07 Mar Aplicación de la Biotecnología de la Reproducción a la gestión de poblaciones naturales de ciervo
Excelentísimo Señor Presidente de la Real Academia de Ciencias Veterinarias, Excelentísimos Señores Académicos, Excelentísimas e Ilustrísimas autoridades, familiares y amigos.
Con profunda y sentida emoción quiero expresar el honor que supone el ocupar en el día de hoy esta Tribuna de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España y manifestar por ello mi gratitud a todos ustedes, señores académicos, por haberme permitido pasar a formar parte de esta Ilustre Institución, que representa el máximo exponente de las Ciencias Veterinarias en nuestro país. Por ello, quiero iniciar mi intervención expresando mi agradecimiento a todos aquellos que han hecho posible que hoy me encuentre en esta Tribuna, pronunciando mi discurso de Ingreso como Académico de Número de esta Real Academia. Agradecimiento que quiero transmitir en primer lugar a los Académicos Excelentísimos Señores D. Guillermo Suárez Fernández, D. Agustín Simón Palacios y D. Elías Fernando Rodríguez Ferri por avalar mi candidatura para la vacante en la Sección de Ciencias Básicas de la Academia. Deseo igualmente agradecer al Excelentísimo Sr. D. Carlos Luis de Cuenca y Esteban, Presidente de esta Corporación, por acceder a contestar este discurso, y también por haberme dado la oportunidad de conocer más de cerca la Academia. Hago extensivo mi agradecimiento a cuantos Académicos me otorgaron su voto, debo a todos ellos la distinción que supone pertenecer a esta Corporación.
Igualmente, quiero manifestar ante ustedes que supone para mi una enorme ilusión el poder compartir con quienes fueron mis profesores en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, las tareas Académicas de reflexión, debate y profundización en los problemas de las Ciencias Veterinarias y su aportación a la sociedad. Además, resulta para mi muy importante que precisamente algunos de mis profesores, me hayan otorgado su confianza para ocupar un sitio en esta Institución.
Dentro de este brillante elenco de docentes a los que me he referido anteriormente, quisiera hacer una mención especial a tres de ellos, ya que sus lecciones, consejos y cualidades vinieron a marcar desde el inicio de mis estudios de Veterinaria mi vida profesional, y despertaron en mi el interés por el fascinante mundo de la Reproducción Animal. Me estoy refiriendo a los Excelentísimos Señores D. Tomás Pérez García, D. Félix Pérez y Pérez y D. Mariano Illera Martín. Aún perdura en mi recuerdo, el año que, durante el curso académico 1989-90, me desempeñé como alumno interno de la Unidad docente de Cirugía y Reproducción en la asignatura de Obstetricia y Patología de la Reproducción, bajo la supervisión del Prof. Dr. Félix Pérez y Pérez. Curiosidades, coincidencias de la vida o simplemente el azar, hacen que hoy yo vaya a suceder en la medalla que ustedes me otorgan a uno de ellos, el Prof. Dr. D. Mariano Illera Martín. Es tradición y costumbre al uso, realizar una mención expresa al Académico que me ha precedido en la medalla que ustedes me confieren. Esta tradición resulta, en mi caso, particularmente grata, no sólo por el respeto y consideración que siempre he sentido por el Dr. Illera Martín, sino además, por los motivos anteriormente aludidos.
El Dr. Illera Martín, fue Catedrático y Director del Departamento de Fisiología Animal de la Universidad Complutense de Madrid durante varios años. Aaacute;s, fue Presidente de esta Ilustre Institución y Consejero Permanente del Rector de la Universidad Complutense, D. Rafael Puyol Antolín. Autor de varias monografías y libros relacionados con la Fisiología Animal, destacando entre ellos el de Endocrinología Veterinaria y Fisiología de la Reproducción de distribución Colibac, (1984), el de Fisiología de la Reproducción de editorial Aedos, (1994), y el de Reproducción de los Animales Domésticos de editorial Aedos, (1994). Ponente y/o Profesor Invitado en diferentes Reuniones Nacionales e Internacionales. Investigador principal de varios Proyectos de Investigación financiados con fondos públicos (Ministerio de Educación y Ciencia, Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social, Comunidad Autónoma de Madrid). Autor de más de cien publicaciones en Revistas científicas, algunas de alto impacto como: Animal Reproduction Science, Journal of Reproduction and Fertility, Steroids y Theriogenology. Autor de numerosas comunicaciones orales y/o en paneles en Congresos de ámbito nacional e internacional. Además de todo ello, para mi, fue un excelente profesor de Endocrinología, recordando aún en la actualidad, en el desarrollo de mi actividad docente como profesor de Fisiología Animal en la ETSIA de la Universidad de Castilla-La Mancha, algunas de sus magistrales enseñanzas. No aspiro yo al ocupar esa vacante a alcanzar el prestigio de que goza el Dr. Illera Martín.
Quiero aprovechar este momento para agradecer desde esta Tribuna a todas aquellas personas que han sido importantes en mi formación y que han hecho posible mi presencia hoy en esta Academia, permítanme un recuerdo general para evitar que la emoción me haga olvidar a algunas de ellas. Sin embargo, quiero mencionar de forma particular a cinco personas por la positiva influencia que ejercieron en mi etapa formativa. En primer lugar, a mi padre, veterinario en el sentido más amplio y perfecto de la palabra, de quien heredé su vocación por la veterinaria y por la perseverancia en el trabajo, y quien, desde muy pronto, fue para mi un referente tanto en lo profesional como en lo personal. Igualmente, quisiera mencionar a otras dos personas que han contribuido enormemente a mi formación desde mi más temprana infancia y juventud, D. Gregorio Ginés y D. Claudio Camarena. Es muy posible que ni siquiera ellos sean conscientes de lo que han representado para mi formación, pero de ellos aprendí, desde otra faceta de la vida, algo que durante todos estos años ha sido un dogma constante en mi vida académica y personal. Ellos me enseñaron algo tan sencillo, y desgraciadamente tan olvidado hoy en día, como es, que el esfuerzo y la perseverancia tienen recompensa. Gracias a los dos. En tercer lugar, desearía agradecer la posibilidad que me brindó la Dra. Isabel Vázquez González para realizar mi Tesis Doctoral bajo su supervisión. Para mi fue un verdadero honor poder contar con Isabel como directora de Tesis. Mi paso por el laboratorio de Criobiología Espermática, que ella lideraba, en el Departamento de Reproducción Animal del INIA, fue sin duda alguna, uno de los hechos que más han influido en mi formación científica. Por todo ello y mucho más, gracias querida Isabel. No sería justo que me olvidase del resto de compañeros de aquella época vivida en el INIA, muchos de los cuales actualmente no solo son colaboradores sino también, y principalmente amigos. Por último, pero no por ello menos importante, quisiera expresar mi agradecimiento más sincero a la Dra. María Dolores Pérez-Guzmán Palomares, por la paciencia y dedicación que siempre mostró conmigo, sin importarle en ningún momento su estado fisiológico, en aquel verano de 1992 en Valdepeñas. Gracias también por tus explicaciones, además de por la confianza, fidelidad y respecto que siempre has tenido hacia mi persona. Cuenta siempre con mi agradecimiento, que yo siempre contaré con tu consejo y apoyo.
