07 Mar Actos conmemorativos del XXV Aniversario. Reconstitución de la Real Academia de Ciencias Veterinarias
DISCURSOCONMEMORATIVO DEL XXV ANIVERSARIO DE LA RECONSTITUCIÓN DE LA REAL ACADEMIA DECIENCIAS VETERINARIAS
Dr. D. Carlos Luis de Cuencay Esteban
Académico de Número
6 de junio de 2000
Quieroante todo mostrar nuestro agradecimiento a la Presidenta del Instituto deEspaña, por honrarnos y apoyarnos con su presencia en este acto que tiene paranosotros un especial significado.
Tambiénquiero decir que es para mi un gran honor el que la Real Academia de CienciasVeterinarias, me haya encargado efectuar esta intervención.
Concebidoeste acto como conmemorativo de la reconstitución de nuestra Academia, quisieraen primer lugar recordar los diversos antecedentes que han inspirado, desdehace doscientos años, las aspiraciones de nuestro cuerpo doctrinal.
Aunqueal poco tiempo de la fundación del Real Colegio-Escuela de Veterinaria, querecogía a su vez la tradición varias veces secular, de la enseñanzaveterinaria, el 23 de febrero de 1792, siendo Primer Ministro el CondeFloridablanca, bajo el reinado del rey Carlos IV (sin olvidar que fue Godoyrealmente el impulsor de la acción, apoyado en Bernardo Rodríguez y Malats), seempezó a ver la necesidad de mantener un foco de cultura que estudiara yrevisara los nuevos avances que, de manera lenta pero sin pausa, se ibanproduciendo. Pero no fue hasta setenta años después, en 1850, cuando se creó elprimer antecedente académico, bajo el nombre de Sociedad de MedicinaVeterinaria Matritense, que no fue vista con buenos ojos por los estamentosabsolutistas de la época.
De la mano de D. Nicolás Casas de Mendozarenacería en 1855 como Academia Veterinaria de España, que llegó a contar con infraestructuraen muchas provincias. Pero la situación política, con la revolución de 1868,hizo dar al traste con el empeño, y se disolvió en 1870.
No es baladí la modificación del nombre entreuna y otra fundación: esta última se despojó de la constricción ?Medicina?,para hacerse más universalista y acoger todas las demás ramas de la cienciaveterinaria que ya se intuían, aunque hacía siglos que se practicaban. Merefiero a la inspección de alimentos ya la zootecnia, con este nombre, porque mejora animal ya la practicaba lahumanidad desde siempre, siendo en España los albéitares y protoalbéitares losantecesores inmediatos en su práctica. Esto debe hacernos recapacitar tanto adirigentes como a profesionales, ya que constreñir en uno solo de los cuatropilares básicos, la sanidad animal, el fundamento científico veterinario,olvidándose de la alimentación, lagenética y el manejo (hoy llamado bienestar), deriva hacia la pérdida delacervo profesional y la indigencia científica. No siempre las directrices de laUnión Europea son acertadas. A efectos recordatorios, debo decir que en el plande estudios de 1822, ya existía la asignatura de Producción Animal.
Treintaaños después, apareció la Liga Nacional de Veterinaria, en 1884, que recogíalos modos y estilos de la época, para volver en 1912 a recuperar el nombre deAcademia Científico-Profesional Veterinaria. A pesar de los eminentesveterinarios de la época, no tuvieron estas iniciativas el fin deseado. Sinembargo, muchos de ellos, fueron elegidos como Académicos de otras, como D.Nicolás Casas de Mendoza, D. Ramón Llorente y D. Guillermo Sanpedro, que lofueron de la Real de Medicina, que había sido fundada en 1734. Los dos primeroslo fueron también de la Real de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Deentonces acá, siempre ha habido académicos veterinarios en otras RealesAcademias, de la misma forma que los hay de otras profesiones en la nuestraactualmente. La larga nómina nos disculpa en esta ocasión de referirla.
Duranteun largo periodo y a pesar de la altura científica alcanzada, en dondeabundaban profesionales formados en el exterior, algo necesario entonces, y lapublicación de mucha bibliografía y prestigiosas revistas, no fue hasta lapostguerra cuando volvió a iniciarse el interés por este tipo de corporaciones.La Sociedad Veterinaria de Zootecnia, en 1945, y la Sociedad Veterinaria deHigiene Bromatológica, en 1950, fueron ejemplo de ello. También la SociedadIbérica de Nutrición Animal, cubre portentosamente su disciplina.
Hastala década de los sesenta, con la aparición de las Academias de Cataluña yValencia, no se reinicia el proceso. Después vendrán las de Sevilla y de Andalucía Oriental, y otras másposteriormente como la de Extremadura. Todas ellas, en esta ocasión han echadoraíces. No cabe ignorar la enorme cantidad de manifestaciones científicas quese produjeron durante todos estos años, en lo que a relación académica serefiere, pero que en realidad estaban preparando a toda una profesión para quecristalizara un anhelo largamente acariciado.
Quierorecordar los esfuerzos que se hicieron en los años sesenta por el ConsejoGeneral de Colegios de entonces, y otras fuerzas vivas en la creación de unaAcademia Nacional. No pudo ser y hubo de llegar la ocasión en 1975 para crearla de Madrid, con clara vocación nacional, una vez se consolidara, para lo quese eligieron también Académicos de otras regiones españolas y con las vistaspuestas en la concesión del título de Real y la entrada en el Instituto deEspaña.
Comoprotagota deltento actual, por encargo expreso de la Junta de Gornodel Cole de Veteas de Mad, en la reaa