agredir el medioambiente, aportándole indebidamente, residuos tóxicos farmacológicos oquímicos. Es por ello, que las luchas biológicas y las medidas profilácticaspor vacunación, adquieren hoy una extraordinaria importancia.

 

El problema básico que se ha esgrimidoconstantemente como justificación de la inexistencia o, al menos, la escasez depreparados biológicos para la vacunación en parasitología, ha sido, con toda larazón, la complejidad antigénica de los parásitos. Es conocido que, según se vacomplicando y completando la evolución del ser vivo, la complejidad de lasproteínas que lo estructuran es mayor, con lo que representa un mejor y másamplio blanco para recibir la respuesta inmunitaria del organismo hospedador.

 

Por consiguiente, puede resultar difícil encontrarvacunas eficaces formadas a partir de proteínas aisladas de mitocondrias,flagelos, pared celular, etc. de un protozoo parásito. Mucho más difícil aúnserá localizar aquellas con suficiente capacidad antigénica, de entre las queintegran un helminto, como son las del huevo, de la cutícula, del esófago, delintestino, del ovario, del útero, de la cloaca, de las formas larvarias de cadauno de los estadios por los que pasa en su ciclo evolutivo, además de laposibilidad de extracción de bandas a partir de las sustancias de excreción-secreción,tanto de adultos como de formas larvarias Por último, más complejo aún, resultael conseguir material inmunógeno eficaz desde la infinidad de posiblesantígenos contenidos en un artrópodo, en todos sus órganos y sistemas, enproductos de su excreción-secreción, o en sus diferentes formas evolutivas dehuevo, larva, ninfa y adulto.

 

La protección parasitaria pasiva, se ha demostradocomo no útil en la práctica, pues si bien cumplió una importante misión cuandono existía otra posibilidad de protección, sus inconvenientes han superado concreces a las ventajas que aportan, por lo que se va rechazando tal y como seavanza en otros caminos de inmunización. Desde antiguo, para proteger un animalde un brote endémico o cuando se pretendía introducir un animal importado enzonas de epidemia, se inoculaba con sangre conteniendo el parásito, tal era elcaso de la babesiosis, en la que se procedía, inoculando sangre de un animal enfase activa de parasitemia, al que se pretendía proteger, siempre un animaljoven, ya que era más resistente a padecer la enfermedad que los adultos. Estapráctica, además del riesgo de incompatibilidad sanguínea que se pudierapresentar, conllevaba un riesgo importante de expansión de la enfermedad.

 

Postermente y aún todavía, se nen uandootros mes demua