Concluyo mi presentación, pero no el capítulo de agradecimientos, al que retornaré más adelante, ya que queda pendiente la mención de personas y compañeros que han sido fundamentales en el desarrollo de mi trayectoria profesional y personal.
Con su permiso y sin mas dilación, voy a abordar el tema de mi discurso de ingreso:
APLICACIÓN DE LA BIOTECNOLOGÍA DE LA REPRODUCCIÓN A LA GESTIÓN DE POBLACIONES NATURALES DE CIERVO
JUSTIFICACIÓN DEL TEMA ELEGIDO
La elección del tema de un discurso no es fácil, tampoco lo ha sido en esta ocasión. He pues que me encontré hace unos meses ante la difícil tarea de elegir un tema para mi discurso de ingreso en esta Real Academia. Pensé inicialmente en algo afín a lo que ha sido mi línea principal de trabajo desde mis comienzos en el Departamento de Reproducción Animal del INIA, la Criobiología Espermática, pero pronto me di cuenta de que tratando este tema podría caer en el riesgo de elaborar un discurso demasiado teórico y tal vez, un tanto impersonal. Los Discursos de Ingreso han representado y representan el compromiso formal que, a lo largo de los tiempos, han hecho Tribuna de Cultura a la vez que reflejo de la personalidad científica y humana de los Académicos de Número de la Real Academia Nacional de Ciencias Veterinarias, ya que reflejan su particular concepto de la temática propia y específica de su área de competencia, a la vez que incorporan la individual y responsable aportación al desarrollo y mejor conocimiento del magisterio universitario de su autor. Así, tras sopesar diversas opciones, decidí abordar un tema relacionado con mi línea principal de trabajo, pero centrado en algunas especies silvestres, las cuales no siempre han sido adecuadamente consideradas desde las Ciencias Veterinarias.
Dado que he concurrido a la Academia por la Sección de Ciencias Básicas, debía presentar mi discurso por este campo de las Ciencias Veterinarias. Al ser nuestra disciplina una ciencia aplicativa, deberemos perseguir en nuestra labor investigadora unos objetivos que trasciendan, si es posible, a la práctica del campo profesional. Esto no quiere decir que no consideremos en dicha labor la investigación básica, que no sólo puede explicar diferentes mecanismos de reacción sino que probablemente puede conducir al científico a consecuencias prácticas de sumo interés. Los mayores esfuerzos investigadores en los últimos diez años de mi carrera se han centrado en el estudio y en la aplicación de la Biotecnología de la Reproducción a la gestión y conservación de especies de animales silvestres. En concreto gran parte de estos esfuerzos y proyectos se han desarrollado en el ciervo ibérico (Cervus elaphus hispanicus) y entre la amplia variedad de aspectos posibles de ser tratados con la rigurosidad científica necesaria, he elegido un que considero va a tener una gran proyección y contribuirá a ayudar a la gestión de las poblaciones cinegéticas de esta subespecie. Se trata de la aplicación de las Tecnologías de la Reproducción Animal al ciervo ibérico. Así me encuentro ante este Excelentísimo auditorio con este que he titulado: Aplicación de la Biotecnología de la Reproducción a la gestión de poblaciones naturales de ciervo.
En los dos últimos decenios, el estudio de la Biología y Tecnología de la Reproducción ha pasado a ocupar en el campo de la Biología un primer plano de interés. Ello se ha debido a su significación académica, y a su importancia práctica como disciplina científica en tres de las áreas que actualmente mayor preocupación conllevan:
· El problema de la explosión demográfica a nivel mundial en medicina humana, ha llevado a una permanente investigación en torno a las técnicas farmacológicas anticonceptivas y, por ende, a las bases fisiológicas de la reproducción. Este mismo problema es hoy en día común a otras especies de animales silvestres.
· La necesidad ineludible de incrementar la producción pecuaria, como respuesta en gran medida al incremento poblacional mediante la mejora de las técnicas de reproducción.
· La desaparición de un gran número de especies y razas de animales en los últimos años ha dado lugar al desarrollo de una nueva disciplina dentro de la Biología, denominada Biología de la Conservación. Ésta se presenta como una materia de tipo multidisciplinar que se encarga de aglutinar información de muy diversa naturaleza con objeto de conocer, cada día mejor, los factores que afectan al mantenimiento de los ecosistemas y determinan la supervivencia de las especies. Dentro de ella, la Biotecnología de la Reproducción dispone de un conjunto de metodologías potencialmente beneficiosas para la conservación, tanto de las especies silvestres, como de la variabilidad genética dentro de las mismas.
Obviamente, estos objetivos han exigido un conocimiento profundo de las bases íntimas de los procesos reproductivos, disciplina en la que el avance ha sido sencillamente espectacular y a la que la investigación en Ciencias Veterinarias ha aportado datos fundamentales.
La labor de investigación que pasaré a presentarles a continuación es obviamente una obra conjunta, tal como queda refrendado en los listados de autores de las referencias que la avalan. Además, algunos de los resultados que les voy a presentar son fruto de la colaboración entre nuestro grupo de investigación, Grupo de Biología de la Reproducción de la Universidad de Castilla-La Mancha, el cual lidero en la actualidad; y otros dos grupos de investigación nacionales. Me estoy refiriendo a los grupos de Ecología y Biología Reproductivas del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), liderado por el Dr. Roldan y la Dra. Gomendio; y al Grupo de Investigación en Técnicas de Reproducción Asistida de la Universidad de León, liderado por el Dr. Anel. A todos ellos, y a los integrantes de sus respectivos equipos les agradezco su entrega y compromiso. Además, a ellos tres, les agradezco su especial amistad.
