20 de enero de 2014
19:00

Sistema inmune de la mucosa intestinal y perspectivas en la aplicación de vacunas

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Fecha: 20 de enero de 2014

Hora: 19:00

Lugar: Sede de la RACVE

Invitación:

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Ponentes:

Resumen

Sin duda alguna, las superficies mucosas establecen una interfase de carácter dinámico que separa el medio “estéril” del interior del organismo (animal o humano) del ambiente externo. Una de las superficies mucosas más atrayentes es la correspondiente al tracto intestinal, la cual recubre varios cientos de metros cuadrados de organismo y ejerce funciones de tipo metabólico, trófico y de defensa, vitales para el individuo.

La respuesta inmunológica establecida en la mucosa intestinal es un sofisticado mecanismo que sigue los principios básicos de la inmunidad de mucosas. Por tanto, la defensa creada no distorsiona la función fisiológica y mantiene las relaciones mutualistas entre el hospedador y la microbiota autóctona presente.

En la mucosa intestinal se instaura los dos tipos de respuesta inmunológica:

a)      Inmunidad innata, respuesta rápida pero sin especificidad ni memoria.  Esta respuesta está constituida por barreras superficiales de carácter físico, químico y biológico (epitelio intestinal, moco intestinal (mucus), péptidos antimicrobianos y microbiota autóctona), y por componentes internos, formados por células y factores solubles, destacando la función de las células dendríticas y los linfocitos Tgamma-delta.

b)      Inmunidad adaptativa o adquirida, altamente específica de antígeno y con memoria. El componente inmunológico está localizado en áreas extensas conocidas como tejido linfoide asociado a intestino (GALT), en donde los mecanismos de protección están mediados por anticuerpos ( IgA) y  linfocitos T colaboradores y T citotóxicos.

Las vacunas orales son una amplia estrategia para prevenir las enfermedades producidas por una estimable variedad de patógenos entéricos y constituyen una alternativa atractiva a la vacunación parenteral. Su administración induce respuestas locales y sistémicas, que conducen a la efectiva eliminación de patógenos. A pesar de que pueden presentar ventajas como, seguridad, eliminación del dolor en el lugar de administración, dosificación rápida y coste reducido, están poco establecidas en los ámbitos de medicina veterinaria y humana.

En las perspectivas de aplicación de vacunas orales, las investigaciones tratan de evitar la desventaja que supone el ambiente hostil del tracto gastrointestinal (pH bajo, presencia de enzimas digestivas y la actividad detergente de sales biliares), que a menudo dificulta la inducción de respuestas inmunitarias protectoras. Estos estudios se centran en la obtención de vehículos y/o adyuvantes, que administrados junto al antígeno, mejoren las respuestas. Evidentemente, una buena formulación vacunal permitirá: proteger al antígeno de enzimas, facilitar la absorción del antígeno encapsulado por células M del sistema GALT, posibilitar el aumento del tiempo de retención en el lugar de administración por bioadhesión e inducir una mejora en la presentación antígeno específica por células presentadoras de antígeno (CPAs).

El futuro consiste en la integración de todo el conocimiento adquirido en inmunología,  en campos biológicos celulares y en estudios de biomateriales, con el objetivo de facilitar el desarrollo de una nueva generación de vacunas de la mucosa intestinal.