AUXILIAR DE VETERINARIA: REFLEXIONES SOBRE EL CONVENIO COLECTIVO, por el Dr. Moreno Fernández Caparrós

AUXILIAR DE VETERINARIA: REFLEXIONES SOBRE EL CONVENIO COLECTIVO

Dr. Luis Ángel Moreno Fernández-Caparrós Académico de Número Presidente de la Sección 5a, Historia de la Veterinaria Medalla no12

De nuevo vuelvo a la carga con el asunto de los «Auxiliares de Veterinaria», cuya profesión, a la que admiro y respeto, he dedicado cuarenta años de mi vida profesional para darles el prestigio y el lugar que se merecen. Hoy gracias al convenio colectivo merece de nuevo nuestra atención.

En el año 2018 la “Confederación Empresarial Veterinaria Española (CEVE)” inicia los trabajos para dotarse de un marco laboral hecho mediante el acuerdo entre tres sectores. Estos trabajos preliminares concluyeron el día 16 de enero del presente año 2020 con la firma del primer “Convenio Colectivo de Centros y Servicios Veterinarios”. Desde el lado histórico conviene destacar esta fecha pues es la primera vez que la CEVE, junto con la “Federación de Empleadas y Empleados de los Servicios Públicos de UGT” y la “Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CC.OO” firmaron un convenio colectivo. Nunca en nuestra historia se había producido un hecho de esta naturaleza. Este convenio ha suscitado posiciones a favor y en contra, y cuyas razones las puede encontrar el lector en las revistas profesionales y páginas web del sector  veterinario y de otros ámbitos relacionados con las empresas que giran en torno a los animales de compañía y mascotas. No vamos a entrar en hacer valoraciones sobre la idoneidad y el momento oportuno de la firma del vigente convenio, a punto de ser publicado en el BOE. Pero sí conviene hacer unas reflexiones por una persona escasamente contaminada con el sector empresarial de las clínicas, y centros y servicios veterinarios. Vaya por delante que este documento recién firmado marca un hito histórico que conviene resaltar pero, como toda obra del intelecto y la mano del hombre, el documento es perfectible, pues la falta de consenso entre las partes protagonistas es una realidad que conviene armonizar, ajustar y „resintonizar‟ para que la maquinaria ruede a satisfacción y no se produzca ruido de fondo, como me temo que así será.

Tras la firma del convenio he decidido aprovechar la ocasión para realizar unas matizaciones acerca de los profesionales que aparecen de forma destacada a lo largo de sus páginas. Mis reflexiones se dirigen hacia los actores que dan sentido al convenio y no sobre la filosofía que se recoge en el documento, por otra parte poco censurable, pues son numerosos los convenios que recogen las mismas reglas del juego que sirven para ordenar la armoniosa convivencia entre unos y otros profesionales de este sector laboral.

He querido aprovechar este momento para volver sobre las ideas fuerza que he ido plasmando en sucesivos artículos y conferencias que, desde 1979, vengo exponiendo sobre un importante colectivo, no suficientemente reconocido y valorado, como es el personal „auxiliar‟, „ayudante‟ o „asistente‟ del facultativo veterinario. Por cierto, el presente convenio lo describe como «Auxiliar clínico de veterinaria». Más adelante reflexionaremos sobre el acierto o desacierto de esta denominación.

Echando la vista atrás, muy poco atrás, les diré que el día 30 de enero del año 2017 interveníamos, en sesión pública, en la sede de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España. Ese día exponíamos al auditorio una sucinta historia de la enfermería veterinaria en España. A pesar de ser publicitada la charla en diferentes medios de difusión no asistió ninguna persona relacionada con el asunto que hoy vamos a exponer, lo que vino a demostrar el escaso interés por conocer las bases sobre la que sustentar, con seriedad, la carrera profesional de este colectivo cada vez más numeroso.

En los últimos diez años me he sentido mucho más atraído por este asunto al navegar por Internet y observar el errático uso que se hace de los “certificados de profesionalidad”, y lo explico en las siguientes líneas. Entre las numerosas páginas visitadas he podido comprobar el uso, poco serio, que se hace de la denominación de los cursos que se ofertan e imparten, para formar a las personas que ayudan a los veterinarios. Esta publicidad, tan bien diseñada, atrayente y plasmada en las páginas web, muestra imágenes y texto que merece de nuevo nuestra atención y reflexión; como también lo merece los diversos foros consultados sobre la calidad y seriedad de sus enseñanzas, a los que añado las salidas laborales del personal auxiliar. Las opiniones, que las hay para todos los gustos, son muy variopintas en uno y otro sentido, y que hubiese sido interesante conocerlas en profundidad para mejorar una parte del convenio.

Vamos a comenzar. PDF