INTRODUCCIÓN
Desde los primeros pasos de Homo sapiens sobre la tierra, la caza ha sido una actividad básica. En el Paleolítico, los primeros humanos precisaban de la caza para la supervivencia, pudiendo considerarse incluso que una parte de las adaptaciones humanas están ligadas a la actividad venatoria o cinegética. Sin embargo, durante la revolución Neolítica, el hombre dejó de precisar de la caza para su supervivencia, pasando a una vida sedentaria más basada en la agricultura y la ganadería. A partir de estos momentos, la caza pasó a ser un elemento de ocio, que era de uso exclusivo para la aristocracia. Esta situación se mantuvo hasta bien entrado el siglo XVIII, momento a partir del cual en diversos países se postuló la necesidad de eliminar esta discriminación. De esta manera, en las sociedades actuales, la caza es considerada como una actividad deportiva, que en gran medida, se encuentra al alcance de cualquier ciudadano.
Por otra parte, en los últimos tos, la actividad cinegética haezado a convertirse en una actividad con una importante dimensión económica para muchos países o comarcas. En España, esta actividad es también una fuente de recursos de especial importancia en muchas zonas rurales. Estas actividades tienen en muchas regiones de nuestro país una gran relevancia social y económica, actuando como factor de desarrollo en la economía rural, principalmente en las áreas deprimidas, donde contribuye a mantener la población y elevar su nivel de vida. Por otra parte, la participación de la caza en el sector agrario se encuadra perfectamente dentro de las orientaciones de la nueva política agraria comunitaria referidas fundamentalmente al mantenimiento de la población rural a través de una diversificación de las actividades tradicionales. Para ello, es necesario compntar estas actividades con otras nuevas que permitan generar rentas yleos alternativos manteniendo unos criterios de eficiencia y promoviendo aquellas que sean compatibles con la conservación del medio natural. Entre las actividades compntarias que más futuro pueden tener, tal y como recoge la UE, está la caza. Por todo ello, existen argumentos bastante sólidos que estran que la caza es una actividad de indudable interés socioeconómico para nuestro país. En concreto, la caza del ciervo ibérico (Cervus elaphus hispanicus) representa un apartado muy importante dentro de ésta, sobre todo para algunas regiones como Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Esta subespecie tiene además un interés especial desde el punto de vista de la conservación pues se distribuye exclusivamente por la Península Ibérica.
No obstante, esta actividad referida a la caza mayor ha experimentado grandes cambios en España en los últimos años. De hecho en muchas comunidades autónomas, las fincas de caza mayor han sido cercadas con un vallado perimetral. De esta manera los bienes ambientales que representaban las especies de caza mayor se han transformado en bienes económicos, los cuales son el objetivo prioritario de la explotación. Como consecuencia de todo lo anterior, la caza, y muy particularmente la referida a las especies cinegéticas mayores, se ha convertido en una actividad con orientación empresarial, considerándose como una inversión rentable la realizada en este tipo de cotos. Además, todo ello se ha traducido en un intenso comercio de animales para repoblaciones, bien sean de granjas especializadas o de explotaciones de cría controlada. Así, desde hace varios años existen granjas y explotaciones de cría controlada de ciervos, las cuales se dedican principalmente a la producción de animales vivos para la venta para repoblaciones (Giraldo y Tovar, 2002). Es decir, que existe una población importante de ciervos, que se cría de forma controlada, y que por tanto puede ser susceptible de manipulaciones con objeto de aumentar la calidad de sus producciones, principalmente el trofeo. La evolución de este tipo de explotaciones en los últimos 10 años ha presentado una tendencia muy positiva en nuestro país.
Estos acontecimientos han originado el hecho de que la actividad cinegética y la explotación controlada de los ciervos, además de ser un recurso forestal de indudable valor agroalimentario, puedan empezar a considerarse como una producción ganadera alternativa en extensivo para la producción de animales de gran calidad de trofeo que luego son liberados en los cotos para ser cazados. Es sobre esta población de ciervos en semi-libertad (animales criados en granjas cinegéticas), sobre la que pueden aplicarse las distintas técnicas de reproducción asistida orientadas a mejorar la calidad de los trofeos. No obstante, el uso de estas tecnologías en especies silvestres ha sido limitado, y de más reciente introducción. En parte, esto se ha debido a la dificultad de acceder a y manejar estas especies, pero también al desconocimiento de aspectos básicos de su biología reproductiva.
BIOTECNOLOGÍA DE LA REPRODUCCIÓN EN CIERVOS
La gran expansión que ha experimentado el aprovechamiento industrial de las distintas especies de cérvidos en los últimos 35 años en el mundo, ha venido acompañada por un rápido desarrollo y utilización de la Biotecnología de la Reproducción (Asher et al. 2000). Estas tecnologías no solo han facilitado la difusión genética de los animales más productivos, sino que también han permitido de una forma relativamente sencilla, el movimiento de material genético alrededor del mundo, han contribuido a la conservación de especies y subespecies en peligro de extinción y han permitido a los productores, la obtención de híbridos altamente interesantes desde el punto de vista productivo (Asher 1998; Asher et al. 2000). En estas especies, de todas las técnicas de Reproducción Asistida existentes, la más ampliamente difundida ha sido la Innación Artificial (IA), seguida de la Transferencia de Embriones (TE) y de la Fecundación in vitro (FIV). En Nueva Zelanda existen actualmente 2,6 millones de ciervos criados en granja, de los que el 86% es ciervo colorado (Cervus elaphus). En esta situación el empleo de las distintas tecnologías de la reproducción encaja perfectamente dentro de los sistemas de producción convencionales.
