Control de las enfermedades parasitarias: Presentación de la mesa y justificación

CONTROL DE LAS ENFERMEDADES PARASITARIAS

PRESENTACIÓN DE LA MESA Y JUSTIFICACIÓN

 

Dr. D. Antonio R. Martínez Fernández

Académico de Número

 

 

Al iniciar esta mesa redonda y antes de discurrir brevemente por su justificación, permítanme que les presente a sus componentes, Francisco A. Rojo Vázquez, Ignacio Navarrete López-Cózar y Miguel A. Sierra Pardo.

 

Francisco A. Rojo Vázquez es actualmente, tras regresar a su tierra nativa, catedrático de Sanidad Animal (Parasitología) de la Facultad de Veterinaria dela Universidad de León, sirviendo además a la comunidad como Decano de aquella facultad donde estudiamos, él y yo, la licenciatura. Contamos ambos con un cierto paralelismo, separado por los correspondientes tiempos biológicos. Formado junto al Profesor Cordero, realizó su tesis sobre metastrongílidos de los pequeños rumiantes, desarrollando a lo largo de los pasados años investigación sobre aspectos de la patofisiología, patología y control de las infecciones por helmintos gastrointestinales y pulmonares de los rumiantes, así como sobre resistencia, resistencia genética y patofisiología e inmunidad de las criptosporidiosis. Completó su formación con estancias, de larga duración, en Weybridge y Edimburgo, en el Reino Unido y en la Universidad de Pennsylvania en USA como profesor visitante. Fue Profesor Agregado y  Catedrático de Parasitología en la Facultad de Farmacia de Salamanca, de la que fue también Vicedecano y Decano, así como Catedrático sucesivamente con las denominaciones de Parasitología y Enfermedades Parasitarias y Patología Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense.

 

Ignacio Navarrete López-Cózar es actualmente catedrático de Parasitología, Departamento de Sanidad Animal, de la Facultad de Veterinaria de Cáceres de la Universidad de Extremadura. Granadino de origen, estudió en Córdoba y, desde el tiempo de su licenciatura, estuvo unido a quien iba a ser su profesor, el desaparecido en temprana edad, Francisco Martínez Gómez primer catedrático de Parasitología de la Facultad de Córdoba, creador de la escuela de Parasitología Veterinaria de Andalucía. Al fundarse la Facultad de Veterinaria de Cáceres se trasladó a la Universidad extremeña, pasando en ella por los puestos de Profesor Adjunto, Catedrático, Decano de la Facultad y Vicerrector para el Campus de Cáceres. Su trabajo científico ha ido creciendo en intensidad y logros, desde su tesis doctoral sobre protozoos apicomplejos a su trabajo faunístico y experimental en campos tan interesantes como la hipodermosis bovina, triquinelosis experimental porcina, leishmaniosis experimental canina y la ascaridiosis porcina, su quehacer actual.

 

Miguel A. Sierra Pardo, es actualmente Director de los Servicios técnicos y Registro de la División de Sanidad Animal de Pfizer, S.A. Licenciado en Veterinaria por Zaragoza, y Doctor por la Universidad Complutense, encaminó su trabajo hacia la investigación básica y aplicada en el seno de la industria farmacéutica. Su currículum cuenta con dos puntos comunes, las coccidiosis de las aves abordadas no sólo bajo la faceta terapéutica y de terapia y manejo, sino también bajo el punto de vista de la selección de cepas inmunizantes  de las diferentes especies, para la preparación de vacunas; tema además sobre el que versó su tesis doctoral. El otro eje de su trabajo son los antihelmínticos y lactonas macrocíclicas. Primero trabajó en la promocion y manejo de carbamatos de bencimidazol y posteriormente en el empleo y eficacia de los ectendocidas en procesos ectoparasitarios y por nematodos de los animales domésticos.

 

Cuenta con numerosas publicaciones sobre terapéutica e inmunización de coccidiosis, y tratamiento antihelmíntico y de ectoparasitosis de los animales domésticos.

 

Finalmente, quien les habla, es Académico de Número de esta corporación y de la Real Academia de Farmacia, del Instituto de España. Actualmente dirige el Departamento de Parasitología de la UCM.
El tema de la mesa es el control de las enfermedades parasitarias, que abordaremos bajo tres de sus facetas: la resistencia a los antihelmínticos, las vacunas antiparasitarias y los nuevos andectocidas?nematodicidas e insecticidas parasitarios.

 

Antes de ceder la palabra a los componentes de la mesa permítanme discurrir con ustedes sobre qué es control. Existe una especie de camino para el combate de una determinada enfermedad parasitaria, ya sea ésta de sólo  interés económico o económico y zoonótico? antropozoonosis. El camino es iniciar  lo que se conoce como lucha. La lucha se realiza con los diversos medios que otras ciencias como la ecología, la etología y el manejo animal,  la ingeniería, la química médica ?farmacéutica etc. van suministrando en cada momento de la progresiva historia de las producciones animales. La lucha tiene como primer objetivo lograr el control, un modo equilibrado de convivencia; la coexistencia más inocua o soportable con el proceso parasitario, bajo ambos puntos de vista económico y/o zoonótico. La meta final, pocas veces lograda, es la erradicación.