El empleo de la crioconservación del material seminal y su uso mediante inseminación artificial en los cérvidos ha presentado un desarrollo irregular hasta la fecha. Tan solo en países como Nueva Zelanda existen programas comerciales de mejora animal, en los cuales se emplea la IA como herramienta de trabajo para el desarrollo de programas de mejora de la producción cárnica o de las cuernas. Sin embargo, el empleo de estas biotecnologías reproductivas en poblaciones naturales de ciervos ha presentado un escaso desarrollo hasta el momento. Sin embargo, las perspectivas futuras de empleo de estas metodologías son enormes debido a las grandes ventajas y aplicaciones que presentan. Es por ello, por lo que en los últimos años el interés por el empleo de estas técnicas para la conservación y gestión de poblaciones naturales de ciervos, como es el caso del ciervo ibérico, se ha incrementado notablemente (Jabbour y Bainbridge, 1997). El ciervo ibérico no está en peligro de extinción, pero existen algunos factores que justifican el empleo de estas tecnologías reproductivas para su gestión o conservación:
· Son metodologías útiles para preservar la genética autóctona ante la creciente tendencia de hibridaciones con otras subespecies foráneas.
· En algunas fincas, y como consecuencia de las elevadas densidades de animales, existen importantes proporciones de animales afectados por enfermedades de relevancia en sanidad animal y para la salud pública, como la tuberculosis (Gortázar et al. 2005). Ante esta circunstancia, los bancos de n pueden ayudar a minimizar los riesgos sanitarios de los traslados, o servir para conservar la riqueza genética ante operaciones de descaste selectivo.
· El interés principal de la explotación de los ciervos en nuestro país es el cinegético, el cual a su vez viene determinado por la calidad de los trofeos de los machos. Los bancos de germoplasma se han utilizado como una aplicación para la mejora genética de esta característica. El desarrollo de la crioconservación del material seminal procedente de machos con una cuerna altamente valorada permite mediante la utilización de técnicas de reproducción asistida, la obtención de machos con un mejor trofeo. Esta última afirmación se basa en la alta heredabilidad encontrada para las características de la cuerna en este tipo de especies, siendo por tanto un carácter fácilmente transmisible de padres a hijos (Ball 1991).
· En el caso concreto del C. elaphus hispanicus, estas tecnologías presentan otra aplicación muy importante para el mantenimiento del equilibrio genético dentro de las poblaciones naturales, el cual en muchas ocasiones se pierde como consecuencia de la fragmentación de las poblaciones por el uso de los vallados, tal y como ha sido referido anteriormente (Martínez et al. 2002). Se han descrito numerosos efectos deletéreos de la consanguinidad sobre la fisiología reproductiva de machos y ras (Coulson et al. 1998; Roldan et al. 1998; Gomendio et al. 2000).
Todas las razones anteriormente enumeradas justifican el empleo de la Biotecnología de la Reproducción como herramienta útil para contribuir a la gestión de las poblaciones naturales de ciervo, como es el caso del ciervo ibérico. De todas las técnicas de Reproducción Asistida existentes, la más ampliamente difundida en todas las especies animales ha sido la Inseminación Artificial. El desarrollo de un programa de IA en condiciones óptimas para el ciervo ibérico, igual que para cualquier otra especie, necesitó del abordaje de tres líneas de investigación:
– Conocimiento de la fisiología reproductiva de la subespecie
– Desarrollo de sistemas de control y sincronización de celos
– Desarrollo de una metodología satisfactoria de obtención-conservación del semen y aplicación de las técnicas de IA propiamente dichas.
En este discurso, presentaremos el estado actual de dichas tecnologías reproductivas aplicadas a poblaciones naturales de ciervo, dedicando especial atención a aspectos relacionados con la inducción y sincronización de celos, los métodos de obtención del semen, la crioconservación espermática, y la inseminación artificial. Además, los hallazgos encontrados durante el estudio de los parámetros reproductivos de las poblaciones naturales de ciervo, han tenido una enorme importancia para la identificación de mecanismos reproductivos básicos que no habían sido identificados en especies ganaderas o en la especie humana. Estos resultados serán brevemente comentados al final de este discurso.
SINCRONIZACIÓN DE CELOS Y OVULACIONES
En una primera fase de nuestro estudio, nos propusimos como objetivo el determinar los patrones reproductivos básicos de las hembras de ciervo ibérico. Así, demostramos que presentan un patrón estacional de reproducción (García et al. 2002), teniendo un ciclo sexual, cuya duración oscila de 19 a 20 días (García et al. 2003a). Esta subespecie de ciervo común presenta su temporada reproductiva, en la que tiene varios ciclos estrales, durante los días de fotoperiodo decreciente (García et al. 2002). Además, mediante determinación de los niveles plasmáticos de melatonina en sangre, observamos también que la subespecie presenta un perfil estacional de secreción de la misma (García et al. 2003b), y que en todas las estaciones los niveles son muy superiores durante la noche que durante el día. Por tanto, podemos definir a la hembra de ciervo ibérico como una subespecie poliéstrica estacional de días cortos (García et al. 2002).
La inducción y la sincronización de celos y ovulaciones son por sí mismas tecnologías reproductivas que permiten importantes mejoras zootécnicas, pero cuyo concurso se plantea como necesario para el desarrollo de la técnica de inseminación artificial a nivel práctico para su uso en grandes colectivos de animales (Pérez-García 1989). De este modo, previamente al planteamiento de un programa de inseminación artificial propiamente dicho, hay que controlar perfectamente la actividad ovárica en las hembras; ya que en caso contrario, el programa resultaría económicamente poco viable al pretender llevarlo a cabo en hembras inseminadas sobre celo natural. Esta problemática es aún mayor en las especies silvestres por la dificultad que entraña la detección del comportamiento de estro en este tipo de animales. Esta dificultad de detección del celo se ve agravada por el medio físico de la explotación y por las características etológicas de estas especies. Por todo ello, resulta interesante contar con métodos fiables y conocidos para controlar el ciclo ovárico de las ciervas, de modo que se pueda llevar a cabo la inseminación a tiempo fijo tras el empleo de tratamientos hormonales. En la mayoría de las especies de ciervo, tienen lugar ovulaciones recurrentes como una lógica consecuencia de un fracaso en la fecundación en el ciclo anterior (García et al. 2003a). La secreción de progesterona debida al cuerpo lúteo es interrumpida por la acción de la prostaglandina F2α secretada por el útero no gestante.
El control del ciclo sexual se ha realizado empíricamente desde la más remota antigüedad mediante el denominado “efecto macho”. Éste consistía en introducir machos en un rebaño de hembras, durante una estación determinada del año, lográndose que se sincronizaran los celos y por lo tanto, las ovulaciones entre las hembras del grupo. Este método tradicional de sincronización ha sido también empleado en los ciervos (Asher et al. 1993). Sin embargo, este sistema no proporciona un grado de sincronización lo suficientemente adecuado como para poder realizar la inseminación con garantías de éxito, recurriéndose por ello, al empleo de tratamientos hormonales de sincronización e inducción de celos y ovulaciones. Los productos hormonales más utilizados para la sincronización de los ciclos sexuales en las ciervas han sido la progesterona y la prostaglandina F2α (Asher et al. 1993). Numerosos estudios previos realizados con ciervos de granja, han demostrado la utilidad del empleo de progesterona o de sus derivados, por medio de dispositivos intravaginales, para el eficaz control de los ciclos sexuales en las ciervas (Asher et al. 1993). Resultados muy similares fueron reportados para el ganado ovino con anterioridad (Pérez García 1989). Además, la administración de gonadotropina coriónica equina (eCG) al final del tratamiento con progesterona se usa de forma generalizada en estas especies (Asher et al. 1993). La eficacia de este tratamiento (progesterona + eCG), como método para la sincronización de los ciclos estrales de las ciervas ibéricas fue evaluada por nuestro grupo, observando que por medio del mismo se obtenía un grado de sincronización de celos y ovulaciones muy próximo al 75% (García et al. 1998). Así, hemos adoptado la combinación de estas dos hormonas como método de elección para la sincronización de los ciclos sexuales de las ciervas previamente a la aplicación de la inseminación artificial (Soler et al. 2003b; Malo et al. 2005a), habiendo obtenido resultados de fertilidad muy aceptables, como posteriormente veremos.
El empleo de inyecciones de prostaglandina F2α para la sincronización de los ciclos sexuales de las ciervas, ha sido también referido, aunque los resultados de sincronización obtenidos han sido generalmente inferiores y más irregulares a los reflejados por el uso de progesterona (Asher et al. 1993).
OBTENCIÓN DEL MATERIAL ESPERMÁTICO
La recogida del material seminal en el ciervo es uno de los aspectos más problemáticos para el desarrollo de las distintas biotecnologías reproductivas, por lo que ha sido el factor limitante para la implantación más extensa de estas biotecnologías reproductivas en los ciervos criados en cautividad. Primeramente, existen grandes variaciones debidas a la estación (Asher et al. 1993), tanto en la calidad como en la cantidad del semen, que hacen que éste sólo pueda ser obtenido durante unas épocas muy concretas del año, existiendo un periodo muy pronunciado de quiescencia testicular durante la primavera y el verano, en el cual los machos son completamente infértiles (Asher 1998). Esto limita el periodo de obtención seminal a 4-6 meses por año. En segundo lugar, la obtención del semen se ve dificultada enormemente por el temperamento que presentan estos animales. Este último hecho ha originado que los métodos para la obtención seminal ideados para otras especies no hayan tenido el mismo desarrollo en los ciervos.
La obtención de muestras seminales eyaculadas de ciervo se ha llevado a cabo mediante métodos como la vagina artificial (Gizejewski 2000) y la electroeyaculación (Asher et al. 1993). La vagina artificial, aunque ha sido utilizada en otras subespecies de ciervo (Gizejewski 2000), presenta riesgos debido al temperamento de los animales. Por otro lado, la electroeyaculación, aunque ya ha sido empleada para especies silvestres (Fennessy et al. 1990; Asher et al. 1993; Comizzoli et al. 2001, Garde et al. 2003) puede dar lugar a una peor calidad seminal, a una menor resistencia a la crioconservación y a lesiones en los sementales (Asher et al. 1993). Estos riesgos se acentúan por tratarse de animales silvestres, pudiéndose provocar la muerte del animal por las manipulaciones previas a la propia obtención del semen, como la anestesia o la captura (Asher et al. 1993).
Estos inconvenientes pueden evitarse con la obtención de muestras espermáticas a partir de los epidídimos de animales muertos (Foote 2000). Esta posibilidad ha provocado un aumento en el interés por la obtención y crioconservación del germoplasma de especies silvestres (Foote 2000), permitiendo la obtención de muestras espermáticas de diversas especies de ciervos (Zomborszky et al. 1999; Comizzoli et al. 2001), y concretamente del ciervo ibérico (Soler et al. 2003b; Martínez-Pastor et al. 2005a; 2006a). Aaacute;s, el aprovechamiento cinegético de muchas de estas especies favorece la recogida postmortem de las muestras espermáticas epididimarias a partir de los machos abatidos durante el transcurso de las distintas modalidades cinegéticas (Zomborszky et al. 1999; Soler et al. 2003b). Por todo ello, en las condiciones anteriormente descritas, el sis más factible, por lo menos a priori, para la obtención de n de ciervos selectos para su crioconservación, es la recogida postmortem en aquellos machos abatidos durante el transcurso de las distintas modalidades cinegéticas. Esta metodología nos permite además, conservar el germoplasma de los mejores ciervos en cuanto a la calidad de sus cuernas (Garde et al. 2006).
No obstante, elleo de muestras espermáticas epididimarias obtenidas postmortem, nos planteó inicialmente una serie de dudas biológicas que a lo largo de estos últimos diez años hemos intentado resolver. En primer lugar, que la reducida viabilidad inicial de las muestras así obtenidas pudiese impedir la generación de nuevos individuos por medio de la aplicación de estas tecnologías, ya que en ocasiones las muestras son extraídas del animal a las 24 horas de la muerte. Además, al ser muestras obtenidas del epidídimo, las mismas van a presentar un porcentaje elevado de formas espermáticas inmaduras, que podría influir en la fertilidad de la muestra o incluso en su resistencia a la congelación. Y en tercer lugar, los espermatozoides procedentes de estos machos no son eyaculados, con lo cual no han contactado con ciertos elementos protectores del plasma seminal, que facilitan la resistencia de la célula espermática a los procesos de congelación, por lo que su resistencia a este proceso podría verse disminuida (Martínez-Pastor et al. 2006b). Para resolver estas dudas desarrollamos una serie de trabajos, cuyos resultados más relevantes me permito comentarles a continuación. Algunos de estos hallazgos se referirán posteriormente, al relatar los resultados obtenidos en el campo de la crioconservación espermática.