 

Si imaginamos un Ciclo biológico de un parásito cualquiera como en el esquema, figura 1,

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

el control, como parte de la lucha contra el parásito en su entorno, se realiza sobre el punto

a

o de entrada en el hospedador de las formas parasitarias de infección por las vías digestiva, cutánea, per-mucosa, respiratoria, trans-placentaria, limitándola o impidiéndola Sobre el punto

b

, reduciendo al máximo las formas de eliminación: quistes, ooquistes, huevos, embriones, larvas…. Finalmente, sobre el punto

g

, mediante la actuación ecológica, de manejo, de lucha química, sobre el parásito, en el suelo, en los ciclos biológicos directos y en éste y los hospedadores intermediarios, en los ciclos indirectos.

 

Entre los puntos

a

y

b

del ciclo está el hospedador y sobre o dentro de él los parásitos que deseamos combatir. Los antiparasitarios se aíslan de los productos naturales, se optimizan farmacológicamente o se sintetizan y se emplean con éxito en un tiempo limitado por el establecimiento de resistencias. Aunque la nómina de antihelmínticos, a estos nos vamos a referir en esta mesa, es cada vez mas reducida, algunos aún están en crecimiento y desarrollo, nos referimos a los antibióticos macrólidos extraídos de cultivos de Streptomyces, con actividad endectocida. De las nuevas moléculas de esta naturaleza, y su empleo y seguridad nos va a hablar, el Dr. Sierra.

 

El control mediante antihelmínticos tiene ventajas e inconvenientes, Figura 2

 

Figura 2

pero además representan biológicamente una presión de selección que ocasiona modificaciones genéticas poblacionales rapidísimas. Estas modificaciones conducen a la resistencia, que se escala en variedades de eficacia. De estos aspectos va a discurrir la intervención del Dr. Rojo Vázquez.

 

Hay un cuarto aspecto para el control, el representado por las intervenciones sobre el equilibrio inestable que es el parasitismo, la manipulación sobre el hospedador, que mejore su comportamiento inmunitario. En el equilibrio que se representa en la figura 3, la inmunidad adaptativa del hospedador mejora su capacidad de rechazo, manteniendo la salud y la producción útil, aun en presencia del parásito controlado. Por el contrario, si las defensas bajan, la alimentación no es la adecuada, si el manejo propicia la sobrepoblación parasitaria, si las medidas terapéuticas no son las adecuadas, si la cepa parasitaria cuenta con mejor sistema de evasión de la defensa inmunitaria o se hizo resistente, el parasitismo crece y la salud y la producción animal decrece.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Figura 3

 

El control biológico, cuando no es sobre el punto antes mencionado, se viene a realizar aumentando la resistencia genética del hospeador? control a largo plazo o su inmunidad adaptativa mediante sistemas de vacunación. Sin querer solaparme con su conferencia permítanme, en el esquema adjunto, resumir los objetivos de un control biológico conducente a mejorar la respuesta inmune del hospedador. Lo perfecto es disponer de vacunas eficaces para la mayoría de la población de un hospedador determinado. Las vacunas antiparasitarias deben ser, en muchos casos, multiestado y multiinmunizantes contra larvas en emigración, contra adultos intestinales- para poner el ejemplo de un nematodo como puede ser un ascárido o un estrongílido con emigración larvaria o penetración cutánea. Si de una Theileria hablamos en parasitología animal, o de Plasmodium spp. en parasitología humana, la multiplicidad de una vacuna ideal se incrementa, pues tiene que ser a la vez antiinfección, antienfermedad y antitransmisión.

 

Como todo lo complejo se alcanza de modo gradual. La protección, especialmente con las vacunas vivas de parásitos genéticamente modificados y apatógenos, se logra mediante premunición, o bien adquiriendo para la especie útil una inmunidad antienfermedad, lográndose que no haya manifestaciones clínicas, o lo que es más importante en ganadería, que no disminuyan o aumenten las producciones animales: la leche, los huevos, la carne, etc. El proceso de crear vacunas no vivas está creciendo por pasos definidos: 1. mediante la identificación de antígenos nativos protectores, 2. por producción de polipéptidos recombinantes o proteínas de fusión, quimeras, con epítopos que inducen protección,  y 3. por métodos para vehicular al citoplasma de las células del hospedador mediante poxvirus modificados  o al núcleo, por plásmidos y trasposones portadores, genes parasitarios que se expresan en antígenos nativos protectores.

 

Las vacunas antiparasitarias son una difícil asignatura que sólo hace muy poco tiempo empieza a aprobarse ?por parciales?: tickgard, toxovax, vacunas vivas antieimerias de las aves, etc. Son también una buena última frontera de la inmunología, al tiempo acicate y reto de los inmunólogos.