En relación con la evaluación del efecto del tiempo transcurrido desde la muerte de los machos a la obtención de los testículos, sobre la calidad espermática y la capacidad fecundante de las muestras, obtuvimos los resultados que se detallan a continuación. El tiempo transcurrido desde la muerte del animal hasta la obtención de las muestras espermáticas influyó negativamente sobre la calidad espermática y sobre la capacidad fecundante de las muestras obtenidas del epidídimo de ciervos muertos (Garde et al. 1998; Soler y Garde 2003, Martínez-Pastor et al. 2005a; 2005c). Así, los valores de calidad seminal obtenidos a partir de las 12 horas de la muerte de los animales fueron significativamente inferiores para los distintos parámetros evaluados (movilidad, viabilidad, integridad morfológica y capacidad fecundante). Por tanto, estos primeros resultados vinieron a demostrar que la calidad espermática disminuye de forma rápida después de la muerte de los machos (Soler y Garde 2003).
Para intentar resolver la problemática anteriormente planteada, realizamos una serie de pruebas en las que evaluamos el efecto sobre la calidad espermática de la conservación a 5ºC, durante intervalos de tiempo prolongados, de los testículos después de la muerte de los animales (Soler et al. 2003c). Los resultados de estos trabajos demostraron que la viabilidad espermática se mantenía sin ningún tipo de alteración hasta 4 días después de la muerte de los machos, cuando los testículos habían sido previamente conservados a 5ºC (Soler et al. 2003c). Estos resultados, tienen una connotación práctica muy importante, ya que indican que las muestras espermáticas que no puedan ser procesadas rápidamente para su congelación, por ausencia de medios, pueden ser almacenas o incluso transportadas en frío hasta un laboratorio donde existan los medios humanos o materiales que posibiliten la congelación seminal con garantías de éxito.
Otro aspecto de interés desde el punto de vista de la investigación, relacionado con el empleo de espermatozoides epididimarios, reside en el hecho de que los mismos nunca han contactado con el plasma seminal, el cual les confiere algunos elementos que contribuyen a incrementar la viabilidad espermática (Chen et al. 2002). Recientemente se ha demostrado que los daños celulares sobre el ADN espermático debidos al estrés oxidativo son mucho más intensos en espermatozoides no expuestos nunca al plasma seminal (Chen et al. 2003) o separados del mismo antes del proceso de congelación (Donnelly et al. 2001), indicando estos resultados que los distintos componentes del plasma seminal podrían desempeñar un papel importante en la conservación de la integridad del genoma espermático (Chen et al. 2002). En la especie humana (Zini et al. 2002) y bovina (Bilodeau et al. 2000) se ha reportado que el plasma seminal contiene enzimas antioxidantes como la superoxido dismutasa, la catalasa y la glutation peroxidasa, además de quelantes de radicales libres. Similares hallazgos se han descrito en roedores (Chen et al. 2003). Por ello, evaluamos el efecto de la adición de algunas de estas sustancias sobre la calidad espermática de las muestras de ciervo obtenidas del epidídimo. Así, en primer lugar pudimos determinar que la adición de plasma seminal homólogo a este tipo de muestras incrementaba la calidad y viabilidad de las mismas (Martínez-Pastor et al. 2005a). Posteriormente, hemos podido observar que la adición de superoxido dismutasa, catalasa, y Vitamina C a los medios de incubación espermática prolonga en el tiempo la vida útil de los espermatozoides epididimarios de ciervo (Fernández-Santos et al. 2007a). Por tanto, todos estos resultados demuestran el papel protector que los agentes antioxidantes proporcionan a las muestras espermáticas epididimarias. Este efecto beneficioso se observa tanto en la características espermáticas básicas (movilidad, viabilidad, integridad morfológica), como en la integridad del ADN espermático (Fernández-Santos et al. 2007a).
En los animales no acostumbrados al manejo humano es necesario recurrir a la obtención de semen mediante técnicas de electroeyaculación bajo anestesia quirúrgica. El empleo de esta técnica ha planteado siempre mucha controversia. En nuestra experiencia con ungulados no se ha encontrado inconveniente alguno por la aplicación de la misma y se ha utilizado en forma reiterada sobre los mismos machos sin consecuencias negativas (Garde et al. 2003, Soler et al. 2003a; Martínez-Pastor et al. 2006b, 2006c), lo cual es importante, ya que en ocasiones interesa realizar recolecciones repetidas de cada macho con el fin de conservar un elevado número de muestras para su utilización futura.
Por último, es importante señalar que un aspecto de gran relevancia dentro de la Andrología moderna es el delleo de técnicas de laboratorio capaces de determinar con éxito la calidad y la capacidad fecundante de las distintas muestras espermáticas. En este sentido, s desarrollado y adaptado numerosas pruebas para la evaluación eficaz de las distintas funciones de los espermatozoides frescos y descongelados de ciervo. Así, aaacute;s delleo de las técnicas rutinarias de evaluación nal (Garde et al. 1998; Soler et al. 2003a), s incorporado a nuestros estudios otras herramientas de análisis nal como: la evaluación de distintos parámetros de movilidad por medio de siss de análisis de imagen (Malo et al. 2005a; 2005b; Martínez-Pastor et al. 2005b, 2005c; 2006b; 2006c), la evaluación de la integridad del ADN, del estado de la mitocondria, y de la fluidez de ranas espermáticas por medio de nuevas técnicas de citometría de flujo (García-Macías et al. 2006; Fernández-Santos et al. 2007a), la determinación de la capacidad fecundante in vitro por medio de pruebas de fecundación in vitro (Soler y Garde 2003), y la determinación de las dimensiones de las cabezas de los espermatozoides por medio de sistemas computerizados de análisis de imagen (Esteso et al. 2003; 2006, Soler et al. 2005b). El empleo de todas estas nuevas tecnologías de análisis espermático nos ha permitido obtener una información mucho más completa acerca de la fisiología de los espermatozoides de ésta y de otras especies.
CRIOCONSERVACIÓN ESPERMÁTICA
La congelación del material espermático presenta un gran número de ventajas. Entre ellas, destacamos las siguientes: preservación y uso de germoplasma sin limitaciones en el tiempo y en el espacio, prevención de riesgos sanitarios al poder transportar germoplasma congelado en lugar de trasladar animales vivos, y mejor manejo del espacio, ya que permite la conservación indefinida del material genético sin necesidad de ocupar grandes espacios en los programas de cría (Watson y Holt 2001). Además, permite el intercambio de material genético entre individuos que estén muy alejados geográficamente, siendo este hecho de especial interés de cara a disminuir la consanguinidad en poblaciones fragmentadas de especies en peligro de extinción (Watson y Holt 2001). La crioconservación del material seminal es uno de los aspectos fundamentales en el manejo de los bancos de germoplasma. Además, es uno de los aspectos más críticos ya que los espermatozoides están sometidos, tanto durante el proceso de congelación como el de descongelación, a numerosas situaciones de estrés (Watson 1995).
La congelación del semen de ciervo, al igual que la de otros rumiantes, resulta más compleja que la de otras especies animales, debido fundamentalmente a las características bioquímicas y morfológicas de los espermatozoides de estos animales (Graham et al. 1978). Además, el empleo de la crioconservación del material seminal y su uso mediante inseminación artificial ha sido desarrollado en la mayoría de las especies domésticas (Holt 2001), no presentando, sin embargo, el mismo progreso en las especies silvestres (Garde et al. 2003). No obstante, la congelación del material espermático en las distintas especies de ciervos se viene realizando desde hace bastantes años (Asher et al. 2000).
A pesar de ello, la mayoría de los protocolos utilizados para la congelación de las muestras espermáticas epididimarias se basan en los desarrollados para semen eyaculado (Graham et al. 1978; Krzywinski 1981; Asher et al. 2000), no habiendo protocolos específicos para las muestras procedentes del epidídimo. Este procedimiento no parece muy apropiado, debido a las diferencias fisiológicas existentes entre el semen eyaculado y las muestras espermáticas epididimarias. Estas diferencias se deben principalmente a que los espermatozoides epididimarios no han estado expuestos a las secreciones de las glándulas sexuales accesorias (plasma seminal); estas secreciones modulan la sensibilidad al enfriamiento, así como la resistencia a la congelación (Yu et al. 2002). Además, el plasma seminal contiene enzimas antioxidantes (Bilodeau et al. 2000; Zini et al. 2002) que confieren protección frente al estrés oxidativo, pudiendo desempeñar un papel importante en la defensa frente a la producción de radicales libres de oxígeno que tiene lugar durante la congelación espermática. Igualmente, hemos puesto de manifiesto mediante la realización de varios trabajos la existencia de importantes diferencias de osmolaridad entre las muestras procedentes del epidídimo y las eyaculadas en el ciervo ibérico (Martínez-Pastor et al. 2006b; Fernández-Santos et al. 2007b), hecho que indudablemente va a afectar de forma diferente a la resistencia a la congelación de los dos tipos de muestras espermáticas (Martínez-Pastor et al. 2006b).
Por otro lado, también se ha puesto de manifiesto la existencia en distintas especies, de diferencias en la resistencia a la congelación entre espermatozoides eyaculados y aquellos que tienen su origen en el epidídimo (Martínez-Pastor et al. 2006b). Es indudable, por tanto, que el origen anatómico de las muestras debe ser muy tenido en cuenta para mejorar los protocolos de congelación de los espermatozoides de las distintas especies.
El daño que experimentan los espermatozoides durante la crioconservación ha sido atribuido a diversos factores, entre los que destacamos los siguientes: cambios en la temperatura, formación de cristales de hielo, estrés oxidativo, alteraciones en las membranas espermáticas, daño en el ADN, toxicidad a los crioprotectores y estrés osmótico (Watson 1995). Estos daños pueden verse disminuidos si elegimos el diluyente de congelación adecuado. Sin embargo, para especies silvestres se han usado diluyentes adaptados a partir de otros de especies domésticas, con pocas o ninguna modificación (Garde et al. 2003). Teniendo en cuenta las diferencias y problemas anteriormente expuestos, sería preferible y deseable optimizar los protocolos para poder contar con diluyentes específicos disponibles no sólo para cada especie, sino también para cada tipo de muestra, dependiendo de su origen.
El protocolo para la congelación de dichas muestras utilizado de forma tradicional era prácticamente el mismo que se venía utilizando para las muestras seminales procedentes de eyaculados de animales domésticos. Así, en un protocolo típico para eyaculados de ciervo, las muestras seminales se diluían en un medio (Tris-citrato-fructosa con un 20% de yema de huevo) de 320 mOsm/kg, con una concentración final de glicerol de un 3%. Posteriormente, las mismas se enfriaban lentamente hasta una temperatura de 5ºC, permaneciendo 2 horas más a esta temperatura para su equilibrado. Transcurrido este tiempo las dosis espermáticas eran congeladas en vapores de nitrógeno líquido y almacenadas a –196ºC hasta su empleo (Asher et al. 2000).
Por lo tanto, el objetivo general de nuestra línea de investigación, dentro de este apartado, se orientó hacia la adaptación de estos protocolos para su uso con muestras espermáticas epididimarias de ciervo, con el objeto de mejorar la eficacia de los mismos para este tipo de muestras. Los resultados de investigación obtenidos durante estos últimos años nos han permitido proponer una serie de mejoras en la técnica de crioconservación de las muestras espermáticas epididimarias de ciervo. De entre todos estos resultados, me permito destacar a continuación los que creo que han sido más relevantes para el progreso de esta línea de investigación.
Los efectos del enfriamiento sobre la calidad de las muestras espermáticas se han estudiado en múltiples trabajos. Durante el enfriamiento, el “choque frío” produce, en los espermatozoides de la mayoría de las especies, una reducción en la motilidad y en el metabolismo de los carbohidratos (Watson 1995). Además, produce liberación de enzimas y lípidos intracelulares, redistribución de iones y cambios morfológicos, sobre todo en el acrosoma (Watson 1995). Los efectos nocivos producidos durante la refrigeración pueden evitarse modificando la velocidad de enfriamiento y/o añadiendo yema de huevo al diluyente de congelación (Watson 1995, Holt 2001).
Por todo ello, en primer lugar, estudiamos el efecto combinado de dos variables sobre la supervivencia de los espermatozoides epididimarios al proceso de congelación. Con este objetivo, se diseñó un experimento para determinar qué concentración y qué método de preparación de la de huevo ( centrifugada —clarificada— vs. completa) eran los más adecuados para la congelación de los espermatozoides epididimarios de ciervo. A la descongelación, independiennte de la concentración de , la clarificada reportó los mejores resultados, y la concentración más apropiada fue la de un 20%. Los resultados obtenidos nos llevaron a diseñar un nuevo experimento, con el fin de comprobar de forma conjunta los efectos de tres variables sobre la congelabilidad de las muestras espermáticas epididimarias de ciervo: concentración de clarificada (0, 5, 10 y 20%), concentración final de glicerol (3 y 6%) y velocidad de enfriamiento desde 22ºC a 5ºC (lenta vs. rápida). Tras la evaluación de los resultados, observamos que el diluyente de congelación con un 20% de yema de huevo clarificada y una concentración final de glicerol del 6%, junto con la aplicación de una velocidad de enfriamiento rápida, mejoraron significativamente la resistencia a la congelación de los espermatozoides epididimarios de esta especie (Fernández-Santos et al. 2006a; 2006b).
El tipo y la concentración del crioprotector pueden afectar al resultado final del proceso de congelación espermática (Watson y Holt 2001). La acción del crioprotector depende de su coeficiente de permeabilidad, siendo el crioprotector más adecuado, aquel que pueda pasar a través de la membrana celular y equilibrar su concentración en menos tiempo (Gilmore et al. 1997), evitando situaciones de estrés debidas a los cambios de volumen del citoplasma. Sin embargo, esta permeabilidad es diferente dependiendo de la especie, debido a las diferencias en la composición de las membranas espermáticas (Gilmore et al. 1997). Así, el dimetil sulfóxido (DMSO) tiene una permeabilidad menor que el glicerol para los espermatozoides de hombre, mientras que la misma es similar para los espermatozoides de perro (Thirumala et al. 2003).
Algunos de los crioprotectores permeables a la membrana más utilizados en los protocolos de congelación han sido el etilenglicol, el propilenglicol, el DMSO y el glicerol (Holt 2001). De todos ellos, el glicerol ha sido el más efectivo para la congelación del semen de rumiantes (Leibo y Songsasen 2002), oscilando su concentración óptima en los diluyentes entre el 4% y el 8% (Holt 2001; Leibo y Songsasen 2002).
Concretamente, el glicerol es el crioprotector que siempre se ha utilizado para congelar espermatozoides epididimarios de ciervo (Zomborszky et al. 1999; Asher et al. 2000; Soler et al. 2005a), siguiendo los protocolos utilizados para congelar semen eyaculado (Asher et al. 2000). Sin embargo, se ha demostrado que los espermatozoides tienen diferente respuesta a los crioprotectores permeables dependiendo de su origen anatómico (Martínez-Pastor et al. 2006b).
Por ello, otro de nuestros objetivos fue el de comprobar la efectividad de un crioprotector clásico, el glicerol, comparado con otros crioprotectores permeables, sobre la resistencia a la congelación de las muestras espermáticas epididimarias de ciervo. Para ello, evaluamos los efectos de tres crioprotectores (glicerol, etilenglicol y propilenglicol), así como de tres concentraciones de cada uno (3, 6 y 12%). Los resultados mostraron que un 6% de glicerol era la opción más favorable para la congelación de las muestras espermáticas epididimarias de esta especie (Fernández-Santos et al. 2006c).
La temperatura de adición del crioprotector es otro aspecto importante a tener en cuenta en el desarrollo de los protocolos de congelación espermática, ya que la movilidad de los espermatozoides a la descongelación en diversas especies puede verse afectada en función de la misma (Watson 1995; Holt 2001). En la mayoría de los protocolos de congelación, el glicerol se añade a 5ºC (Graham et al. 1978; Fiser y Fairfull 1990). Nosotros evaluamos el efecto de la temperatura de adición del glicerol (22°C ó 5°C) sobre la resistencia a la congelación de este tipo de espermatozoides. Los resultados de nuestro estudio indicaron que, como alternativa al protocolo comúnmente utilizado para la congelación de semen de ciervo (3–4% glicerol añadido a 5ºC), la congelación de las muestras espermáticas epididimarias debe realizarse con un diluyente con un 6% de glicerol añadido a temperatura ambiente (Fernández-Santos et al. 2006c). Este resultado es muy favorable desde un punto de vista aplicado ya que simplifica la fase de refrigeración en el protocolo de crioconservación. Este hecho tiene especial relevancia cuando se trabaja en condiciones de campo, evitando la necesidad de manipular las muestras en refrigeración para añadir el crioprotector.
Siguiendo con nuestro objetivo de optimizar el protocolo de congelación para las muestras espermáticas epididimarias de ciervo, llevamos a cabo otros dos experimentos. El primero, diseñado para la determinación de la osmolaridad (300–600 mOsm/kg) más idónea del diluyente (Tris-citrato-fructosa); y el segundo, para el estudio de los efectos de la adición de diferentes azúcares al diluyente (glucosa, fructosa, manosa, sacarosa, maltosa, trehalosa y rafinosa) sobre la resistencia de las muestras a la congelación. Nuestros resultados mostraron que el uso de diluyentes de congelación con osmolaridades superiores a 425 mOsm/kg conlleva efectos deletéreos para los espermatozoides, siendo la osmolaridad de 400 mOsm/kg la más apropiada para el mantenimiento de la motilidad tras la crioconservación de estos espermatozoides (Fernández-Santos et al. 2007b). En cuanto al segundo experimento, el azúcar más adecuado para añadir al diluyente de congelación para las muestras espermáticas epididimarias de esta especie, fue la fructosa.
Además, y teniendo en cuenta que el estrés oxidativo es el responsable, en parte, de la muerte y de la pérdida de funcionalidad de los espermatozoides durante la congelación (Watson 1995), diseñamos un último estudio orientado a evitar estas alteraciones. El principal objetivo de este trabajo fue el de determinar el posible efecto protector de diferentes antioxidantes durante la crioconservación de los espermatozoides epididimarios de ciervo. Para ello, se llevaron a cabo dos experimentos: en el primero se evaluó el efecto de dos antioxidantes enzimáticos (catalasa y superóxido dismutasa) y en el segundo, de varios antioxidantes no enzimáticos (vitamina E, vitamina C y BHT) sobre la resistencia de los espermatozoides al proceso de congelación. Este estudio demostró que la adición de antioxidantes enzimáticos al medio de congelación mejoraba la mayoría de los parámetros espermáticos tras la descongela